El Hospital Civil se queda sin urgencias después de cuatro años cerradas «temporalmente» por el Covid

Dos días después de que comenzara el estado de alarma provocado por la pandemia de covid-19, el SAS y la dirección del Hospital Regional (al que está adscrito el Civil) decidieron dejar de atender pacientes para concentrar todos los efectivos en las urgencias situadas en el antiguo Carlos Haya. El argumento, en un momento muy complejo, era que así se se daba una mejor respuesta ante la crisis del coronavirus. Eso sí, anunciaban que el cierre de las urgencias del Civil era «temporal».

En aquel momento, se tomó la determinación de establecer dos circuitos diferenciados para que los pacientes que presentaban otras patologías urgentes no convivieran con enfermos con los que tenían sospecha de covid-19. Asimismo, el personal y los medios técnicos se separaron por equipos para evitar riesgos de contagio.

El servicio de urgencias del Civil se encargaba, además de urgencias convencionales, de las de oftalmología y salud mental. A partir de aquel momento se anunció que los pacientes que presentaran patología oftalmológica deberían acudir al servicio de urgencias de pediatría del Hospital Materno Infantil. Por otra parte, personas con problemas de salud mental serían atendidas en una consulta habilitada en la zona de consultas del Hospital Civil, frente al Centro Regional de Transfusión Sanguínea, donde estarían los equipos de guardia de psiquiatría.

Esta decisión era «fruto del consenso» entre el equipo directivo y el SAS ante la pandemia de covid-19. La dirección gerencia del centro hospitalario, encabezada entonces por María del Mar Vázquez (hoy diputada del PP en el Congreso de los Diputados), fue la encargada de informar a los agentes sociales sobre este asunto, en el que entonces mostraron su total apoyo. «La dirección del Hospital Regional de Málaga agradece la labor y el esfuerzo de todos los profesionales del centro, de todas las categorías, que están dando lo mejor de sí mismos para la atención de todos los pacientes», se decía en una nota de entonces y reproducida en estas mismas páginas.

Eficiencia

La sociedad en general y la medicina en concreto terminó por vencer la pandemia del covid, pero a pesar de esta vuelta a la normalidad, las urgencias del Civil nunca reabrieron... y nunca lo harán. Este periódico consultó hace unos días a la Delegación de Salud en Málaga de Junta de Andalucía, que confirmaron que dicho cierre es definitivo, pero alegando que es una decisión que mejora el servicio.

«Durante la pandemia las urgencias del Hospital Civil se trasladaron a otros centros, y se ha comprobado que se mejoró la eficiencia al agrupar a los profesionales y tener así mejor acceso a pruebas diagnósticas tanto radiológicas como endoscópicas, y a profesionales de guardia de todas las especialidades que el hospital puede ofertar, por lo que dichos cambios se han mantenido», respondieron a este periódico fuentes oficiales de la Delegación.

Sin embargo, esta decisión nunca ha terminado de gustar a los profesionales, que a través de los sindicatos –y más concretamente de CSIF– llevan más de dos años reclamando una reapertura que ya no se producirá.

La primera exigencia fue en 2021, cuando todavía la pandemia seguía causando estragos. La central sindical puso en marcha una campaña junto a los profesionales para reclamar que se reabriera el servicio de urgencias del Hospital Civil cuando llevaba entonces dos años cerrado «de forma temporal». «El servicio sigue clausurado y sin previsión de reapertura. Tanto los profesionales como la representación sindical carecen de información al respecto, así como de la necesaria planificación para la reapertura», denunciaba Juan Pedro Ruiz, entonces responsable provincial del sector de sanidad del sindicato.

El responsable de CSIF denunciaba que las consecuencias de la unificación en el Hospital Regional habían sido «desastrosas para la calidad asistencial», y recordaba que las urgencias del Civil atendían una media de 350 casos diariamente, pacientes derivados desde marzo de 2020 al Regional, lo que había generado «una saturación y situación de colapso asistencial inasumible».

Un año más tarde, los profesionales volvían a la carga, y lo hacían además en un contexto en el que la pandemia ya no estaba condicionando el trabajo asistencial. Dos años después de aquello y cuatro desde el cierre, llega la respuesta final: nunca volverán a abrirse.