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Para la socióloga Elisa Chuliá, el desplome de los nacimientos que se ha producido en diciembre y enero, justamente nueve meses después del inicio del confinamiento, no es una sorpresa. «La estadística del INE constata lo que ya apuntaban ginecólogos y obstetras: que la natalidad ... ha caído significativamente», explica, detallando que un componente de esa caída tiene que ver con la paralización de los tratamientos de reproducción asistida durante el periodo más duro del confinamiento.
La otra parte de este desplome se explica porque «ante una situación tan incierta, muchas parejas que tenían en proyecto tener hijos lo han aparcado». Estos proyectos aparcados se irán retomando cuando se vea más clara la salida de la crisis. «No es que las ganas de tener niños con la Covid se hayan quitado. Lo que ha cambiado es la estructura de oportunidad porque la incertidumbre es elevada y criar un hijo requiere la máxima estabilidad financiera posible», argumenta la directora de Estudios Sociales de Funcas.
Lo que le preocupa a la socióloga es cuántos de esos proyectos de familia pasarán de estar pospuestos a abandonados si la recuperación tarda demasiado. «La edad es una variable importante en la fertilidad y hay gente para la que este parón que ha supuesto la pandemia puede determinar que sus posibilidades de ser madres y padres desaparezcan», explica, destacando la importante «frustración vital» que generará este hecho para las parejas que se vean en esta situación. «Cuanto más tiempo tarde la recuperación, más proyectos de familia aparcados se abandonarán definitivamente», advierte.
Chuliá recuerda que el descenso de la natalidad es una tendencia que viene ya de largo. «Lo que ha hecho la pandemia es acelerarla», indica. La experta espera, no obstante, que cuando se resuelva la crisis sanitaria y económica, los nacimientos también vuelvan a la senda anterior. Es más, es posible que se produzca un 'efecto rebote' durante un periodo breve de tiempo en el que la natalidad aumente, por la materialización de esos deseos de paternidad postergados.
En cualquier caso, Elisa Chuliá advierte de que la crisis de natalidad es estructural en España. «Me preocupa menos el efecto coyuntural de la Covid que la tendencia que viene de antes: está aumentando la proporción de gente que querría tener hijos y no puede por motivos socioeconómicos». Y esto, en su opinión, debería ser tratado «como un problema social a abordar» porque «se está generando mucha frustración vital en las generaciones jóvenes».
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