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Algunos estaban informados y a otros les pilló por sorpresa, pero la realidad es que decenas de empleados del edificio en el que se detectó este pasado fin de semana un brote de Covid-19 seguían ayer trabajando de manera presencial; tanto los de Ocio Hoteles (donde han ocurrido los contagios) como los del resto de empresas instaladas en el edificio Galia situado en el Parque Comercial Málaga Nostrum.
Tal como pudo ayer comprobar este periódico, la compañía había cerrado este viernes su oficina de la primera planta, pero mantenía abierta la de la tercera, en la que se concentraban algo más de una treintena de trabajadores con mascarillas y manteniendo la distancia de seguridad. Asimismo, continuaban operativos todos los ascensores y espacios comunes a excepción de una zona con sofás del hall de la entrada.
Precisamente, empleados de otras empresas de este edificio recordaron ayer que durante la semana pasada (y anteriormente) habían estado compartiendo baños y máquinas de 'vending' (entre otras cosas) con algunas de las personas infectadas, y que nadie se había puesto en contacto con ellos para informarles de la situación.
Este último brote de coronavirus registrado en Málaga alcanzaba hasta ayer los 27 casos confirmados, pero fuentes de la empresa consultadas este pasado domingo relataron que tuvieron noticia de los contagios durante la jornada del viernes y que desde ese momento pusieron en marcha las indicaciones recibidas por parte de las autoridades sanitarias.
Los representantes de la compañía también informaron de que todos los empleados que dieron positivo en las pruebas de Covid-19 se encuentran bajo seguimiento en sus domicilios y que sus contactos están siendo rastreados por parte de los servicios de epidemiología.
Sin embargo, empleados de Ocio Hoteles mostraron cierto «estupor» ante el hecho de que hubieran tenido que acudir físicamente a su puesto de trabajo, ya que según explicaron las dos oficinas no eran independientes, sino que a pesar de estar en diferentes plantas había contacto entre sus trabajadores; tanto en las horas laborables como en los descansos o en el almuerzo.
Preguntados por esta cuestión, fuentes de la empresa negaron que existiera dicha relación entre las oficinas e insistieron en separar la actividad de ambas plantas. Además, desde Ocio Hoteles recalcaron que el proceder de la compañía desde que conocieron los casos se había ajustado a lo que les habían indicado desde su oficina de prevención de riesgos laborales. «Nos han dicho que podíamos trabajar en la otra oficina sin problema», sostuvo la portavoz de la empresa, que aprovechó para insistir en que habían estado en contacto con la Consejería de Salud «en todo momento».
De la misma manera, SUR trató de confirmar con la Consejería si el protocolo en el caso de un brote como el de este edificio permite que las instalaciones puedan seguir abiertas. Ante ello, fuentes oficiales se limitaron a afirmar que si las instalaciones estaban abiertas era porque los epidemiólogos lo habían indicado así. Sin embargo, rechazaron de nuevo describir cuáles son estos protocolos de actuación; los mismos que la semana pasada obligaron a cerrar la residencia Arunda durante siete días por un solo caso; un hecho que contrasta con el del edificio Galia, que a pesar de los 27 positivos sigue funcionando a pleno rendimiento. Eso sí, desde Salud recalcaron que las personas que no conocían aún el resultado de la prueba debían permanecer confinados hasta conocerlo.
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