El calor anormal evapora de los embalses cada año el agua que consume Málaga en seis meses

Para hacernos una idea, con el volumen máximo evaporado se puede abastecer a Málaga capital durante más de seis meses. Expresado de otro modo: es el agua que bebe al año una población de 450.000 habitantes. La cosa empeora y se acelera en un contexto general de calentamiento. Málaga cerró el 2023 como segundo año más cálido y sexto más seco de la serie histórica, que empieza a tener registros desde 1961. Este año proyecta ser algo más lluvioso, pero también más cálido.

«La evaporación depende de varios factores: superficie de espejo, temperaturas, horas de insolación y si hay o no precipitación. La superficie de espejo es la superficie al nivel del embalse. Cuanto mayor es la capacidad de un embalse, salvo excepciones, mayor es la superficie de espejo y, por tanto, la evaporación», explican a SUR fuentes de toda solvencia técnica. Hasta la presión atmosférica influye, según se recoge en uno de los anteriores planes de sequía de las Cuencas Mediterráneas redactado por la Junta de Andalucía y que cifraba la evaporación de La Viñuela, el pantano de la Axarquía, en unos 11 hm3 al año en un año normal de lluvias. En uno seco como el pasado sólo se evaporaron 2,41 hm3

En los escenarios de planificación de medidas contra la sequía, por ejemplo, los técnicos del sistema Guadalhorce-Limonero detallan que con 64 hm3 de lluvias aportadas a los embalses, equivalentes a un año normal sin sequía, se llegan a evaporar 20 hm3. Con la mitad de lluvia, la evaporación es de 15. Con un cuarto, baja a 10 y, con sequía galopante, unos 5 hectómetros cúbicos. Por ejemplo, en un periodo especialmente seco como fue el comprendido entre los pasados meses de octubre y enero, la evaporación estimada fue de 2,05 hm3.

La evaporación es uno de los factores en lo que se llama en el argot de los técnicos la 'ley del pantano', que es volumen aportado menos caudales ecológicos y de mantenimiento (limpieza de desagües, fondos, lodos...) menos consumo y menos evaporación. Eso da el volumen final de embalse. Por ejemplo, en todo el año hidrológico pasado se desembalsaron 10,9 hm3 en el sistema que abastece a Málaga para mantener el caudal ecológico fijado y para mantenimiento y seguridad.

En el pantano de La Concepción, entre Marbella e Istán, las dimensiones son más pequeñas. Y, por lo tanto, baja el fenómeno de la evaporación. En un año de pluviometría y aportaciones medias, los técnicos la cifran unos 2,5 hm3.

La preocupación de los científicos con respecto al fenómeno de la evaporación va al alza. Sirva como ejemplo, que, según el propio Plan Especial de Sequía de las Cuencas Mediterráneas de 2021, «se evapora más de un 5% del agua que penetra por el Estrecho de Gibraltar debido a su carácter de cuenca cerrada».

El doctor Enrique Salvo, profesor de Botánica y experto en Cambio Climático lo tiene claro: el calentamiento está siendo muy rápido. Y no sólo el contraste de la temperatura del agua con la del aire, también el subsuelo coge temperatura a pasos agigantados. Ya en el Plan de Sequía de 2005 -rememora- se introdujo el concepto de evaporación para la catalogación de la situación de escasez severa.

Para Salvo, el entorno del Mar de Alborán es uno de los puntos que más se está calentando del planeta. «Es que ya no sólo pasa en las ciudades, cuando medimos fuera de ellas también. No digamos en una superficie abierta de agua. Está claro que el consumo humano incide, pero las bajadas tan espectaculares que estamos viendo tienen detrás también a la evapotranspiración», incide.

En determinadas latitudes nacionales se nota mucho este efecto, que llega a producir bajadas de 1 centímetro diario en el nivel de los pantanos sometidos a temperaturas extremas y viento, que es otro de los componentes a tener en cuenta. En la cuenca del Guadiana, por ejemplo, algunos técnicos han cifrado las pérdidas anuales en 230 hm3, la capacidad de embalse asciende a 9.538 hm3, 15 veces más que la provincia de Málaga. En la cuenca del Júcar, hay registradas pérdidas de 0,3 hectómetros diarios en días de máximo calor.

Este fenómeno tiene fórmulas matemáticas concretas. La más extendida es la ecuación de Penman, que incluye variables como la radiación neta, la velocidad del viento a 2 metros de la superficie, la temperatura del aire a 2 metros de altura, el déficit de presión por vapor, la pendiente de curva o el flujo de calor del suelo.

¿Qué superficie ocupan los embalses de Málaga? El sistema Guadalhorce-Guadalteba suma 780 hectáreas; La Viñuela alcanza 546; el Conde de Guadalhorce, 546; 214 tiene La Concepción; 112 Casasola, y 105 Limonero.

Los embalses de Málaga llegaron a ganar 73 hectómetros cúbicos con las lluvias de marzo, hasta superar los 170 hm3 almacenados. Sin embargo, llevan ya diez días con la caída en picado veraniega y ya están en 167, apenas el 27% de su capacidad.

De momento, no hay soluciones claras para frenar la evaporación en grandes masas de agua. Existen algunos experimentos a nivel mundial utilizando productos químicos. Incluso cabe la posibilidad de coberturas parciales como la que propusieron Trops y la Universidad de Málaga en su proyecto para hacer una desaladora en la Axarquía. La planta se abastecería energéticamente con paneles solares flotantes en el pantano de La Viñuela. Las placas sobre tarimas ayudarían a reducir la insolación en la lámina de agua y, por lo tanto, la evaporación.