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El entorno del pantano del Agujero donde algunos echan un día de campo, la zona de barbacoas del Peñón del Cuervo, las playas de Guadalmar o Sacaba, el cauce de distintos arroyos como el de Teatinos o el de Pocapringue en El Tarajal, el espigón de La Misericordia, la desembocadura del Guadalhorce e incluso el tramo del río Guadalmedina que pasa por debajo del puente de Tetuán, en pleno Centro de Málaga. En cualquiera de estos enclaves resulta habitual encontrarse restos de residuos dejados por incívicos que prefieren dejar sus basuras esparcidas y desprenderse de todo tipo de enseres y escombros. Y si no hay más es porque lo que tiran algunos malagueños y no recogen las administraciones públicas se encargan de retirarlo personas anónimas que de forma altruista destinan parte de su tiempo libre a limpiar estos espacios. Ése es el caso de un grupo de malagueños que prácticamente todas las semanas organiza quedadas para recorrer distintos puntos de la ciudad retirando residuos. Se autodenominan Voluntarios Amigos del Mar.
El origen de este equipo de personas que hasta hace unos meses no se conocía de nada es Antonio Martín Troyano, que desde que se jubiló hace dos años aprovecha sus paseos por la naturaleza para limpiar. «Cuando se habla del problema de los plásticos en el medio ambiente se apunta siempre del fabricante, pero el culpable es el que lo tira en cualquier sitio, ya sea en un arroyo, en el río o directamente al mar», comenta este vecino que no oculta su pesimismo en torno a la sensibilización de la ciudadanía. «Creo que la única manera para que esto se alivie es concienciar a base de multas. Es una pena», relata apenas unos minutos de terminar su 'paseo' por el arroyo de Teatinos. «He recogido tres sacos y una bolsa más pequeña, pero aún quedaba», relata.
Su ejemplo empezó a cundir y la primera en sumarse a la causa fue Pepa García. «Se puso en contacto conmigo a través de Facebook y ahora somos ocho personas«, explica Antonio. Una de ellas es Patricia Vera. «Este verano conocí a un hombre y una mujer (Antonio y Pepa) limpiando en la playa de Guadalmar. Desde entonces, vamos quedando a través del grupo de Whatsapp que tenemos para hacer distintas rutas. La última batida fue hace unos días en el tramo final del Guadalmedina. Y como las demás, dan a conocer sus acciones a través del perfil de Facebook de la asociación Andalimpia. La sensación, desoladora. «Es la tercera vez que vamos y aún queda muchísimo por limpiar. Hay hasta bicicletas y colchones. Como voluntarios podemos echar una mano, pero es obligación de las administraciones».
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