Domingo Daga: «Un donante de órganos puede salvar hasta seis vidas»

Daga hizo mención así a la capacidad que hay en cada persona o familiar del fallecido para que se decante por una donación. Un cuerpo sano, señaló, puede donar hasta seis órganos. A partir de aquí, se pone en funcionamiento un círculo de vida que va desde la extracción del órgano a la trasplantación del mismo. Si no hay rechazo, la vida de un órgano trasplantado alcanza de media unos diez años. Multiplicando esos diez años por los seis órganos, la media de edad que genera una donación estaría en los 60 años.

En este punto, el médico resaltó la importancia que tiene para la donación una sociedad que se muestra concienciada y educada en este hábito. «La cultura de la donación ha calado mucho en la sociedad malagueña», se felicitó Daga. Estas cifras récord no solo afectan a Málaga. En el conjunto de Andalucía se han registrado por primera vez más de un millar de trasplantes, lo que supone en torno a tres al día para una población de algo más de ocho millones de personas. El número de personas, sin embargo, que llegan a la donación con un testimonio vital hecho es mínimo. «No llega al 1%», dijo Daga.

La decisión de donar, por lo tanto, llega por parte del entorno familiar. «Es así en el 85% de los casos», aseguró el coordinador autonómico de trasplantes. Algo que se produce porque, poco a poco, ha calado la importancia que hay detrás de un gesto que aporta mucho. «Es un gesto maravilloso. Una vida que termina ayuda a dar vida a otra que, sin ese órgano, no podría seguir», resaltó Daga.

En este sentido, apeló a la necesidad de que en los círculos familiares se hable sobre el asunto de la donación. «En la gran mayoría de las ocasiones, las donaciones surgen de estas conversaciones informales que se producen en el seno de la familia», apuntó Daga.

La intervención del facultativo en 'La Alameda' también sirvió para desmontar mitos que aún existen en torno a la donación. El más afianzado, el de un supuesto límite de edad tanto para donar un órgano como para recibirlo. «La vida cronológica en la sanidad pierde cada vez más valor. La sociedad es más longeva. Alguien puede donar hasta con 60 años. También hemos tenido alguien que ha recibido un riñón con 80», explicó. Otro mito que se descuajó de fundamento es el de que la mayoría de órganos que se donan proceden de fallecidos en accidentes de tráfico y que, por lo tanto, ya estarían, en parte, dañados.

Daga quiso poner en contexto esta realidad, que no dudó de calificar como «privilegiada», al realizar una comparación con el resto de países europeos, donde la tasa de donación apenas se queda muy lejos de la lograda no solo en Málaga sino en el resto del país. «Es un privilegio vivir en un país que cuenta con un sistema de salud en el que la gran mayoría de los solicitantes reciben el órgano que necesitan», destacó. Puso como ejemplo opuesto el sistema sanitario de Estados Unidos, privado, y en el que solo puede optar a un órgano alguien con capacidad económica para afrontar el coste de una intervención «muy compleja».

De hecho, hasta llegar a un punto en el que el rechazo de un órgano apenas existe ya, Daga echó la mirada atrás a décadas de investigación y mejora en los fármacos que logran rebajar el sistema de defensas en el cuerpo hasta un punto en el que no atacan el órgano extraño, pero que lo mantienen los suficientemente fuerte como para no sucumbir a cualquier enfermedad de tipo vírica.

El reto para el campo de la donación a medio y largo plazo lo situó en el uso de órganos sintéticos e, incluso, en el trasplante de órganos procedentes de animales. «Pero estamos lejos de eso aún», matizó. A corto plazo, todo pasa por seguir concienciando y por mejorar los fármacos que ayudan a evitar un rechazo del órgano trasplantado.