La psicóloga malagueña Mariela Checa será la próxima decana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental. La pasada semana se impuso en las urnas a Manuel Mariano Vera, que llevaba más de 30 años en el cargo. Checa describe a la institución que representa ... a más de 5.000 profesionales como un ente «obsoleto» y «desfasado» por una gestión de su antecesor que considera muy mala.
Antes de tomar posesión, la decana electa atiende a SUR para hablar sobre los objetivos que se ha marcado para su mandato y para analizar la situación que viven unos profesionales que, desde la irrupción de la pandemia, están más solicitados que nunca. Anticipa que realizará una auditoría en el Colegio y defiende que la asistencia psicológica es «un derecho de todos»
–Llega a un colegio que llevaba 32 años presidido por un mismo decano. ¿Con qué ánimos lo hace?
–Llego con mucha ilusión y con mucha responsabilidad. Hay mucho que modificar porque hay cosas muy obsoletas. Una de las primeras acciones será renovar los estatutos. El Colegio es muy mejorable. Lleva mucho tiempo paralizado y el sentimiento de pertenencia se había perdido. Además, vamos a hacer una auditoría.
–¿El Colegio no era una herramienta útil para los profesionales en los últimos años?
–Había dejado de serlo. Absolutamente. Ni en representación ni en lucha por la profesión. Ha habido una pandemia y el Colegio no ha luchado para poner en valor nuestra labor. Necesitamos que el Colegio de Psicólogos vuelva a ser a una herramienta útil para los profesionales.
–Unos 5.000 psicólogos colegiados tenían derecho a voto. Sin embargo, la participación deja un recuento que apenas llega a las 1.000 papeletas. ¿No cree que evidencia una clara desconexión entre lo que es la institución y sus profesionales?
–La participación ha sido bestial para lo que ha sido normalmente. Nuestro colectivo es muy pasivo. De hecho, fue una participación histórica.
–¿En qué situación se encuentra la Psicología en estos momentos en Andalucía?
–Estamos en un momento histórico único, en el que se ha empezado a ver la necesidad de nuestra profesión. Lo vemos en el aumento de asistencia psicológica que requiera la población. En indicadores como el aumento de suicidios o de depresiones. Pone de manifiesto la escasez de profesionales en el ámbito público y la saturación en la asistencia privada. La asistencia psicológica se ha convertido en un lujo, cuando debe ser un derecho de todos.
–¿La salud mental es la hermana pobre del sistema de salud pública?
–Todavía lo es, sí. Noto que aún falta un poco de conciencia. Con el aumento de contagios de coronavirus estamos viendo como se está reactivando a personal sanitario, como médicos o enfermeros. Pero volvemos a no hablar de psicólogos. Y una cosa está clara: el que no tenga sintomatología física sí que va a tener una sintomatología psicológica.
–¿Cuál es el principal objetivo que quiere ver materializado durante su mandato?
–Me gustaría tener reuniones con diferentes instituciones y administraciones para acordar y tomar decisiones respecto al número de facultativos que hacen falta en la salud pública.
–¿Va a pedir una reunión con Jesús Aguirre, el consejero de Salud? ¿Qué le pediría?
–Por su puesto. Ya la solicité antes. Imagina ahora. No me la puede negar. Le pediría que haya muchas más plazas para psicólogos en la sanidad pública y que haya un espacio para los diferentes aspectos de nuestra profesión. No todo el mundo se puede permitir una atención privada.
–La atención primaria es la principal puerta de entrada para alguien con problemas psicológicos. Sin embargo, es donde menos ayuda se le brinda. ¿Qué falla?
–Falla que no hay psicólogos en la atención primaria. El médico de familia es el que te deriva o te medica. Tenemos a una parte importante de la población medicada, sin un diagnostico real. Cuando llegan a salud mental, el trastorno se ha cronificado. O, directamente, no llegan.
–¿Cuál es su postura sobre el Psicólogos General Sanitario (PGS)? En la actualidad, solo pueden ejercer en el ámbito privado. Su incorporación a la atención primaria podría mejorar la falta de profesionales?
–Yo soy formadora de PGS. Pero tenemos que diferenciar claramente. Hay un acceso al servicio de salud pública, que es el Psicólogo Interno Residente (PIR). Es una oposición muy dura, con muy pocas plazas y un recorrido formativo muy específico y especializado. La formación PGS no se puede equiparar. Eso hay que dejarlo muy claro. Ahora bien, yo sí creo que se puede buscar un punto de actuación intermedio, que sea acorde a las funciones del PGS, y que pueda aliviar el trabajo dentro del sistema público. Creo que hay un encaje perfecto si cada uno limita sus funciones.
–¿El intrusismo es un problema en la Psicología?
–Un problema, no. ¡Es un problemón!
–¿Dónde lo detecta?
–Terapeuta se llama todo el mundo. Quien tiene un cursito de algo se cree que puede hacer terapia. Vamos a trabajar muy duro y tomar acciones legales contra esto.
–¿Qué le sugiere la palabra 'coach'?
–Que es algo que tiene muy a mano poder hacer ese intrusismo en nuestro ámbito y poder hacer negocio. No es lo mismo que tú asesores a una empresa o a un grupo a que hagas una intervención psicológica.
–¿Cree que en la gestión de la pandemia se le ha dado el valor suficiente a la salud mental?
–No. El primero que no se lo ha dado ha sido el Colegio. Mi antecesor tuvo la brillante idea de ofrecer el trabajo de mis compañeros en forma de voluntariado.
–¿Pero por parte de los políticos que toman las decisiones?
–Es que el problema ha estado ahí. Los colegios profesionales debemos estar en la gestión de la pandemia. Decirle al consejero por dónde deben ir nuestros psicólogos y formar parte de los comités de expertos.
–Se vuelve a hablar de restricciones como limitar las relaciones sociales con familiares. ¿Son perniciosas desde el punto de vista psicológico?
–El problema es que no se está preparando a la población con los mensajes adecuados. Psicológicamente, el acompañamiento de esta situación debe hacerse pensando en la salud mental y en la repercusión que va a tener en la salud mental. El problema es que en pocos días nos van a volver a limitar y el impacto en el ánimo va a ser de impacto total.
–A la población se le dijo que la vacunación era el medio para recuperar la vida de antes.
–Pero no es verdad. Ese es el problema. Las falsas realidades no son buenas. Hay que preparar a la población para los procesos que vienen, pero sin mentir ni distorsionar.
–La demanda de psicólogos se ha disparado durante la pandemia. Sin embargo, el número de profesionales es el mismo.
–Vamos a estar otra vez absolutamente desbordados. Desgraciadamente, van a aumentar las patologías graves y el número de suicidios.
–Los datos en Málaga son claros: 50 psicólogos clínicos para una población de 1,6 millones de habitantes. ¿Qué le sugiere?
–Solo hay que hacer el reparto. Y peor todavía, en la población infanto-juvenil. Y esa es justo la población en la que más han aumentado las patologías psicológicas.
–En la provincia se han suicidado unas 300 personas en lo que va de año. ¿Cree que se le está prestando la atención que merece?
–Vemos como poco a poco se le está prestando más atención.
–Complete la frase, por favor. Acudir a un psicólogo es bueno para…
–Para mantener una estabilidad emocional sana.
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