La Costa del Sol, a las puertas de la declaración de sequía

Una reunión en la que también se abordará la posibilidad de aplicar una nueva reducción de la dotación de recursos hídricos a las comunidades de regantes de la Axarquía, que ya se vieron recortadas en octubre del año pasado en un 33%. De confirmarse, supondría que a cada una de las más de seis mil hectáreas de cultivos (fundamentalmente de mangos y aguacates) le corresponderían 1.500 metros cúbicos de agua en vez de las 2.000 concedidas hasta ahora. Para hacerse una idea del impacto, el plan de regadíos de la zona contempla 6.000 en condiciones normales.

Aunque oficialmente en la Junta de Andalucía prefieren esperar a lo que determinen los informes de situación de los respectivos sistemas de explotación encargados para esta semana, fuentes consultadas por este periódico apuntan en esa dirección. Además, con el decreto de sequía aprobado por el Ejecutivo regional a mediados del año pasado en la mano, todo apunta a que así será.

El documento que marca la hoja de ruta para afrontar este ciclo seco establece que el litoral occidental entraría en situación excepcional si a 1 de marzo el embalse de La Concepción tiene menos de 35,6 hectómetros cúbicos. Un umbral que se ha superado desde hace semanas, hasta el punto de que la presa que abastece a la Costa (también recibe aportes de acuíferos y de la desaladora de Marbella) almacena a día de hoy 23,3 Hm3, lo que supone que está al 37,7% de su capacidad (61,85 Hm3).

En el caso de la capital, la condición para que se declare la situación de alerta (más leve que la de emergencia) es que los tres pantanos que surten a la ciudad (Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce) lleven más de un mes con menos de 140 Hm3. Una condición que también está más que cumplida, ya que el volumen embalsado actualmente es de 127,6 Hm3, según los datos que recoge la Red Hidrosur de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible. Peor es el panorama en la Axarquía, donde su principal fuente de abastecimiento, que es el pantano de La Viñuela, va camino de la declaración de embalse muerto al disponer únicamente de 23,6 Hm3 de los 165,4 que podría almacenar si estuviera lleno.

¿Qué supondría la entrada de la Costa y de la capital en una nueva fase? De momento, no se contempla el escenario de aplicar restricciones al consumo urbano para reducir en un 10% el gasto en los hogares tal y como recoge el decreto autonómico, pero sí la activación de una serie de medidas para optimizar el agua existente y aprovechar nuevos recursos. En el caso del litoral occidental, figuran el aumento de capacidad de la desaladora de Marbella para producir hasta 10 Hm3/año, la utilización de los pozos de Fuengirola (0,450 Hm3/mes) y la posibilidad de transferir más agua desde el Campo de Gibraltar (dependiendo de la disponibilidad de ese sistema) y enviar también desde el sistema Guadalhorce-Limonero.

Además, como se está haciendo en la Axarquía, se contemplan varias obras de emergencia, como el aumento de la capacidad de los depósitos de la estación potabilizadora de Río Verde (Marbella) y la mejora del túnel de trasvase de los ríos Guadalmansa, Guadalmina y Guadaiza que conduce el agua de esas presas de derivación hasta el embalse de La Concepción para evitar pérdidas y garantizar que llegue el mayor volumen posible.

En cuanto a la capital, donde todavía hay recursos para dos años, también se lleva tiempo trabajando en una serie de medidas para prepararse en el supuesto de que continúe sin llover lo suficiente. La de mayor calado es la puesta a punto de pozos existentes en el Bajo Guadalhorce, como son los de Aljaima y Fahala, que ya fueron recuperados aunque sin llegar a utilizarse ante la anterior amenaza de sequía de 2018. A falta de una mayor concreción, se estima que podrían aportar entre 5 y 10 Hm3 anuales.

Estas captaciones aumentarían la capacidad de movilizar recursos de la masa de agua subterránea y, por tanto, reduciría la dependencia de los pantanos. En la misma línea, también se están preparando los proyectos para que, llegado el caso, la Junta pueda contratar las obras de emergencia para aprovechar otros pozos antiguos de la zona como los de Perales, Puente del rey, San Isidro, Amoniaco e Intelhorce.

De forma paralela, se está reduciendo la cantidad de agua de rechazo en la desaladora de El Atabal, es decir, se está potenciando el filtrado que se realiza para retirar las sales procedentes de los embalses del Guadalhorce para aprovechar el máximo volumen posible. En este sentido, el decreto andaluz que regula las medidas a adoptar contempla el aumento progresivo del rendimiento de la planta permitiendo un mayor nivel de salinidad en el agua.