Encarni Llamas
Málaga.
Domingo, 9 de febrero 2025, 01:00
Las colectas de las misas de hoy en toda España se destinarán a los proyectos de desarrollo que pone en marcha esta institución. Con motivo ... de dicha campaña, el misionero jesuita Alvar Sánchez, secretario general de Cáritas Marruecos, conoce de cerca los proyectos de Manos Unidas, ha visitado Málaga.
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-¿Cómo es trabajar con los proyectos de Manos Unidas?
-Es una experiencia fantástica. Llegué a Marruecos en 2018 y, desde entonces, no hemos dejado de trabajar estrechamente con Manos Unidas, tratando de aportar soluciones a circunstancias que realmente generan sufrimiento y exclusión. Estamos en diferentes puntos de la costa norte de Marruecos, desde Nador a Tánger, y también en un lugar especialmente dramático que es la costa atlántica, donde estamos apoyando equipos de intervención en El Aaiún y Dajla y también en Senegal, porque todos estos puntos son cruciales en lo que entendemos que es la ruta más peligrosa y dramática del mundo. Sólo en 2024, según los datos de las compañeras de 'Caminando Fronteras', más de 10.000 personas han fallecido en este recorrido. Gracias a Manos Unidas podemos capacitar a la juventud, acompañar a las personas vulnerables y tratar de responder, como Iglesia, a esta situación dramática.
-¿Algún proyecto concreto que nos pudiera destacar?
-En Nador tenemos el proyecto Baraka, que significa bendición, y que realmente es eso: una bendición para el gran número de personas que se benefician de estos servicios de capacitación, educación, formación profesional, inserción social-laboral, escuela de idiomas y todos los programas de promoción de la mujer. Hemos abierto, en un contexto rural alejado de la población de Nador, un nuevo proyecto y es fantástico ver a más de 160 mujeres, de todas las edades, compartiendo ilusión a través de la educación, y creando un proyecto de felicidad para el mañana. Por otro lado, son muchos también los proyectos destinados a acompañar esa fragilidad que va en aumento: la de tantas personas que no han encontrado otra manera de seguir construyendo sus vidas que la de abandonar sus hogares. Es lo que llamamos la migración forzada.
-Se le ilumina el rostro hablando de estos proyectos. ¿Supone un choque para usted vivir esa realidad y ver la que se vive en otros muchos lugares, de consumismo?
-Es realmente terrible el hecho de que, por un lado, estemos en la cuenca mediterránea, en la que tenemos el privilegio de abrazar tres continentes, con lo que significa eso de riqueza, cultura, intercambio de lenguas... en las que compartimos espacio las tres religiones del libro (judaísmo, cristianismo e islam), con lo que eso significa, y a la vez sea la frontera continental más desigual del mundo. El conjunto del PIB africano no alcanza al 10% del PIB europeo. ¿Eso qué significa? Significa que desde nuestra orilla contemplamos la otra orilla en clave de desigualdad absoluta. ¡Imagínate cómo nos contemplan ellos a nosotros! Entonces, ¿qué harías tú si formases parte de esos 733 millones de personas que pasan hambre? Han decidido moverse 281 millones de ellas, que son los actuales migrantes internacionales en todo el mundo. Ante esta desigualdad global tan radical, promovida por una cultura del descarte, Manos Unidas plantea alternativas y un modelo de prosperidad alternativo, basado en una cultura del compartir, en lugar de una cultura del acumular.
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-¿Cómo animaría a la gente a ver la importancia del trabajo que hace Manos Unidas?
-Si me das a elegir, me voy al origen. No sé si voy a conseguir transmitírtelo sin emocionarme. Se trata de renovar la esperanza que un 2 de julio de 1955 movió a un conjunto de mujeres a decir: «Nosotras, mujeres del mundo entero, llamadas por la naturaleza a dar la vida, protegerla y alimentarla, no podemos aceptar por más tiempo que las fronteras del hambre se inscriban en nuestro globo con trazos de muerte. Sabemos, y queremos que se sepa, que existen soluciones de vida y que, si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras del hambre habrán desaparecido». Pues renovemos nuestra esperanza para creer que esto es posible y para realizarlo en nuestro día a día.
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