Un centenar de estudiantes erasmus de la Universidad de Málaga, atrapados en la Italia del coronavirus

«Somos muchos los que queremos volver a casa», decía Rosa, que lamentaba la decisión del Gobierno sin aviso previo. «Algunos compañeros han regresado. Nosotras hemos esperado porque nos pedían calma y seguir las instrucciones de las autoridades. Ahora nos vemos aquí, sin posibilidad de salir, con la universidad cerrada y las calles vacías». Rosa y Clara no tiran la toalla, e intentarán realizar el viaje en avión, vía Munich. O bien en autobús, de Florencia a Barcelona. «Hemos consultado a la Policía y nos dicen que siendo españolas no hay problema para salir del país», señaló.

Rosa Cobalea estudia tercer curso de Filología Hispánica en la UMA. Está todo este curso de eramus en Florencia. Comparte un piso con otras estudiantes españolas. Las extremas medidas adoptadas hace dos días por el Gobierno italiano les han sorprendido. «Aquí estábamos lejos de los focos de mayor contagio, estábamos haciendo una vida normal, una compañera el jueves estuvo en una discoteca», señaló la joven.

«Todo ha ido muy rápido», indicó Clara Barroso, otra estudiante de la UMA también en Florencia. Está en tercero de Económicas y, como Rosa, había sacado el billete para volar hoy a Madrid. «Es todo un poco caótico, de un día para otro aislan el país y cancelan los vuelos». Reconoce que hasta «hace un par de días no estaba preocupada, nos hacían llamadas a la calma, se veía gente por las calles. Con el cierre de fronteras ya sí me he preocupado», dijo. Rosa y Clara esperan que pase esta situación de alarma para regresar a Florencia. Aunque la Universidad de Málaga les ofrece la posibilidad de retomar aquí los estudios, su intención es volver a Italia.

Más suerte ha tenido Noemí Moreno Mollano. Estudia tercer curso de Educación Primaria y hace dos semanas volvió de Bolonia, donde estaba pasando un curso completo. En estos días ha tratado de hacer vida normal, aunque ha restringido las salidas. «Han pasado 14 días, y todo normal». De los últimos días en Italia recuerda que «desde España se veía mucho peor de lo que era la situación allí. Cuando se cerró la universidad ya sí decidí volver», aunque en todo momento estuvo tranquila, a pesar de la histeria que se desencadenó: recuerda supermercados vacíos y calles desiertas. Señaló que desde la UMA la llamaron para interesarse por su situación. Y espera que pase esta situación de crisis para volver y terminar allí su periodo de estancia.

En la universidad de Trento se encuentra Alejandro Maldonado Gómez-Landero. Es estudiante de cuarto curso de Filología Hispánica, y tiene la beca erasmus para todo el curso. En su caso no se ha planteado regresar: sus padres viven en Suiza, y allí las restricciones son muy severas, y en Málaga tendría que vivir con su abuela, de 70 años. «No quiero exponerla a un posible contagio», dijo. Alejandro asegura que por la calle se respira tranquilidad: «se ve gente paseando o familias que van a hacer la compra». Pero sí se siguen las indicaciones de higiene o mantener la distancia entre personas. Comparte piso en el centro de la ciudad con otros chicos. Dos han dejado la ciudad. Salir de Trento es, en su caso, «la última opción».