El precio de la electricidad se ha disparado en estos primeros días de enero en torno a un 27%, según los cálculos de Facua, y eso se dejará notar en las próximas facturas. Si navegan por internet encontrarán cientos de artículos con consejos para ahorrar, ... aunque muchas de las propuestas suponen trámites o cambios en las viviendas que son poco realistas. Con la ayuda de asociaciones de consumidores y compañías eléctricas SUR.es ha elaborado una breve guía con acciones fáciles de hacer en los hogares y que ayudan a ahorrar más de un 10% sin apenas esfuerzo, más allá de unas pequeñas rutinas domésticas que es necesario adquirir.
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1. Aproveche la luz natural: Abrir las persianas y cortinas tan pronto como se levante, en lugar de encender las luces, para aprovechar la luz natural, ayuda a ahorrar un buen porcentaje, además de ser mucho más agradable. De igual modo, apague la luz si no la está utilizando o no es necesaria, y abra las ventanas sólo durante unos minutos para ventilar, con lo que se evita que se escape el calor.
2. Cambie las bombillas a LED: Las luces LED ya tienen unos precios, una durabilidad, una potencia y un consumo que compensa con creces la inversión a corto y medio plazo, ya que el ahorro eléctrico llega a ser de más del 80%, incluso mejores que las consideradas de bajo consumo. De ahí que cualquier estrategia de ahorro en el hogar deba comenzar por ahí. Tampoco hay por qué tener encendidas todas las luces de una estancia para ver bien y, si es para leer, mejor un flexo directo.
3. Ponga una luz con detector de movimiento o una luz de noche: A veces por la noche es necesario levantarse para ir al baño o a beber agua. Las luces LED con detector de movimiento o los pilotos nocturnos (por ejemplo, en el baño) ayudan a guiarse sin necesidad de tener que encender y apagar otras luces principales, que son acciones que consumen mucho.
4. Evite el 'standby'. Muchos aparatos electrónicos modernos, como los televisores, no se pueden apagar completamente y permanecen en 'standby' durante horas. Eso desperdicia mucha electricidad y luego hay que pagarla. Se puede solucionar fácilmente con una buena regleta, mejor con protección frente a sobrecargas (que evita que se rompan en estos casos). Por las noches, se apaga la regleta y todo lo que esté enchufado a ella también lo hará. De esta forma, se puede llegar a ahorrar hasta un 10% al año, que es mucho.
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5. Contrate una tarifa con discriminación horaria: Se trata de un cambio de hábitos, sí, pero se nota en la factura. Básicamente, hay que poner la lavadora, el lavavajillas y la secadora en horario nocturno, que es de 22.00 a 12.00 en otoño-invierno y de 23.00 a 13.00 en verano. También sería el mejor momento para cocinar para la semana y cargar móviles, portátiles, tablets, patinetes, pilas, etc. Desenchufe los cargadores cuando no se estén utilizando.
6. Si la calefacción es eléctrica: La elección de la tecnología para calentarse es un asunto complejo. Desde luego, la última opción debe ser la bomba de calor, porque consume grandes cantidades de electricidad para calentar estancias de la casa que generalmente están vacías. Mejor sistemas de emisores térmicos de bajo consumo, que son más caros pero a la larga compensan; radiadores y, en caso de un uso exclusivo (por ejemplo, mientras se trabaja) con un pequeño calefactor al lado de la mesa. En este caso, la clave es regular bien la temperatura: estar en manga corta en pleno invierno en casa es un derroche. De media, por cada grado menos se ahorra hasta un 10% de electricidad, por lo que la temperatura ideal está en torno a los 18-20 grados. Para ello, es necesario que los equipos cuenten con termostatos automáticos. Esta temperatura es suficiente para estar en casa con ropa de invierno (pijamas, batas, mantas) y no desperdiciar electricidad en habitaciones que no se estén utilizando.
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7. Cuidado con el horno: Es uno de los electrodomésticos que tiene un mayor consumo, así que su uso debe ser esporádico y, si tiene tarifa de discriminación horaria, mejor de noche. Cuando se utilice, evite abrirlo continuamente porque, al perder temperatura, gasta más; y aproveche el calor residual, algo que también se puede hacer con las placas vitrocerámicas, simplemente con apagarlas unos minutos antes de que la comida esté lista para que se termine de hacer.
8. El frigorífico y el congelador se abre una vez: cuando tenga que buscar algo en la nevera, ábrala una vez, saque todo lo que necesite y vuelva a cerrar, pues abrir y cerrar la puerta con mucha frecuencia consume mucho más. Lo mismo ocurre con el congelador. Se debe mantener una temperatura de unos 5 grados para refrigeración y de -18º para congelación, no es necesario más.
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9. Lavadora a baja temperatura: Para la mayoría de lavados no es necesario subir la temperatura más allá de 40-60 grados y ello implica un ahorro; como también los lavados cortos y, en máquinas modernas, con el programa eco o el específico para cada tipo de prenda.
10. Secar al sol: El calor solar es la mejor secadora, siempre que sea posible, y además estropea y arruga menos la ropa. La secadora es uno de los electrodomésticos que más consumen, así que sólo para días y momentos en que realmente sea indispensable.
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Siga este pequeño decálogo en casa y no tendrá que lamentar graves sustos en la próxima factura de la luz.
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