Chema Alonso durante un momento de su intervención en el II Congreso de Ciberseguridad de Andalucía. Migue Fernández
Congreso de Ciberseguridad de Andalucía

Chema Alonso, el hacker que trabaja para Telefónica, disecciona el mundo de las 'deep fake': «Los chicos malos ya utilizan la IA»

El auditorio del Palacio de Ferias se llena para escuchar al carismático informático hablar sobre el último salto de nivel que han logrado por los cibercriminales con el uso de la inteligencia artificial

Jueves, 23 de marzo 2023, 14:25

Hay varias leyes no escritas en el mundillo digital. Una dice lo siguiente: si alguien quiere ser un buen hacker, tiene que entender como funcionan en realidad los sistemas informáticos. Y, sobre todo, por qué y cómo se pueden destruir. Es un trabajo que exige ... muchas cosas. Por encima de todo, bastante tacto y capacidad para el pensamiento lógico. La figura del hacker, en general, siempre ha estado rodeada de una aura mística, que se mueve entre la figura del 'friki' que pasa horas sentadas al ordenador, y ese peligroso criminal sin escrúpulos, capaz de paralizar a países enteros con pulsar solo un botón.

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El segundo día del Congreso de Ciberseguridad de Andalucía, jalonado de ponencias de gran calidad en esta edición, contó con un plato fuerte, que llenó el auditorio del Palacio de Ferias. El cargo de Chema Alonso no se escapa a esa jerga inglesa que tanto gusta en el mundillo y que hacen intuir cierto grado de destreza. En el caso de este madrileño, nacido en 1975, es el de 'chief digital officer' de Telefónica. Esto significa que en la práctica Alonso es uno de los máximos responsables de la compañía en ciberseguridad, además de contar con una trayectoria que le acredita como un experto de reconocido prestigio internacional en la materia. Alonso ahora trabaja para proteger las estructuras digitales de aquellos que quieren asaltarlas. Su ponencia, titulada 'Bad guys en la era de la IA' (chicos malos en la era de la inteligencia artificial'), se convirtió en un ejemplo de cómo un conocimiento se puede convertir en un arma destructora o en un escudo protector según se utilice. «Los chicos malos ya la utilizan», insistió el experto.

No sabemos si en una vida anterior Alonso se pasaba las noches en vela delante del ordenador, sobrevolando un teclado desgastado con dedos que aún guardan los restos de la última pizza en sus huellas. Este jueves, tras una apariencia que se caracteriza por su pelo largo que siempre trata de enfundar en su ya característico gorro de rayas, dio muestras de su capacidad para captar la atención de un auditorio con una intervención amena en el que nadie suele pedir la hora. Y de una gran aptitud profesional, que hace que una de las mayores empresas de España confíe en él.

La tecnología avanza y los 'chicos malos' también encuentran, en ese avance, nuevas metodologías para perpetrar sus crímenes. Con la inteligencia artificial, señaló Alonso, se ha abierto la veda de las llamadas 'deep fake'. ¿Qué es? Siguiendo las explicaciones del experto, estamos ante un uso de la inteligencia artificial que permite manipular vídeos e intercambiar los rostros que salen en estos vídeos de manera aleatoria.

También permite poner en boca de personas palabras que nunca han pronunciado o hacer que realicen movimientos que nunca han hecho. Es una tecnología que ha creado mucha polémica. Vídeos, que permiten suplantar la identidad de personas de una manera cuasi indetectable, son ese material del que se hacen pesadillas.

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Salto en el potencial criminal

Alonso trajo algunos ejemplos. Políticos a los que se les atribuye a través de 'deepfakes' actos escandalosos. Empresarios a los que se les asocia ordenes para movimientos bancarios millonarios que acaban en el desfalco de capitales en países 'off-shore'. Es el siguiente nivel dentro de la cibercriminalidad.

De sobra es conocido que en un texto se pueden colocar declaraciones falsas. También, que las imágenes se dejan manipular. Pero vídeos y documentos de voz, hasta ahora, eran considerados como justificantes impermeables. Los 'deepfakes' hacen que también debemos dudar sobre ellos. Lo que vemos y lo que escuchamos también deja de ser una garantía.

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En un idioma muy técnico, por momentos ininteligible para el usuario profano, Alonso prosiguió en la disección de las 'deepfake'. Lo que ocurre con las 'deepfake' a nivel informático, en realidad, ya lo adelanta el propio nombre. Son vídeos que se han creado con la ayuda del 'deep learning'. Es decir, un aprendizaje que se basa en una gran cantidad de datos y en redes artificiales y neuronales.

Con un notable esfuerzo de cálculo, estas redes, que dicho de una manera muy general funcionan como conexiones neuronales en el cerebro humano, crean de dos fuentes de un vídeo y nuevo vídeo artificial. Por ejemplo, cruzando un vídeo auténtico de alguien con el de otra persona, dando la impresión de que está hablando quien no lo está haciendo en realidad. Pero lo que se es un híbrido que da vida al 'deep fake'. Cuasi, un teatro de guiñoles dopado con inteligencia artificial. Los cibercriminales son capaces de modular los gestos y la mímica de una persona.

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Pero los 'deepfakes' no tienen porque ser solo vídeos. Alonso explicó que existen aplicaciones que en menos de una hora permiten manipular documentos de audio, clonando la voz de la víctima para que parezca que ha dicho cosas o ha dado órdenes que nunca ha pronunciado. Una llamada al banquero de confianza, por ejemplo, puede acabar así en transferencias de dinero irrecuperables.

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