Usuarios del Cercanías de Málaga: «Íbamos enlatados y mucha gente se quedó tirada en las estaciones»

Andenes y trenes abarrotados de gente, donde era imposible respetar la más mínima distancia de seguridad, y usuarios que se quedaron «tirados» en las estaciones intermedias por la incapacidad material de los vagones para albergar a más pasajeros. Este es el escenario que describen numerosos usuarios afectados por los recortes del Cercanías durante el puente. Muchos han subido fotos a las redes para denunciar la situación de hacinamiento que se ha vivido durante el largo fin de semana en la línea de la Costa (C-1) y con varios de ellos ha hablado SUR.

Alejandro Navarro y su grupo de amigos decidieron dejar el coche aparcado en Fuengirola y llegar en tren para comer y pasar el día en el Centro de Málaga. «Cogimos el tren sobre las 12.10 y para ir había un aforo aceptable, pero según se fue acercando a Málaga ya se llenó bastante. Ya vimos que el aforo no era normal», comienza. «Pero la vuelta fue increíble, en la estación Centro-Alameda empezó a venir más a más gente, que se iban acumulando al final del andén, que se llenó por completo. Cuando llegó el tren todo el mundo se agolpó en las puertas para poder entrar, y encima por megafonía cada poco anunciaban ¡que había que respetar las normas de distancia social por el Covid!»

«Se quedó mucha gente en el andén que no pudo subir, y los que sí subimos íbamos enlatados», denuncia este trabajador del sector bancario, que critica que era imposible mantener ningún tipo de distancia. Paradójicamente, en el grupo de amigos iba también una microbióloga del Hospital Costa del Sol de Marbella, que trabaja haciendo PCR a los posibles afectados, y todo su empeño era pedirle a otros usuarios del vagón que se pusieran bien las mascarillas. «Había gente que iba con la mascarilla por debajo de la nariz o que se la quitaban para hablar».

Laura Ruiz fue una de las usuarias que se quedó esperando en el andén, esta vez en la parada de Plaza Mayor. «Éramos muchos en la parada, y cuando llegó el tren paró pero no se bajó nadie, así que volvió a cerrar las puertas sin que pudiéramos subir y siguió. Nos quedamos con cara de tontos mirando como se iba», explica. Tuvo que esperar otros 40 minutos y en el siguiente ya pudo subir «de milagro», y asegura que hicieron todo el trayecto hasta Benalmádena con el vagón «completamente abarrotado» y sin poder mantener la más mínima distancia social.

Un portavoz de Renfe admite que el pasado domingo y lunes los trenes de tarde-noche, de vuelta desde Málaga hacia Fuengirola tuvieron una «gran afluencia de viajeros», aunque aseguran que se respetó el máximo aforo permitido en los vagones y rechazan que estos fueran más llenos de lo que está autorizado. Según estas fuentes, el problema fue que durante todo el día se produjo la llegada escalonada de viajeros a la capital, mientras que a la hora de volver «todos querían hacerlo a la misma hora», de ahí que se produjera un nivel de ocupación en las composiciones que, admitieron, «no es normal». A ello, se une que la inmensa mayoría de los usuarios accedieron por la misma estación, que es la más próxima al Centro.

A ello, se unió el hecho de que la frecuencia actual de los trenes a esas horas varía entre 20, 30, 40 y hasta 50 minutos, tras la reprogramación que Renfe ha hecho por la escasez de maquinistas, lo que empeoró la situación y alargó las esperas para quienes no pudieron coger el primer tren. Según los horarios confirmados por la operadora pública, a dichas horas hubo las siguientes salidas desde Málaga hacia la Costa: 20.10-20.50 (40 minutos); 21.10 (20), 22.00 (50), 22.30-23.00-23.30 (cada 30 minutos). Desde Renfe aseguraron que la media hora de frecuencia por las noches era la habitual antes incluso de la reprogramación. Los 20 minutos se mantienen sólo en las hora punta de la mañana, a mediodía y por la tarde.

El servicio de Cercanías en Málaga ha perdido un total de 34 trenes al día de manera indefinida. Ante el caos de cancelaciones, retrasos y falta de información sufrida por los usuarios durante los últimos meses, Renfe decidió el mes pasado reestructurar sus horarios y quitar trenes para poder sacar adelante el servicio con los profesionales con los que realmente cuenta en la actualidad.

Ante la imposibilidad de acelerar los procesos de formación de los maquinistas necesarios para mantener los 136 trayectos diarios que había en las líneas C-1 y C-2 de Málaga, la operador ha suprimido 32 desplazamientos entre Málaga y Fuengirola (16 en cada sentido) y dos en la línea de Álora (uno en cada sentido). Actualmente, circulan 76 trenes en la línea C1 y 26 en la C-2. Renfe contabiliza de manera oficial, desde el 1 de enero hasta el pasado 31 de octubre, un total de 576 trenes de Cercanías en Málaga cancelados por falta de maquinistas, en su mayoría en la línea entre Málaga y Fuengirola. Con esta reprogramación circulan el 75% de los servicios habituales, un margen suficiente, según Renfe, a una demanda que está en el 50 por ciento de la existente antes de la pandemia.

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