ENCARNI LLAMAS
Málaga.
Domingo, 10 de marzo 2024, 01:00
Las parroquias Madre del Buen Consejo y San Miguel (Torremolinos), San José (Fuengirola) y el templo parroquial de El Pinillo están ultimando los detalles para recibir al prelado en las próximas semanas. En palabras del arcipreste, Manuel Jiménez, párroco de Los Boliches, «esta Visita Pastoral es un signo de unión y un momento especial que revitaliza las parroquias».
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Son muchos los detalles y anécdotas que se están viviendo en las distintas comunidades. La parroquia Cristo Resucitado, en Torremolinos, fue la primera en recibir a Jesús Catalá y lo vivieron como «una ocasión más para sentirnos todos pueblo de Dios que camina unido». En la parroquia Virgen del Carmen y Santa Fe de los Boliches, por su parte, fueron los niños de los grupos de catequesis de Iniciación Cristiana quienes recibieron al obispo a su llegada. En la parroquia de Santa Teresa de Jesús, de La Cala de Mijas, prepararon con esmero su llegada «para que se sintiera como en casa». La visita a la parroquia de Santa María del Mar, en Torremolinos, tuvo lugar el segundo domingo de Adviento y, en la celebración de la Eucaristía, bendijo el Belén parroquial. En la parroquia de la Inmaculada Concepción, en Mijas, un grupo de 17 adultos recibió el sacramento de la confirmación de manos de D. Jesús. La parroquia Santa María Estrella de los Mares, en Guadalmar, comenzaba la Cuaresma con el pastor diocesano, en la tarde del jueves posterior al Miércoles de Ceniza.
Antes de comenzar la recta final de la visita, fueron los feligreses y sacerdotes de estas parroquias los que visitaron al obispo en el primer templo malagueño, para celebrar juntos la Eucaristía y compartir una jornada de convivencia en Casa Diocesana.
Varias feligresas han recibido la Medalla Pro Ecclesia Malacitana, un reconocimiento del obispo a toda una vida de entrega a la Iglesia de Málaga, en estas visitas: en la parroquia San Manuel González, en Mijas-Costa, la recibieron María Peláez, directora de Cáritas, y Dolores Carmona, ministra extraordinaria de la comunión; y en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en Fuengirola, Isabel Gómez Hortal, una feligresa de 91 años que sigue sirviendo con alegría.
Isabel recuerda que la entrega de la Medalla fue toda una sorpresa «no me lo podía imaginar porque yo no me merezco tanto. Cuando escuché a nuestro párroco, Roberto Rojo, hablando de una persona de la parroquia que ayuda yo pensaba «de quién estará hablando» y cuando escuché que me nombraba, me iba a dar algo. Y no sólo me nombra, sino que me dice que suba al presbiterio, ¡ay, Señor! Pero estoy muy agradecida. Aquí todo el mundo me conoce, normal, si tengo ya 91 años y fui la primera mujer que condujo un coche en Fuengirola». Y aún sigue conduciendo, le acaban de renovar el carnet por dos años más. Las primeras veces que cogió el coche fue también para tareas de servicio de la Iglesia: «para visitar enfermos, y para llevar una imagen de la Virgen a los Boliches, fue una de mis primeras pasajeras».
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Isabel afirma que pertenece a esta parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en Fuengirola, «desde siempre. Me bautizó el sacerdote José Moreno, mártir de la persecución religiosa en España que se encuentra en proceso de beatificación», y en ella ha hecho de todo, «desde la limpieza, la catequesis, la distribución de la comunión como ministra extraordinaria, la visita a los enfermos, hasta cantar en latín para las misas de difuntos... Aún sigo proclamando las lecturas y rezando el rosario con un grupo que nos vamos turnando. Para lo que hace falta, ahí estoy. Tenemos un grupo de amigas que jugamos al bingo y lo que se recauda va a una hucha para Cáritas». Y es que «la parroquia es mi vida«, afirma. «Sin ella no puedo vivir. Esta tarde a las cinco, ya voy para allá, que tiene despacho el sacerdote y hay que echar una mano. Y después, a rezar el rosario y a celebrar la Misa», añade.
La visita del obispo a las personas enfermas de las parroquias es otro de los momentos especiales de este tiempo y así lo confirman en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de La Carihuela: «es muy emocionante para ellas, sus familias y las personas que las atienden»; por otra parte, en la parroquia de la Inmaculada Concepción, en Arroyo de la Miel, recuerdan que visitó a Anita, «una de las colaboradoras más antiguas de la parroquia. Fue un momento entrañable y cercano por el que quedó muy agradecida».
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Para las hermandades y cofradías de las parroquias también es un momento importante del que desean que quede constancia como es el caso de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en Fuengirola, donde el prelado malacitano firmó en el Libro de Oro y Honor de la Corporación Carmelita.
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