Los coches de Málaga envejecen sin freno: cuatro de cada diez tienen más de 15 años

Para hacerse una idea de esta realidad sobre el asfalto, cuatro de cada diez vehículos que circulan por Málaga superan los 15 años. En el caso de los turismos se repite esa proporción (38,5%), mientras que uno de cada diez sobrepasa los 25 y sólo un 18% tienen menos de cuatro, según el censo que maneja la Dirección General de Tráfico (DGT). Peor es el panorama en los camiones y furgonetas, donde la mitad de la flota supera los tres lustros en la carretera y apenas uno de cada diez lleva menos de cuatro años en circulación. En cuanto a las dos ruedas, un tercio de las motos son 'quinceañeras'. Aunque la palma en este particular 'ranking' de longevidad se la llevan los ciclomotores, ya que el 70% tiene más de 15 años.

La falta de relevo generacional en la calzada es evidente. ¿Los motivos? Tan obvios como los dos batacazos económicos sufridos en los últimos tiempos. Si antes de que estallara la crisis de 2007 se matriculaban en la provincia una media de 90.000 vehículos anuales, en los ejercicios posteriores se desplomaron hasta tocar fondo en 2012, con apenas 28.123

Y cuando las ventas tanto de turismos como de vehículos comerciales y camiones empezaban a ir como un tiro, rondando las 60.000 anuales, llegó el pinchazo del coronavirus, que dejó gripado el mercado automovilístico, con tan solo 38.773 matriculaciones en 2020. En 2021 se registró un leve repunte, pero los 42.702 vehículos salidos del concesionario se antojan insuficientes para renovar el parque móvil.

Pesa, y mucho, la incertidumbre económica. Pero también las dudas que rodean al consumidor, que no sabe qué automóvil comprar por las posibles restricciones a los motores de combustión y los mayores precios de los híbridos y eléctricos. Por tanto, son muchas las familias que aparcan la idea de estrenar coche. En lo que va de año se han puesto en circulación por parte de particulares 3.888 automóviles, un 17% más que en el mismo periodo de 2021, pero muy lejos de los 6.433 de 2019.

Si el segmento de vehículos nuevos no acaba de pisar el acelerador, el de la segunda mano crece de manera exponencial. Sólo el pasado año la DGT tramitó en Málaga 124.078 transferencias de vehículos (81.668, de turismos). Si se descuentan las citadas 42.702 matriculaciones, resulta que el mercado de ocasión duplicó al del vehículo nuevo, de forma que por cada coche recién salido de fábrica los malagueños compraron dos de segunda mano. Y con una larga experiencia en sus motores.

Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), más de la mitad de las ventas de vehículos de ocasión son unidades con más de diez años. Más viejos, y también más contaminantes. Teniendo en cuenta los distintivos ambientales creados por la DGT para categorizar a los vehículos en función de sus emisiones a la atmósfera, el 25% de los turismos en Málaga ni siquiera están etiquetados y el 31% tienen la amarilla (letra B), la menos eficiente. Por contra, los vehículos de cero y bajas emisiones (ECO) representan únicamente el 1,7% del parque automovilístico malagueño.

«La consecuencia de tener un parque tan antiguo es que los vehículos son mucho más contaminantes, pero también más inseguros, ya que su capacidad de respuesta ante un accidente es muy inferior a la de los coches actuales», advierte el presidente de la Asociación Malagueña de Automoción (AMA), Carlos Oliva, quien reconoce que el encadenamiento de dos crisis económicas «ha puesto la puntilla» a un mercado que no acaba de levantar cabeza.

Por eso, fabricantes y concesionarios piden al Gobierno la activación de un Plan Renove que ofrezca descuentos lo suficientemente atractivos para incentivar la compra de un coche nuevo a cambio del achatarramiento de uno de más de diez años. «Ahora sólo se está ayudando a la compra de coches eléctricos, que son más caros, por lo que no está teniendo éxito», expone el responsable de la patronal de los concesionarios malagueños. Desde Anfac también lamentan el escaso tirón del último plan Renove, ya que sólo se consumieron el 15% de los fondos asignados «por la lenta puesta en marcha, la escasa dotación para los modelos más vendidos y las barreras administrativas para acceder por parte de los usuarios».

Pese a todo, en el sector se muestran confiados en que poco a poco se recobre la normalidad, aunque ahora que más gente se está animando a comprar se topan con la falta de 'stock' de vehículos, por el desabastecimiento de microchips.

La otra cara de este envejecimiento progresivo del parque automovilístico está en los talleres, donde la actividad sí que va en aumento. La ecuación es sencilla. Coches más antiguos, coches con más averías. «Lo que más se está vendiendo ahora son los llamados 'mileuristas', que son los que tienen más de diez años. Y eso, lógicamente, está provocando que en los talleres haya más movimiento, ya que estos coches necesitan mucho más mantenimiento», reconoce Antonio Martí, vicepresidente de la Federación de Empresarios de Automoción de Málaga (Fedama), que con más de 1.100 asociados es el colectivo que agrupa a la mayoría de centros de reparación de la provincia. Prueba de esta realidad es que desde la entidad aseguran que pese al lastre que supuso la pandemia «no se han registrado bajas significativas de talleres» en Málaga.