Varios trabajadores del campo participan en la recolecta de aceitunas en una finca en Campillos, esta semana. SUR

Los bajos rendimientos de la aceituna marcan el inicio de la nueva campaña en Málaga

El sector estima que los altos precios se mantendrán en los próximos meses ante la previsión de otra cosecha que ya apunta a la baja

Martes, 2 de enero 2024, 10:39

Las primeras semanas de la presente campaña de recogida de la aceituna no vienen acompañadas de noticias positivas en la provincia de Málaga. La falta de lluvias en los últimos meses se ha traducido en un fruto que no se ha podido «rematar». En la ... jerga del campo, esto significa que no ha podido alcanzar el tamaño deseado. «Los rendimientos están siendo muy bajos», admite a SUR el presidente de la Cooperativa de Campillos, Benito Avilés.

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La campaña, según los foros oficiales, debería mejorar los registros de la anterior. Para Málaga, la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural fijó la cifra de 31.000 toneladas. Un incremento del 2,3% si se compara con los registros de la campaña 2022/2023, la peor de los últimos 20 años. Insuficiente, en todo caso, según el sector olivarero.

A una producción que apunta de nuevo a la baja, hay que sumar otro elemento diferencial. Si el año pasado aún había reservas en los almacenes de las cooperativas, este llamado stock de enlace está ya bajo mínimos. «Lo que hay ahora en el campo es lo que hay», resume para SUR Perfecto Matas, un agricultor que tiene una finca de olivos en el municipio antequerano de Cartojal.

El dato

  • 31.000 toneladas es la cosecha que ha estimado la Junta de Andalucía para el olivar malagueño en la campaña 2023/2024. Esta previsión dibuja un escenario negativo, sin que el consumidor pueda esperar precios más baratos en los supermercados a corto plazo.

Y lo que hay no es un producto de mala calidad, pero sí de poca cantidad. «Estamos expuestos a unas condiciones climáticas muy negativas. Las lluvias deseadas en otoño no han llegado. Estamos cogiendo las aceitunas con unas temperaturas más de verano», precisa Benito Avilés. La preocupación también ha llegado hasta Asaja, la principal cooperativa del sector agrario en la provincia de Málaga. El inicio de la campaña no está siendo el deseado y los agricultores locales están enfrentándose a un mercado muy complicado. En un comunicado, la asociación se hace eco de un contexto muy complejo. «Aunque se está adelantando la cosecha todo lo posible, la verdad es que los rendimientos en aceite no están acompañando lo que se esperaba», asegura Asaja.

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En este contexto, ninguna voz autorizada del sector olivarero vaticina una bajada de precios. La tensión que provoca la suma de falta de producto más una falta de stock apunta a que el litro seguirá rondando o superando los ocho euros en los próximos meses. Unos precios que ya están llevando a una reducción en el consumo en la provincia de Málaga. Una espiral negativa que, según el presidente de Dcoop, Antonio Luque, hará que haya una escasez de demanda cuando el volumen de producto se normalice.

¿Cuándo se producirá esta normalización? Desde Campillos, Benito Avilés responde a la pregunta mirando el cielo. «Por muchas vueltas que le queremos dar, es una cuestión meteorológica. El precio bajará cuando vuelva a llover», insiste.

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Avilés, que lleva subido al tractor desde niño, no recuerda dos campañas seguidas con niveles tan bajos. «En la anterior campaña fueron 30.000 toneladas, en esta vamos a 31.000», expone. Para fijar el contexto, sirve la siguiente frase que pronuncia: «Antes, una campaña de 50.000 toneladas se podía considerar como normalita». Los números también confirman lo expresado por el presidente de la cooperativa de Campillos. La serie histórica da relieve al momento complicado que está viviendo el olivar. Hasta la campaña del año pasado, para encontrar la peor cosecha del siglo desde que existen registros, había que irse a la cosecha 2002-2003. Esa temporada, la producción de aceite se quedó en 36.000 toneladas. Hasta el momento, el único año en el que la provincia se quedó por debajo de las 40.000 toneladas. En los últimos tres años, siempre se ha rebasado la barrera de las 50.000 toneladas.

Ante la falta de lluvias, el sector insiste en la necesidad de construir infraestructuras hídricas que puedan garantizar el riego del olivar con agua regenerada. «Todos los días estamos tirando agua al mar», recuerda Avilés.

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