Laurie Levin y Carey Ramos, esta mañana, en la casa en la que han pasado la noche de las elecciones americanas. «El resultado es devastador», dicen. Migue Fernández

Los demócratas americanos en Málaga tras la victoria de Trump: «No hemos cumplido»

SUR pasa la noche electoral en el cuartel general de los Democrats Abroad de la provincia: «Estados Unidos ha perjudicado a todo el mundo hoy; por el papel que tiene el país a nivel internacional, tenemos mucha responsabilidad, y no hemos cumplido, hemos fallado», lamentan

Miércoles, 6 de noviembre 2024, 14:38

«Me rompe el corazón pensar en Ucrania, en las mujeres jóvenes, en los inmigrantes». Con este mensaje y con lágrimas en los ojos irrumpe Laurie Levin en el cuartel general que los Democrats Abroad (los simpatizantes del Partido Demócrata estadounidense) tienen en Málaga y ... que está situado en una bonita casa del este de la capital. Allí han pasado la noche electoral convertida en cita para desayunar con la televisión de fondo 25 personas. La mayoría de ellas se han venido a vivir a la Costa del Sol tras su jubilación. Pero siguen involucradas en política, implicadas, comprometidas y hace alrededor de un año constituyeron esta célula demócrata en la provincia para movilizar el voto de los expatriados. Estaban convencidas de que estos comicios eran históricos, decisivos para la democracia estadounidense y para el mundo en su conjunto. Y este miércoles después del primer martes de noviembre en que tienen lugar las elecciones de su país cada cuatro años se respiraba un ambiente triste al ir conociendo como estado tras estado iba tiñéndose de rojo -el color de los republicanos-, en contraposición a la «ola azul» (el tono de los demócratas) que esperaban sobre todo una vez Kamala Harris sucedió a Joe Biden como candidata a la presidencia hace cuatro meses. Aunque Carey Ramos, la cabeza más visible del grupo, reconoce: «Aún no hemos procesado el resultado. Tenemos mucho que pensar».

Publicidad

No sólo los Democrats Abroad de Málaga; todo el Partido Demócrata. Los asentados en la provincia sí creen que si se hubiera mantenido Biden como candidato a la presidencia el resultado hubiera sido peor; pero tienen dudas de qué hubiera sucedido si el presidente saliente hubiera anunciado hace un par de años que no iba a concurrir a las elecciones, porque entonces se hubiera abierto un proceso de primarias que podría haber sido conflictivo. En esta campaña, por el contrario, se ha producido una unidad férrea de todas las corrientes demócratas en torno a la candidatura de Harris. Y, de hecho, el grupo que invita a SUR a compartir desayuno y 'noche electoral' no realiza recriminaciones al partido ni detecta errores en la estrategia demócrata: «Ha sido íntegra y transparente, se ha trabajado mucho en educar a los votantes», comenta, por ejemplo, Myriam Juarbe. «No sé qué podría haber hecho diferente Harris», agrega Stephen Isacoff.

El grupo, siguiendo las noticias. Migue Fernández

Ethel Kurland dice que no ha pegado ojo en toda la noche viendo la CNN: «A las cuatro de la madrugada ya sabía que Kamala Harris había perdido. Con Pensilvania podríamos haber tenido una posibilidad, pero todo lo demás, Georgia, Carolina del Norte... todo estaba por Trump, que se lleva también el Congreso y el Senado. El dinero, la economía -que falsamente se piensa que irá mejor con Trump-, la inmigración, el aborto y que los hombres no están listos para votar a una mujer y menos si es de color... están detrás del resultado», explica Kurland, que clama: «¿Estamos en los años cincuenta o qué? Retrocedemos en lugar de avanzar». «Una vez que se ha abierto la puerta a la pérdida de derechos, se pueden ir perdiendo poco a poco», avisa Ethel Kurland.

Laurie Levin se acuerda de una de sus mejores amigas que ha trabajado con las mujeres afganas y que ahora vive en Alabama y espera un hijo: «Allí las mujeres embarazadas ya no tienen atención sanitaria». Alerta de cómo los derechos de las mujeres han mermado en su país. Aunque no piensa únicamente en las consecuencias que la victoria de Trump pueden tener para EE UU, sino para todo el globo: «Estados Unidos ha perjudicado a todo el mundo hoy; por el papel que tiene el país a nivel internacional, tenemos mucha responsabilidad, y no hemos cumplido, hemos fallado», lamenta Levin. A ello otra mujer, Jan Baskin, agrega que teme las alianzas internacionales que tiene Trump: «Todo el orden mundial ha cambiado hoy».

Publicidad

El grupo, desolado. Migue Fernández

Les dan miedo las implicaciones que para el sistema estadounidense puede tener la victoria de Donald Trump. Lo hace, por ejemplo, Terry Adams, afroamericano y alto mando militar retirado: «Esto es el principio del fin de la democracia tal y como la conocemos. Donald Trump tiene un perfil autoritario, similar a los 'hombres fuertes' que han gobernado en países centroamericanos. Estados Unidos puede comenzar a parecerse a Rusia, que es una democracia formal, pero en la que Vladimir Putin controla todos los poderes». Como afroamericano, además, no entiende cómo las minorías han podido respaldar a Trump, cuando ha prometido deportaciones masivas. «Mucha gente ha votado contra sus intereses, por ejemplo las minorías», sintetiza Stephen Isacoff, que anticipa que muchos se van a arrepentir de su voto. Y no sólo por la política migratoria, que ha sido uno de los asuntos en que se ha centrado la estrategia de Trump. También por la economía: «El nuevo Gobierno subirá los aranceles aduaneros y ello incrementará la inflación en Estados Unidos, lo que impactará no sólo en los consumidores, sino también en las empresas». Si han votado contra los demócratas por la subida de los precios de los últimos años, con el republicano se la volverán a encontrar, advierten.

«En el año 2016 Donald Trump no esperaba ganar, no tenía planes, puso a gente a su alrededor que le frenó, pero ahora todo ese equipo ya no está»

Pero Donald Trump ya gobernó y no se acabó el mundo, se puede pensar. Y a ello Isacoff responde: «En el año 2016 no esperaba ganar, no tenía planes, puso a gente a su alrededor que le frenó, pero ahora todo ese equipo ya no está». Teme que Estados Unidos bajo la nueva administración americana pueda alejarse de la OTAN, de los acuerdos sobre el clima y abandone a Ucrania, invadida por Rusia.

Publicidad

Migue Fernández

Aunque es otro conflicto internacional al que se achaca que Harris no haya sido capaz de movilizar al conjunto de sus bases, en particular a los jóvenes, que consideran que el Ejecutivo de Biden -Harris es su vicepresidenta saliente- no ha sido lo suficientemente contundente contra el Gobierno de Netanyahu y el asedio a que está sometiendo a Gaza. «Políticamente es muy difícil de tratar. Algunas zonas de Estados Unidos son muy pro-Israel. Pero ese país no tiene excusas: tiene que combatir el terrorismo, pero no atacar masivamente a la población», sintetiza Stephan Isacoff. Ethel Kurland, por su parte, judía e hija de personas que pasaron por campos de concentración nazis afirma: «Lo que la gente de Gaza está sufriendo es lo mismo que mi familia sufrió durante la Segunda Guerra Mundial. No me gusta Netanyahu, es como Trump». Acto seguido añade: «No se puede hacer nada para parar a Netanyahu. Los palestinos en América han pensado que no era bueno votar por Biden o por Harris, pero con Trump les va a ir peor».

«El resultado de las elecciones ha sido muy decepcionante; que se haya votado tanto a Trump después de todas las ilegalidades que ha cometido... Pero yo vengo de Nueva York, que es un estado muy progresista. Quizás vivimos en una burbuja»

Defienden que muchos estadounidenses han votado contra sus intereses porque han sufrido una intoxicación de propaganda, como describe Myriam Juarbe, que explica: «El resultado de las elecciones ha sido muy decepcionante; que se haya votado tanto a Trump después de todas las ilegalidades que ha cometido. Pero yo vengo de Nueva York, que es un estado muy progresista. Quizás vivimos en una burbuja en la que pensamos que todo el mundo se informa bien. Pero yo veo a los MAGA (»Make America Great Again«) como personas intoxicadas. Sí es cierto que en los estados del este y del centro de Estados Unidos están muy en contra del aborto, son muy evangélicos y la campaña republicana lo sabe y ha promovido esos valores». «La gente se ha creído noticias falsas», agrega Judy Rust y en algún momento de la conversación aflora que todavía una proporción relevante de ciudadanos estadounidenses siguen creyendo que Trump ganó en 2020 y que los demócratas le robaron la presidencia.

Publicidad

Rust señala, sin embargo, que a su juicio la siembra de los valores que han traído la victoria de Trump y su proyecto viene de muy atrás: «Estados Unidos siempre se ha creído que es mejor en todo. Los ciudadanos de a pie no saben de qué manera ha intervenido este país en otros. Los medios, incluso los más progresistas, han dibujado a Europa, a su modelo social, como algo en decadencia. No han mostrado que la vida puede ser diferente. No conciben cómo puede llegar a ser la vida». Rust explica que ella vivió en Bélgica entre 1989 y 2016 y que cuando volvía a Estados Unidos de visita se veía muy sorprendida por cómo la prensa estadounidense trataba la información sobre Europa.

Los Democrats Abroad instalados en Málaga hoy se permiten el desconcierto, la decepción y hasta la tristeza, pero no el derrotismo: «Ahora somos la resistencia», dice Laurie Levin, haciendo un guiño a la historia antifascista europea.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad