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Han pasado cerca de cuatro años desde que los ciudadanos de Reino Unido decidieran con su voto que querían salir de la Unión Europea. Desde ... entonces, el 'Brexit' ha condicionado la vida de los ciudadanos españoles viviendo en las Islas, pero también a los más de 40.000 británicos censados en la provincia de Málaga, especialmente en la Costa del Sol.
Tras recorrer un camino tortuoso que ha dejado tras de sí a una primera ministra y dos elecciones en Reino Unido, finalmente el Gobierno de Boris Johnson ha conseguido un acuerdo de salida con las instituciones europeas que entra hoy en vigor, y que en gran medida salva los principales problemas que podrían haber surgido si el 'Brexit' se hubiera producido de forma más virulenta. A pesar de ello, la salida tendrá consecuencias en el futuro, y la primera conclusión que se obtiene desde ambas partes es que los ciudadanos británicos tendrán que residir legalmente en España si quieren mantener sus derechos.
En concreto, este 1 de febrero marca el inicio del periodo de transición que finalizará el 31 de diciembre de 2020. Hasta entonces, la situación a la práctica será la misma que hasta ahora. En este tiempo, los ciudadanos británicos tendrán que ponerse al día de todos los documentos para que a partir de 2021 puedan seguir disfrutando de la sanidad, la educación, el derecho al voto en las elecciones municipales o la posibilidad de convalidar el permiso de conducir sin un examen previo, entre otras cuestiones.
Tal como se señala en el acuerdo –y que la propia embajada ha especificado esta semana– los más de 40.000 británicos que residen en Málaga podrán seguir viviendo y trabajando en España. Así, los pensionistas del Reino Unido continuarán teniendo atención médica «de por vida» mientras permanezcan viviendo en España. Esto también se aplica a los residentes que reclamarán una pensión estatal del Reino Unido en el futuro, aunque en ambos casos perderían todos esos derechos si abandonaran España por un plazo de cinco años. Eso sí, a pesar de que residan en este país, la pensión estatal en el Reino Unido continuará siendo mejorada en los mismos términos que para un británico que resida en su país.
Además, el acuerdo prevé que los ciudadanos británicos puedan convalidar su permiso de conducir hasta el final de 2020 sin necesidad de hacer un examen, mientras que dicho carnet también podrá ser utilizado en Reino Unido.
Sobre los derechos de sufragio, los británicos eran conocedores de que ya no podrían votar en las elecciones europeas después del 'Brexit', pero también corría riesgo los comicios municipales. Finalmente, el acuerdo establece que aún podrán votar y presentarse como candidatos en las elecciones locales en este país.
Según la embajada, todos estos derechos estarán protegidos mientras vivan en España, y siempre que sean ciudadanos británicos y residentes legales antes de finales de 2020. Así lo especificó la cónsul británica en España, Charmaine Arbouin, que afirmó esta semana que la aprobación del acuerdo de salida era un paso muy importante para los ciudadanos del Reino Unido que viven aquí. «Brinda seguridad sobre los derechos clave, como poder seguir viviendo y trabajando aquí, y que los pensionistas tengan atención médica de por vida y pensiones mejoradas», argumentó.
Junto con esos derechos, Arbouin recordó que también existen obligaciones. «La principal es asegurarse de estar registrado con un certificado de residencia. Este sigue siendo un documento válido después del 31 de enero», insistió, para recordar que comunicarán cualquier detalle sobre futuros procesos de residencia una vez que lleguen a otra clase de acuerdos.
Precisamente, el tiempo entre el 1 de febrero (hoy) y el 31 de diciembre de 2020 se considera de transición para que Reino Unido pueda llegar a acuerdos bilaterales con otros países, como el caso de España.
Cada uno de los estados de la Unión Europea tiene sus propias circunstancias, y en el caso de este país destaca por encima del resto los pensionistas y el turismo. Sobre la primera situación, el 'Brexit' (al menos de momento) impedirá que los británicos puedan pasar seis meses al año en cada lugar; una situación recurrente hasta el momento. Aunque posea una casa en propiedad, un ciudadano británico podrá estar un máximo de tres meses seguidos (con visado de turista) en España si cuenta con la residencia legal.
Para poder estar otros tres meses tendrán que regresar a su país al menos otros noventa días para volver a entrar de forma legal en España. El problema que surge para los británicos es que en caso de residir legalmente en nuestro país, el medio año que pasaran en su país tampoco sería sencillo, ya que podrían perder derechos en su país de origen, como una limitación de del acceso a la sanidad, aunque en este caso el Gobierno británico no lo ha terminado de confirmar.
A pesar de todo ello, fuentes del Consulado recuerdan que la obligación de solicitar la residencia ya existía previamente al 'Brexit', aunque al mismo tiempo admiten que en muchos casos no se producía por la 'comodidad' que permitía que Reino Unido estuviera en la Unión Europea.
El acuerdo firmado por las dos instituciones ha dado cierta tranquilidad a los residentes en España, pero algunas cuestiones –al menos de momento– siguen sin resolverse. Ese es el caso de aquellos que residan en España y quieran mudarse a otro país de la Unión; o la situación en la que quedan las parejas de origen europeo de los británicos que quieran regresar a vivir su país. De momento, la comunidad británica respira aliviada, aunque con algo de recelo.
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