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Un día, cuando Juan Cassá anunció que dejaba Ciudadanos (Cs), se encendieron las alarmas en el PP de Málaga. En ese momento se supo que en el Ayuntamiento de la capital ya no se disponía de una mayoría absoluta estable, incluso cuadraban los números para una posible moción de censura al alcalde, Francisco de la Torre. En el PP se dio carpetazo a esta amenaza con la inclusión de Cassá en nuevos cargos de responsabilidad en el Gobierno que preside Francisco Salado en la Diputación. Desde la semana pasada, el exnaranja está al frente del área de Responsabilidades Institucionales, aunque para ello hubiera que desplazar a la diputada popular, Francisca Caracuel. Este movimiento, pactado entre las partes, ejecutado con cierta rapidez, se lee como un bando que publica, a cambio, la estabilidad en el Ayuntamiento. Un hecho que no impidió este lunes al consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, destacar las cualidades que atesoraría Cassá para hacerle valedor de representar a la Diputación de puertas para fuera.
El también presidente del PP de Málaga, al que fuentes del partido relacionan como uno de los encargados de embridar una situación compleja para su formación, destacó la «experiencia» y el «buen hacer» de Cassá a lo largo de los últimos años. Y eso que fue designado como el principal responsable de que Cs empeorara sus resultados electorales en la capital, bajando de tres a dos concejales. Un hecho que, sumado a su nula relación con la portavoz de Cs en el Ayuntamiento, Noelia Losada, habían convertido su día a día en el partido naranja en un cortejo fúnebre, desembocando en su salida abrupta en mayo.
Bendodo, que estrenó el primer lunes de la llamada nueva normalidad en Málaga, con un encuentro de trabajo en el puerto de Málaga, donde coincidió con su presidente, Carlos Rubio, quiso descargar cualquier toma de decisión respecto al mencionado asunto en Salado. Dijo que fue un movimiento «acertado» y le dio las gracias por ello. De Cassá espera un buen trabajo de ahora en adelante. La combinación de cargos, eso ya está claro, (ya era portavoz de Cs) le permite mantener los mismos emolumentos que tenía antes de pasar al grupo de diputados no adscritos.
Quien no se ha retratado hasta el momento es el vicepresidente de la Diputación, Juan Carlos Maldonado. No se ha pronunciado en público sobre la nueva configuración en el Gobierno de la Diputación. Hasta ahora, siempre, había asegurado que transitaba en una buena sintonía con Cassá, pero les unía el nexo del partido. Habrá que ver si se siguen saludando con igual pasión.
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