La encrucijada de Ciudadanos

La formación naranja se debate entre: llevar hasta las últimas consecuencias su defensa de la regeneración política y que no se debe premiar conductas como las de Cassá –a quien en su día pusieron en las listas encabezando la candidatura a la Alcaldía de la capital y hoy definen como tránsfuga– y, por lo tanto, romper el acuerdo de gobierno con lo que ello representa (manejo de presupuesto, posición política o asesores); o bien recomponer el acuerdo con el PP, lo que supondría convivir en el mismo con Cassá los tres años de mandato, ya que los populares han dejado claro que no lo van a sacar del gobierno.

La papeleta es complicada y hacia dónde se incline el platillo de la balanza va a depender de lo que se decida a nivel provincial entre el vicepresidente primero de la Diputación, Juan Carlos Maldonado, y la portavoz en el Ayuntamiento, Noelia Losada, en coordinación con el secretario de Acción Institucional de la dirección nacional, José María Espejo Saavedra, y el malagueño integrante de esta cúpula Guillermo Díaz.

Maldonado siempre ha mostrado una predisposición a sentarse a hablar con el presidente de la institución, Francisco Salado, para encontrar una solución, aunque no se vislumbra claramente cuál puede ser dadas las posiciones de cada partido. Además, como él mismo ha repetido estos días, la decisión, escuchado lo que se diga desde Málaga, vendrá desde la cúpula nacional del partido.

Así como el miércoles la sensación generalizada en la Diputación y en el entorno de Ciudadanos era que la ruptura estaba cerca, con el paso de las horas, a medida que los ánimos caldeados del debate en el pleno se fueron enfriando, las percepciones apuntaban a que había margen para intentar recomponer el acuerdo, aunque la pregunta, por el momento sin respuesta, es ¿cómo hacerlo?

Mientras Ciudadanos se mueve en las aguas de la incertidumbre sobre su futuro en la Diputación, los populares dan este caso por «cerrado» y confían en que el partido naranja no rompa el pacto y siga en el gobierno del ente supramunicipal.

«Para mí, como presidente de la Diputación y responsable del PP, esta etapa está cerrada», afirmó ayer Salado a preguntas de este periódico en una rueda de prensa donde presentó la plataforma Genal 365 para la dinamización turística y deportiva de esta comarca malagueña.

El presidente de la Diputación dijo que toca «pasar página y centrarse en «lo importante»: la puesta en marcha del Plan Málaga para la recuperación económica y social de la provincia tras la crisis del coronavirus, la elaboración del presupuesto provincial de 2021 y encarar los retos de los tres años que aún quedan de mandato en la Diputación.

En este sentido, Francisco Salado confió en que Ciudadanos, a quien definió como «un gran socio», continúe en la senda de trabajo y lealtad en la que ha estado en este primer año de mandato, que, a su juicio, ha sido «fructífero». Por ello, le pidió que analice «bien» la situación y, consciente de que parte de la decisión sobre el pacto se adoptará en la dirección nacional del partido, traslade a la cúpula de la formación que en la Diputación de Málaga hay una situación «de normalidad».

Francisco Salado defendió las competencias que se le han dado a Juan Cassá como portavoz del equipo de gobierno y diputado de Relaciones Institucionales. «Hemos abordado la situación con inteligencia; lo que procedía era hacer un gobierno fuerte», recalcó.

«Cassá tendrá sus responsabilidades, ellos (Ciudadanos) las suyas y vamos a pasar pagina de este malentendido y punto», afirmó Salado, quien ayer coincidió con Maldonado en la reunión de la junta general de la empresa Turismo y Planificación Costa del Sol.