El empleo crece más que nunca en Málaga, pero deja atrás al interior de la provincia

Pero el sindicato pone el acento en que este potente crecimiento del empleo en el último año -el tercero mayor de los últimos años, tras el de 2014 y 2018- tuvo lugar de manera muy desigual, tanto por territorios dentro de la provincia, como por sexo, además de por edad y por sectores. Deja atrás a territorios, a las mujeres, a los jóvenes o a la agricultura.

En primer lugar, por territorios, el secretario provincial de Comisiones Obreras, Fernando Cubillo, señala que «la desigualdad y el desarrollo provincial de las comarcas se acentúa» y que «hay más empleo en el entorno de la Costa del Sol, mientras que el interior se está vaciando un poco más». De esta manera, según el texto del informe, «nada menos que el 83,7% del crecimiento de la afiliación se concentra en la Costa del Sol Occidental y en Málaga-Costa del Sol». Así, de los 25.071 afiliados que ganó la provincia el año pasado, 11.552 correspondieron a la capital y su entorno, mientras que 9.432 se localizaron en la Costa del Sol Occidental. Además, según se resalta, no es un fenómeno únicamente del ejercicio más reciente, sino que es «permanente»: en los últimos cinco años, entre esas dos comarcas, se ha concentrado más de un 80% de la afiliación.

También la dinámica fue desigual por sectores. El año pasado, el empleo creció en sólo dos sectores: en la industria (8,8%) y en los servicios (8,5%). Sin embargo, decreció en la agricultura (17,9% después de haber bajado un 5% el año anterior, lo que le lleva a Cubillo a decir que el campo se encuentra en una situación de «pérdida constante y permanente»). Y también retrocedió en la construcción (7,1%).

En cuanto al sexo, el empleo bajó en la agricultura en los dos sexos, aunque con mayor intensidad entre las mujeres, fenómeno que tiene lugar también del mismo modo en la construcción. Mientras tanto, en la industria, el crecimiento del empleo fue más intenso entre las mujeres que entre los hombres, y entre los servicios, también se dio esta última misma dinámica.

Pero se puede decir que el gran tirón del empleo lo ejerció la hostelería, que creció a ritmos del 17% en el último año. Es un ingrediente de una estructura del empleo «muy desequilibrada» a ojos del sindicato: el empleo industrial apenas llega al 5,5% del total, mientras que la construcción pesa un 7,6% y el 84,6% corresponde al sector servicios.

Otro elemento que destaca el sindicato es el incremento del empleo a jornada parcial, que creció un 13,8% el año pasado, frente al ascenso del 5,1% registrado por la jornada completa. «Este comportamiento del empleo provincial va en la dirección contraria a lo sucedido tanto en Andalucía como en el conjunto de España. En ambos casos el empleo a jornada completa crece por encima del 3%, mientras que el empleo a jornada parcial lo hace muy levemente -al 0,8% en Andalucía y al 1,5% en España-», revela el informe, que también apunta: «La consecuencia de todo lo anterior es que la tasa de parcialidad sube este año un punto en la provincia, el mismo que descendió en 2022, para situarse en el 15,2%».

Además, y aquí hay algo relevante en otra de las dimensiones de la desigualdad en el empleo en la provincia, en este caso de género, el aumento del empleo a jornada parcial fue totalmente femenino, ya que creció un 21,3% en 2023, mientras que el empleo masculino a jornada parcial disminuyó un 4%. La consecuencia es que la tasa de parcialidad femenina subió 2,7 puntos, para situarse en el 24,7%, mientras que la tasa masculina bajó seis décimas, hasta el 7,1%. «La parcialidad sigue siendo la mayor discriminación en razón de sexo», dictamina el informe elaborado por Comisiones Obreras, y zanja: «2023 ha resultado muy desfavorable para el empleo femenino a nivel provincial, sobre todo desde el punto de vista de su calidad, calidad muy relacionada con el tipo de jornada».

Un dato relevante que reveló María José Prados, secretaria de Empleo y Formación de CC OO en Málaga, es que si los puestos de alta dirección y técnicos crecieron un 8,3%, con 17.000 nuevos empleos, de ellos, 16.300 fueron para hombres. Y eso que el nivel formativo medio en Málaga es mayor entre las mujeres que entre los hombres, pese a lo cual, el 65% de los trabajos no cualificados están en manos de mujeres, incidió Prados.

La tasa de paro, además, siguió siendo más elevada entre las mujeres, entre las que persistió por encima del 19% frente al 14% masculino. Y la temporalidad femenina estaba el año pasado en el 18,6% frente al 16,6% de los varones.

Precisamente, en la temporalidad se abre otra brecha en la provincia, en este caso, entre el sector público y el privado, porque por primera vez los contratos eventuales pesan más en las administraciones públicas (22,5%) que en las empresas privadas (16,6%). Además, frente al crecimiento general del empleo, en el sector público se sufrió el año pasado una destrucción de 5.300 puestos, lo que redunda, afirmó Cubillo, en un deterioro de la calidad de los servicios que se prestan.

En lo que se refiere a la edad, si bien el crecimiento del empleo fue generalizado, si éste se limitó al 5,7% entre los menores de 30 años, entre las personas de 45 a 60 años el aumento fue de un 8,4%.

El fuerte crecimiento del mercado de trabajo en Málaga deja otras tareas pendientes. El aumento del empleo desde el año 2008 ha sido inferior al ascenso de la población activa en ese mismo periodo. Ello quiere decir que el mercado laboral en estos tres lustros no ha podido absorber el crecimiento de las personas dispuestas a trabajar, con lo que en estos 16 años, de acuerdo con cifras del sindicato, el desempleo ha aumentado en 65.400 personas: la disminución del paro en 135.500 personas no compensa el aumento de la población activa que se cuenta en 200.900 personas.