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Pasar el día en la playa incluye tomar un baño cada cierto tiempo y refrescarse. La calidad del agua para hacerlo en las playas de ... Málaga invita a ello. Más allá de lo que ve el simple ojo, las zonas de baño de todo el litoral ofrecen una calidad excelente. Así lo ha determinado un estudio realizado por la Universidad de Málaga. La Cátedra de Ciencias del Litoral recogió entre el 30 de mayo y el 8 de junio muestras para de agua y de sedimentos de arena para verificar cómo se encuentran las playas en función a lo que marca la normativa europea en relación a la microbiología presente en las aguas: aprobado y con nota para las playas desde Nerja a Manilva.
En total, se han analizado 55 zonas de baño de todos los municipios costeros, centrando la recogida de muestras en las playas más populares y concurridas de la provincia. El equipo no ha descartado los puntos sensibles, como pueden ser en la capital la desembocadura del Guadalhorce o las playas de Nerja que están afectadas por emisarios submarinos. En la capital, por ejemplo, se han analizado las zonas de Guadalmar, Sacaba, la Misericordia, la Malagueta, Pedregalejo, el Peñón del Cuervo y la Cala del Moral.
Francisco Franco es el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral y atiende a SUR para explicar el estudio: «Con este trabajo pretendíamos tener una foto lo más real posible del estado sanitario del agua. Pretendíamos conocer el estado inicial para el baño de las playas de la Costa del Sol para poder seguir su evolución a lo largo del verano. Se han recogido muestras, no solo de agua, también de arenas de 55 playas; haciendo hincapié en aquellas playas más representativas por ser las que más ocupación tienen durante el verano, y en aquellas en las que a priori el agua se renueve con mayor dificultad como son las aguas de las calas de Pedregalejo».
De cada playa se recogieron dos muestras. Una de agua y otra de sedimentos. Las muestras se recogieron en botellas de vidrio esmerilado estériles de 1,5 litros de capacidad. Estas botellas se trasladaron luego al depósito en las instalaciones de la Facultad de Ciencias de la UMA y se analizaron en un periodo inferior a 24 horas. En concreto, se medía la concentración de Escherichia coli y de enterococos intestinales, con el objetivo de evaluar la calidad de las aguas. Estos son los indicadores microbiológicos que, según determinan las directivas europeas, pueden estar directamente relacionados con la presencia de materia fecal en las aguas como consecuencia de un tratamiento inadecuado de las aguas residuales.
Aunque la calidad del agua queda atestada, también es verdad que las playas de Málaga no tienen la mejor fama si se compara, por ejemplo, con las playas del litoral gaditano. Sin embargo, Franco reivindica el litoral malagueño y aprovecha los resultados del estudio para dejar claro que las playas de la provincia no tienen nada que envidiar a la de otras: «Nosotros tenemos la inmensa fortuna de poder bañarnos en el Mar de Alborán, que no es el Mediterráneo, en sentido estricto, ni es el Atlántico; si no una zona de transición entre ambos. Tenemos lo mejor de ambos. A nivel estético, nuestras aguas de baño se ven muy diferentes a las aguas transparentes del Océano Atlántico que bañan las playas de Huelva o a las del Mar Mediterráneo cuando bañan una playa de Formentera. Los sedimentos que tenemos en nuestras playas tienen un contenido en limos y arcillas (polvo mineral) que influyen en la turbidez de nuestras aguas e incluso generan espumas flotantes que conocemos como natas».
Temidos por los bañistas, las formaciones circulares que flotan en el agua, conocidas como «natas», no son agradables para la vista pero son inocuas para la salud. Así también lo constata la Cátedra de Ciencias del Litoral: «Estas espumas flotantes tienen un contenido mineral en torno al 90%, el resto está formado por microalgas y microbiología marina que se va adsorbiendo en la superficie de las partículas minerales conforme la espuma flota en el agua del mar».
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