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El pleno de la Diputación de Málaga ha aprobado inicialmente este miércoles el presupuesto de 2021, el de mayor dotación de toda su historia, con los únicos votos en contra de las dos diputadas de Adelante, la abstención de los doce representantes del PSOE y el apoyo de los diecisiete integrantes del equipo de gobierno: PP, Ciudadanos y el diputado no adscrito Juan Cassá.
En un pleno extraordinario celebrado de forma telemática, el presidente de la Diputación, Francisco Salado, ha sido el encargado de defender unos presupuestos «históricos» que son «la vacuna» con la que la institución provincial combate las consecuencias sociales y económicas de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia del coronavirus.
Salado ha recalcado que las líneas estratégicas que definen estas cuentas son la defensa del municipalismo y la autonomía local dotando a los ayuntamientos de la provincia de los recursos que necesitan; el apoyo a las familias y colectivos vulnerables; las ayudas y el estímulo a los sectores productivos para el mantenimiento de las empresas, los autónomos y la creación de puestos de trabajo; y la gestión de los intereses provinciales. «Son los presupuestos del crecimiento, la inversión, la esperanza y la recuperación económica. Son unos presupuestos profundamente sociales, de marcado carácter municipalista e inversor y que aspira a contribuir a resolver los problemas de la provincia», ha subrayado.
Francisco Salado ha recalcado que ante la crisis del coronavirus la Diputación ha demostrado su utilidad y ha estado «a la altura del desafío», ha agradecido la abstención del grupo socialista y ha manifestado que con su voto en contra Adelante ha quedado «sola y retratada».
Y es que a pesar de la petición expresa de Salado para que cambiara el sentido de su voto y se posicionara en la abstención, la portavoz de Adelante, Teresa Sánchez se ha mantenido inflexible ante unos presupuestos que considera que «están alejados de las necesidades de la ciudadanía», además de denunciar la falta de diálogo para abordar las cuentas.
«Los presupuestos simbolizan el ideario del PP, Ciudadanos y Cassá. No apuestan por generar empleo, ni por proteger a las personas, ni por los municipios, ni por la cohesión social ni por el diálogo y el consenso», ha afirmado Sánchez, quien ha añadido que la responsabilidad de su grupo es «con la sociedad, el tejido social y productivo y con los ayuntamientos de los municipios menores de la provincia».
Tal y como avanzaron este martes, el grupo del PSOE se ha abstenido en la votación. Una posición que su portavoz, José Bernal, ha argumentado en un ejercicio «de responsabilidad» ante la actual situación de crisis y «por la vocación de gobierno» de su formación. Eso sí, ha reiterado que el presupuesto no les gusta ni en las formas, ya que no ha habido diálogo para consensuarlos, ni en el fondo.
Bernal ha admitido que el presupuesto presentado es «expansivo», prevé un aumento de la inversión e incluye iniciativas que el PSOE lleva tiempo reclamando como el fondo de liquidez para anticipos reintegrables a coste cero; una concertación de transferencias sobre todo incondicionadas, y una subida de la inversión en carreteras.
Eso sí, el dirigente socialista ha enumerado algunos de los asuntos que no le gustan de las cuentas como las mínimas subidas o en algunos casos caídas de las partidas relativas a la protección social, juventud y educación; la constatación de que la ayuda a las personas «no es la prioridad de estos presupuestos y está por debajo de la inyección económica a las grandes empresas»; el aumento de la discrecionalidad en el destino de las inversiones; la ausencia de un plan de empleo y de reactivación económica de los pueblos; o la falta de una apuesta clara en la lucha contra la despoblación.
Asimismo, José Bernal ha reclamado que se acorten los periodos de pago a proveedores, que se refuerce el personal en servicios administrativos como contratación para acelerar la tramitación de los proyectos y que haya un aumento de la concertación hasta el 10%.
En la sesión también ha intervenido Juan Cassá para destacar que con esta aprobación «se asegura la estabilidad» de la Diputación que actualmente, a su juicio, está haciendo un papel «fundamental» para afrontar la crisis económica y social derivada de la pandemia.
«Aprobamos unos presupuestos municipalistas, que van a dinamizar actividad economía y que reducen los gastos superfluos. Además, ha llegado el momento de endeudarse y de hacerlo con responsabilidad», ha añadido.
El presupuesto consolidado de la Diputación de Málaga para 2021 (engloba el de la institución provincial, el Patronato de Recaudación y la empresa pública Turismo y Planificación Costa del Sol) alcanza los 402 millones de euros, lo que supone un incremento del 36,6% respeto a 2020 y está enfocado a luchar contra los efectos sociales y económicos de la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
En las cuentas, las inversiones experimentarán un incremento del 145% hasta llegar a los 132,4 millones de euros, mientras que las transferencias a los ayuntamientos también se duplicarán y subirán un 111%. Asimismo y por primera vez desde 2011, la institución provincial, que alcanzó hace dos años la deuda cero, volverá a pedir créditos a los bancos, en esta ocasión por un montante de cien millones de euros para desarrollar proyectos en Málaga. Este crédito no se pedirá de una vez, sino que se irán solicitando en función de que vayan llegando los proyectos.
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