Los conserjes de los colegios de Cruz del Humilladero reparten un millar de pantallas de protección a sanitarios

Francisco Jiménez

Málaga

Viernes, 3 de abril 2020, 11:49

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Una carpeta de acetato de las que cualquier alumno utiliza para encuadernar sus trabajos, una espuma, un elástico, una grapadora y, sobre todo, mucha implicación. Con estos ingredientes, los conserjes de los colegios del distrito malagueño de Cruz del Humilladero llevan repartidas cerca de un ... millar de máscaras de protección facial en los centros sanitarios de la ciudad. La iniciativa partió de José Gómez Prieto, que trabaja como conserje en el colegio de Los Prados y que ante las dificultades para encontrar en las farmacias una mascarilla diseñó la suya propia para protegerse a la hora de entregar los alimentos a los niños más vulnerables inscritos en el plan SYGA (Solidaridad y Garantías Alimentarias) de la Junta de Andalucía para las familias en riesgo de exclusión, que se retomó el pasado lunes 23 para garantizar que los pequeños sigan teniendo comida en este periodo sin clase. «Como íbamos a tener mucho contacto con las familias en estos días cogí material de la casa e hice un prototipo, y como tenía suficiente también hice para los compañeros. Luego, ellos fueron buscando también materiales en los colegios y al final decidimos fabricar más para repartirlas a los centros sanitarios y sociales», explica José. A partir de ahí se han sumado empleados de los Servicios Operativos del Ayuntamiento, con lo que esta colaboración altruista no para de crecer.

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De esta forma, se han entregado pantallas de protección en los hospitales públicos y algunos privados, además de otros centros sociales y sanitarios e incluso en comedores. «Nos hemos remangado todos. Es increíble cómo se está volcando todo el mundo y cómo desde el primero hasta el último está aportando lo que puede», destaca este malagueño que como muestra del impacto que esta iniciativa está teniendo destaca que incluso antiguos compañeros de clase «después de tantos años sin contacto» que se han enterado a través de lo que va poniendo en Facebook se están ofreciendo a ayudar en lo que haga falta.

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El proceso de elaboración es sencillo, hasta el punto de que «en una tarde, aprovechando todo el tiempo que se pasa en casa, se pueden hacer cien sin problemas». Al tratarse de artículos caseros, en algún hospital público asegura que le han puesto algún reparo, pero tanto José como el resto lo tienen claro: «Al menos se los damos a quienes lo necesitan y nos preocupan, que son los trabajadores».