Los ayuntamientos inician la legislatura sin nuevos macroproyectos a la vista

El control del gasto público por parte de la Administración general del Estado; la crisis económica; y el cambio de mentalidad del ciudadano-votante que ya no exige tanto como en otros momentos, parecen ser los principales motivos. Las grandes ciudades deportivas, las piscinas olímpicas y los teatros siguen pendientes en muchos municipios de la provincia, pero ya han dejado de ser una prioridad.

En el caso de Málaga capital todos los esfuerzos inversores en los próximos años se sitúan principalmente en el túnel. Tanto el metro como el tercer hospital han de contar con el apoyo del Consistorio, pero no son proyectos promovidos por la Administración local. No en vano, en los últimos años de la legislatura que ha terminado, el excedente del presupuesto ha ido a parar a reformar calles en los barrios con la fórmula de la inversiones financieramente sostenibles.

Las grandes ciudades de la Costa del Sol no son ajenas a este cambio de tendencia. En Mijas se proyectó durante 2015-2019 un 'gran parque' (se anunció como el más grande de la provincia) con cerca de 10 millones de euros que nunca vio la luz, y que ahora ni siquiera forma parte de la actualidad política. En Fuengirola, la oposición criticó a la alcaldesa, Ana Mula, por no hacer más que arreglar calles; un hecho que se ha visto refrendado por los votantes con una amplia mayoría absoluta. En el caso de esta ciudad existe un proyecto para mejorar el puerto, pero de momento esta legislatura sigue una dinámica similar a la anterior.

En Benalmádena el propio alcalde, Víctor Navas, reconoce que lo que hacen falta son «reformas» más que macroproyectos. En su caso, esta política también ha sido premiada por los vecinos en las urnas.

Una de las obras de mayor envergadura en los últimos cuatro años sufragada por un ayuntamiento la protagonizó Estepona. La construcción del hospital –terminado pero no inaugurado– supuso para las arcas municipales cerca de 15 millones de euros que el ejecutivo de José María García Urbano decidió desembolsar pese a no ser una competencia municipal. Aunque ha manifestado interés en la construcción de una universidad privada, también en la localidad esteponera ha arrancado la legislatura sin un gasto de relumbrón a la vista.

El segundo municipio de la provincia, Marbella, anunciará en estos días la construcción de una piscina olímpica por valor de ocho millones de euros. Una cantidad nada desdeñable pero que queda lejos de lo que supondría levantar un nuevo pabellón o un centro deportivo al completo.

Tanto en la costa oriental como en el interior la situación es similar. En Torre del Mar hay una idea que cobra forma de levantar un teatro con 550 butacas y 8 millones de presupuesto, aunque tampoco se ha iniciado ni tan siquiera el proceso de licitación. En Alhaurín de la Torre se lleva prometiendo un teatro que no solo no se inició, sino que esta vez ya ni aparece como proyecto. La gran apuesta de Cártama –el centro acuático– está a punto de finalizar y no se espera una inversión similar para los próximos años.