Sobre el papel, en su diseño, la desaladora de Marbella tiene capacidad para producir 15 hectómetros cúbicos de agua dulce al año, gracias a su ocho líneas. La realidad es bien distinta: la mitad de la central es tan obsoleta que rinde apenas la mitad ... de lo que debería.
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El sistema de producción de Acosol proviene sobre todo de los recursos almacenados en el embalse de La Concepción. «Se capta agua del embalse y de la desaladora, se mezclan y se distribuye en alta en la misma tubería», explica Carlos Cañavate, consejero delegado de la empresa pública que suministra a la Costa del Sol. Aquí comienzan a surgir los problemas: en el momento en el que el embalse tiene mucha materia orgánica, al mezclarla con el líquido desalado se producen trihalometanos, que son unos compuestos químicos volátiles que se generan durante el proceso de potabilización.
Por ello, de entrada, se ha solicitado a la Junta que autorice un depósito para realizar esa mezcla, ya que de este modo se evitaría este fenómeno, que ocurre cuando las aguas se mezclan directamente en la tubería.
«Cuando se activan muchas líneas de la desaladora, suben los índices y Sanidad pone reparos a la calidad del agua», explica. Actualmente, sólo se utilizan habitualmente entre tres y cuatro líneas, lo que aporta unos seis hectómetros cúbicos anuales.
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De ahí que, además del depósito, sea necesaria una inversión para modernizar las cuatro líneas que todavía son antiguas. Años atrás, Acosol renovó la mitad de la maquinaria, y actualmente la Junta tiene en proyecto, dentro del Decreto de Sequía, para actualizar las que faltan.
La obra consiste en cambiar los cuatro bastidores que quedan de la primera etapa y en mejorar el sistema de producción, para que así se pueda garantizar una producción al máximo rendimiento, de los 15 Hm3.
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«Eso es lo que hay que hacer a corto plazo, para ya, y la Junta nos dice que está en eso, aunque la inversión no acaba de llegar», advierte Cañavate. Estos trabajos tendrán un coste de cuatro millones de euros, que están incluidos en el Decreto de Sequía.
Pero Acosol tiene sobre la mesa una segunda propuesta, mucho más ambiciosa que la primera. Hace años hubo un convenio del Estado, a través de Acuamed, con la Junta para ejecutar una desaladora en Mijas, que se quedó en un proyecto fantasma, incluso después de estar adjudicadas las obras, por los problemas para obtener el suelo necesario. «Ese convenio está muerto, mientras que la desaladora de Marbella ya tiene lo más importante, que es el tubo que va desde el mar hasta la central, y que es lo que origina más problemas medioambientales». Por tanto, Acosol ha propuesto al Estado y a la Junta que se desafecte el antiguo acuerdo para el proyecto de Mijas, y los 50 millones que estaban previstos se utilicen para modernizar la planta que ya existe.
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De esta forma, se podría llevar la producción hasta los 30 hectómetros cúbicos al año. El coste de esta obra está en el entorno de los 40 millones de euros, y Cañavate propone utilizar los fondos que estaban reservados para la otra, mediante un nuevo acuerdo entre el Estado central y el Gobierno andaluz.
«La necesidad global de la Costa es de unos 100 hectómetros cúbicos al año, por lo que la ampliación sería una garantía muy importante». Actualmente, el pantano de La Concepción aporta unos 55 Hm3 al año; y el resto se lo reparten entre la desaladora y la red de pozos que existen en los municipios, según la época del año.
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Por tanto, la solución al abastecimiento de agua dulce en la Costa del Sol, una de las zonas con un mayor crecimiento demográfico en España, pasa por una serie de mejoras a corto y a medio plazo, que deberán estar centradas en la desaladora marbellí.
La planta comenzó a suministrar en julio de 2005, una vez que se resolvió la situación legal de una infraestructura que fue impulsada en 1996 por el Ayuntamiento que lideraba Jesús Gil, y que es vital para garantizar el agua en la provincia.
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Hay un tercer proyecto en el que Acosol está trabajando, y que supondría dotar de plenas garantías de abastecimiento a la Costa del Sol y, por extensión a la capital y al litoral axárquico, que están interconectadas. Como explica Carlos Cañavate, consejero delegado de Acosol, la depuradora de La Cala de Mijas se ha quedado rodeada de viviendas y hay quejas ciudadanas por esta cuestión.
En primer lugar, la idea es eliminarla, que los residuos que ahora se tratan allí se deriven mediante los colectores al resto de las Edar de la zona. En su lugar, sobre ese solar, que es óptimo para ello por su ubicación próxima a la playa y tiene la calificación urbanística necesaria como sistema general, se pretende impulsar una nueva desaladora, mediante un convenio con inversores privados.
El responsable de Acosol admite que la iniciativa está en una fase todavía «muy verde», pero sería una garantía de abastecimiento ante el crecimiento demográfico de la Costa del Sol; además de dejar de generar molestias a los residentes, porque no produciría malos olores.
Al ser una propuesta de colaboración público-privada, ya hay inversores que se han interesado por llevarla a cabo con fondos propios. La producción sería de unos 20 hectómetros cúbicos, con un coste estimado de 30 millones de euros. La nueva central sería de última generación, equipada con sistemas de producción de energía renovable, para reducir el fuerte gasto de electricidad que supone la desalación de agua.
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