El empleo bate un nuevo récord en Málaga al terminar abril con más de 710.000 trabajadores en activo

El sector que más empleo ha creado es, como cabría esperar, la hostelería: de marzo a abril ha sumado casi 7.000 cotizantes, más de la mitad de los que ha ganado en total la provincia durante ese mes. Esta sección de actividad roza ya las 100.000 personas en activo. Las actividades administrativas y los servicios auxiliares se sitúan en segunda posición, con casi 1.300 trabajadores más respecto al mes anterior. Después van el sector del transporte y la logística (+1.178 afiliados), el del comercio (+942) y la construcción (+567). En menor medida, todos los sectores menos el financiero aportaron a la creación de empleo: las actividades profesionales, científicas y técnicas (+387), las actividades recreativas y artísticas (+329), los «otros servicios» (que engloban desde reparación de electrodomésticos a peluquerías o gimnasios, con 314 afiliados más), la sanidad y los servicios sociales (+304), la educación (+221), la industria (+225), la Administración Pública (+140), el sector tecnológico (+135) y las actividades inmobiliarias (+95).

Con este 'sprint' primaveral, el crecimiento interanual del empleo roza los 20.000 afiliados, un 2,8% en términos porcentuales. En esta carrera Málaga también es la cuarta provincia más destacada del país, en este caso por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia. Si se desgrana este aumento por sectores, los que más afiliados han sumado en los últimos doce meses son la hostelería (+4.288), el comercio (+2.646) y las actividades profesionales científicas y técnicas (+2.341). Después se van situando por orden de mportancia la sanidad (+2.118). el transporte (+2.009), la educación (+1.689), las actividades administrativas y los servicios auxiliares (+1.377), el sector tecnológico (+923), las actividades inmobiliarias (+909), la industria (+765) y los «otros servicios» (+475). Solamente hay un sector que tiene ahora menos trabajadores que hace un año: la Administración Pública (-542).

En este dinamismo del empleo hay una importante contribución del régimen de autónomos, que ha sumado casi 4.800 cotizantes en Málaga los últimos doce meses y supera ya los 135.000. Solamente en el último mes, este colectivo se ha incrementado con casi 900 afiliados.

El paro, por su parte, sigue reduciéndose, pero a un ritmo muy inferior al que cabría esperar en función de la creación de empleo. En abril abandonaron la cola del SAE 4.166 malagueños, dejando la lista del paro con 126.982 personas. Es el nivel más bajo para un mes de abril desde 2008: el año que representa el listón que Málaga no consigue traspasar por más que cree empleo.

En la reciente manifestación del 1 de mayo, el secretario general de CC OO en Málaga, Fernando Cubillo, llamaba la atención sobre esta paradoja del mercado laboral malagueño y apuntaba a que el empleo que genera «se lo quedan personas que vienen de fuera de la provincia». Nadie puede negar que esto es cierto: si no lo fuera, el número de parados se estaría reduciendo a un ritmo similar al que sigue la creación de empleo. Lo que no está tan claro -o al menos no hay un diagnóstico unánime- es por qué ocurre esto: Cubillo apuntaba a que hace falta «más formación» y «mejores sueldos y condiciones laborales». La patronal, por su parte, viene llamando la atención sobre la necesidad de incentivar que los beneficiarios de prestación o subsidio de desempleo se incorporen a trabajar y la Junta ha reclamado al Gobierno central cambios legales para evitar que los parados rechacen ofertas «adecuadas» a su perfil o para que se pueda compatibilizar trabajo y prestación de desempleo.

Otra razón que puede explicar este desfase entre aumento de la afiliación y reducción del paro apunta los trabajadores fijos discontinuos, que cuando están inactivos no cuentan como parados (aunque sí cobran una prestación), pero sí dejan de cotizar. Por tanto, cuando vuelven a ser llamados por su empresa para incorporarse a trabajar, estos fijos discontinuos no reducen el recuento de parados pero sí engrosan el registro de afiliados a la Seguridad Social.

Volviendo a la evolución del paro en abril, Málaga ha quedado en segunda posición regional en cuanto a descenso de este indicador, por detrás de Sevilla, que ha tenido el revulsivo de la feria durante el pasado mes. La bajada del paro se contagió a todas las provincias andaluzas, sumando a nivel regional un descenso de 20.954 desempleados respecto al mes anterior.

Igualmente, este descenso mensual del paro fue compartido por todos los sectores económicos, encabezados por el ramo de los servicios (-3.164). A mucha distancia se situaron construcción (-376), agricultura (-97) e industria (-96). El colectivo sin empleo anterior también se redujo, con 433 demandantes menos. Por género, el paro ha descendido porcentualmente más en los hombres, con un descenso del 3,6% frente al 2,9% de las mujeres, aunque en datos absolutos el 55% del descenso del paro registrado ha sido en mujeres.

Con las moderadas bajadas de marzo (-3.095) y abril (-4.166), la evolución interanual del paro se ha quedado ralentizada en Málaga. Hoy hay 6.428 desempleados menos que hace un año (-4,8%), cuando en el año móvil anterior la disminución fue de más de 10.000 y de un 7,3% en términos porcentuales.

La secretaria de Empleo, Formación y Mujer de CC OO de Málaga, María José Prados, ha valorado así los datos del paro y afiliación a la Seguridad Social conocidos hoy: «Ha sido positiva la bajada del paro, como avance de una previsible buena temporada estival, pero es urgente que estos buenos datos vayan acompañados de una mejora y calidad del empleo en la provincia«. »Desde CC OO vamos a defender nuestra agenda de reivindicaciones en un acuerdo de reducción de la jornada, y en la mejora de los salarios para todas las personas trabajadoras de esta provincia», ha resaltado la dirigente sindical, quien además exigido «un plan de formación profesional que cualifique a las personas malagueñas en situación de desempleo para su inclusión en el mercado laboral». El objetivo, ha apuntado, debe ser ir «en la senda del pleno empleo».

La dirigente sindical ha destacado, por otra parte, el crecimiento de la contratación, especialmente de la indefinida. En abril se realizaron 48.837 contratos, un 13% más que en el mes anterior y un 8% más que en el mismo mes de 2023. De dichos contratos firmados, 24.481 son indefinidos (50,1%), con lo cual puede celebrarse que la temporalidad «se sitúa ya por debajo del 50% del total de contratos», según Prados.

En la misma línea se ha manifestado a secretaria de empleo y formación de UGT, Luisa Domínguez: «Aun siendo datos positivos, es inasumible que siga habiendo tal número de parados, por eso son necesarias políticas activas de empleo, que sean eficientes en la búsqueda de un trabajo. Esperamos que el reparto de fondos para políticas activas de empleo, aprobadas en el pasado mes de abril, financiadas con recursos del Estado, lleguen pronto a las comunidades autónomas para su efectiva implantación, y conforme a la Ley de Empleo, sirva para que los colectivos de atención prioritaria, entre los que se encuentran los jóvenes y los mayores de 45 años, colectivo este último afectado mayoritariamente por ser parados de larga duración, puedan acceder a oportunidades de empleo, emprendimiento o formación«.

La vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de CEM, Natalia Sánchez, ha valorado «la capacidad de nuestra provincia de mantener su crecimiento constante, generando actividad económica y empleo y marcando, ya en abril, niveles propios de la temporada alta». «Afrontamos una campaña turística con buenas perspectivas y, de mantener este ritmo, superaremos pronto la cota más alta de trabajadores en activo alcanzada en la provincia de Málaga», ha añadido. Valora, además «la estabilidad del empleo generado».

Sánchez ha subrayado que «desde las empresas se apuesta por continuar generando empleo de forma sólida y estable, con el objetivo de traspasar ese récord histórico y mantener la constante reducción del paro, a niveles ya anteriores de 2008». Eso sí, ha recalcado que para ello «necesitan certidumbre y estabilidad, especialmente, seguridad jurídica y un ecosistema que les permita ganar en competitividad y poder desarrollar una planificación de crecimiento a medio y largo plazo». Un contexto que, afirma «no está garantizado a día de hoy desde el ámbito nacional, debido a su situación política y social, marcada por la constante tensión y la falta de apoyo a las empresas».