Que los jóvenes se comunican a través del móvil es una realidad innegable. Según los últimos estudios, en España la media de edad en la que un niño recibe un móvil con internet son los 10,96 años, y en muchos casos es el regalo estrella de la comunión. Por eso, detectar cuándo está enganchado al 'smartphone' no es tan sencillo como pueda parecer. Para ello, la neurorradióloga malagueña María Vidal tiene algunas de las claves que pueden ayudar a identificar si existe un problema para poder tratarlo.
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Una de los primeros indicadores es el humor del adolescente o el niño. «Es cuando empiezas a ver que se comporta de una manera más irritable en casa, que empieza a tener conflictos en familia o con los amigos cuando antes no los tenía», explica la doctora Vidal, que describe cómo en esas situaciones se les saca el problema de que podría estar enganchado al móvil (o a un videojuego), y el niño no solo no reconoce esa debilidad, sino que se enfada o se va dando un portazo. «Todos conocemos a nuestro hijo. Cuando antes había una relación normal, ahora es más retraído», matiza.
Otras de las señales principales es el aburrimiento. «Ves que se aburren más, que le exigen más a la vida. Eso implica que baja su rendimiento, observamos al chaval como más desmotivado ante cualquier esfuerzo personal», describe la facultativa.
Y por supuesto, el elemento más objetivo de todos: las relaciones sociales. «Es cuando ves que tu hijo está rodeado de amigos o de otra gente con la que solía estar todo el rato hablando, y que ahora sin embargo está mirando el teléfono», señala.
Sobre esto último, hay quien sostiene que esta es la manera en la que hoy en día se relacionan los jóvenes (y muchos adultos), pero la doctora Vidal argumenta que resulta «un tanto extraño» estar hablando con gente que no tienes alrededor cuando estás en una reunión con otras personas. «Realmente el problema es que hemos normalizado esta actitud. Desgraciadamente, como sociedad tenemos que dar unos cuantos pasos para atrás y ver que hay muchas cosas que no son normales», puntualiza.
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Igual que en adultos
Aunque estos parámetros sirven para detectar un problema de adicción al móvil entre niños y adolescentes, la mayoría se podría trasladar también a los adultos. «El problema agravado en el caso de niños y adolescentes es que ellos están en pleno desarrollo, entonces el coste de oportunidad que puede tener para mí el estar perdiendo el tiempo mirando vídeos de TikTok no va a ser el mismo que para ellos», recuerda la neurorradióloga y experta en este tema. «Yo voy a dejar de leer para ver estos vídeos, pero para un niño que todavía tiene que hacer un desarrollo de funciones cognitivas superiores, que tiene que aprender a desarrollar la memoria y a anticiparse en las tareas, es mucho peor. Un adulto ha tenido la edad de desarrollarlo. El está en pleno proceso de desarrollo de ese tipo de de funciones cerebrales», asegura.
Pero, ¿cuántas horas al día son las adecuadas, por ejemplo, para un adolescente? La doctora Vidal considera que, tal como señalan algunos estudios que se han realizado, los menores con edad de estar en la ESO que hacen un uso de internet diario de entre una y tres horas son los que se van a asociar con mayor rendimiento académico y mejores habilidades sociales. «Realmente entre una y tres horas se está incluyendo el tiempo de trabajo, de ver una película, de ocio digital incluso. Pero de calidad, algo creativo incluso para jugar a un videojuego», enumera la facultativa, que, eso sí, alerta: «A partir de las tres horas diarias empieza a caer en picado el rendimiento académico de esos niños».
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