Málaga se engancha al hidrógeno verde con los dos primeros proyectos para producirlo

En estos días está en fase de información pública un proyecto denominado 'Salesianos', promovido por la sociedad Telmo Solar, el de mayor calado con diferencia. La planta de electrolisis será la primera, además, autoabastecida, gracias a que contará con su propio huerto solar fotovoltaico, según consta en el documento de síntesis consultado por SUR.

«La potencia de diseño de la planta será de 30 MW eléctricos para producir hidrógeno a partir de agua desionizada, con una producción de hasta 540 kg/h de hidrógeno de alta pureza, tras pasar por una planta de purificación, llegando a valores de pureza por encima del 99,999%, que es el requerimiento necesario para su utilización en células de combustible. La capacidad máxima de producción en modo de operación continua es de 4.536 toneladas de hidrógeno anuales y en como de operación con autoconsumo de la energía fotovoltaica produce un total de 1.318 toneladas de hidrógeno anuales», incluye dicho documento.

El electrolizador alcalino genera dicho hidrógeno a 30-40 bares de presión. Tras el proceso de purificación, se conducirá a una zona de tanques de almacenamiento con una capacidad total estimada en 26 toneladas de hidrógeno a 40 bar. El volumen total de almacenamiento será de 8.000 m3, y la superficie ocupada para los depósitos, incluyendo la interconexión entre los mismos será de aproximadamente 5.500 m2.

El parque solar complementario tendrá una potencia de 25 MW. Tanto para este como para la planta de hidrógeno, el proyecto analiza dos emplazamientos, ambos situados en la zona Norte del término de Antequera, en el terreno que queda al Sur de la A-92.

El documento analiza estos emplazamientos y entra a fondo en los posibles impactos ambientales, que serán claves para obtener la autorización unificada por parte de la Consejería de Sostenibilidad. En ambos casos, la superficie total supera las 58 hectáreas.

Además, se prevé la posibilidad de conexión a la red de distribución eléctrica, a través de una línea y subestación anexas a la planta. El principal destino del hidrógeno producido será el almacenamiento y su distribución a consumidores de hidrógeno verde, tales como aplicaciones industriales, el sector del transporte pesado y la movilidad. La planta será parte del ecosistema de producción, venta y distribución de hidrógeno a estaciones de suministro, o hidrogeneras.

Adicionalmente, se planea la posibilidad futura de realizar un proyecto complementario de conexión a la red gasista de Enagás mediante un hidroducto. De esta forma se plantea la inyección de hidrógeno verde en la red de gas natural conforme a los parámetros y requisitos técnicos y reglamentarios.

La inversión global es muy elevada: más de 61 millones de euros en la zona de hidrógeno; 16 millones en la fotovoltaica, y 144.000 en las instalaciones auxiliares.

El otro proyecto, de menor alcance pero más avanzado, está promovido por Fisterra, la energética participada por el fondo Blackstone, ya tiene el visto bueno ambiental. Según ha sabido este diario, la superficie total de la planta es de 10.919 metros cuadrados. Estará ubicada en el arque Empresarial de Antequera, Málaga y tendrá una capacidad de producción de hidrógeno de 1.806 kg/día.

En este caso, la tecnología utilizada es la electrólisis con membrana de intercambio de protones (PEM). La capacidad del almacenamiento es limitada, para cubrir el desacople entre producción y consumo. También se abre la posibilidad de recibir hidrógeno mediante tráiler desde plantas industriales.

Estas serán, si terminan de cristalizar, las primeras fábricas de hidrógeno verde de la provincia. Pero también hay buenas noticias complementarias como la anunciada este verano por la multinacional Hygreen Energy, que lidera la fabricación de electrolizadores. Los fabricará en Humilladero y prevé crear mil empleos. Pero hay todavía muchos escollos por resolver.

El término 'hidrógeno verde' hace referencia a la producción de hidrógeno generada por energías renovables bajas en emisiones. Es decir, que el hidrógeno verde es hidrógeno normal y corriente, pero producido con métodos que no contaminan el medio ambiente.

El hidrógeno verde no es una fuente de energía ni un combustible en sí mismo, sino lo que se conoce como un vector energético. ¿Qué quiere decir esto? Que es un medio que permite almacenar energía que ha sido producida por fuentes primarias de energía (luz, calor, energía eléctrica o combinaciones de estas fuentes) para transportarla y liberarla cuando y donde se demande. Es como una pila; un transportador de energía que permite trasladar esta desde la fuente de energía primaria hasta el lugar donde se necesita.

Tanto la Unión Europea como el Gobierno apuestan por el hidrógeno verde como herramienta para acelerar la descarbonización de la economía.

Algunos de los usos concretos del hidrógeno verde son: generación de electricidad; transporte; industria; almacenamiento de energía; calefacción y climatización; producción de combustibles sintéticos...

El principal método de obtención de hidrógeno verde ahora mismo es la electrólisis del agua, que no es otra cosa que separar las moléculas de agua (H₂O) en oxígeno (O₂) e hidrógeno (H₂) utilizando electricidad. Este proceso se lleva a cabo en un dispositivo llamado electrolizador, que consta de dos electrodos (ánodo y cátodo) y una membrana que permite el paso de iones. Lo que distingue al hidrógeno verde es que la electricidad utilizada en la electrólisis proviene de fuentes de energía renovable, como la solar, eólica o hidroeléctrica, lo que garantiza que no haya emisiones de carbono. En este proceso, el único subproducto es el oxígeno, lo que hace que el proceso sea extremadamente limpio. Para generar una tonelada de hidrógeno, se necesitan aproximadamente 11.000 litros de agua.

Hay que tener en cuenta que su desarrollo es muy reciente. En 2020 el 99% del hidrógeno todavía se producía con fuentes basadas en carbono. Ahora estamos en una etapa crítica para su expansión y evolución gracias a los importantes avances tecnológicos y de infraestructura y al apoyo gubernamental dentro de los planes de transición energética, pero todavía hay desafíos importantes por superar. Para 2030, se espera una capacidad de producción de 45 millones de toneladas de hidrógeno limpio a nivel mundial. Sin embargo, buena parte de las infraestructuras previstas están todavía en fase incipiente de planificación.

El hidrógeno verde se enfrenta a varios desafíos clave si quiere convertirse en una solución energética globalmente dominante, como la necesidad de regulaciones específicas, la reducción de los costes de producción y la expansión de la infraestructura de almacenamiento y transporte.

La Unión Europea quiere convertirse en la región del mundo con el mayor consumo de hidrógeno en 2030. Estima que necesitará 20 millones de toneladas para satisfacer su necesidad de descarbonización. La mitad de esta suma se pretende importar de terceros países. Para potenciar la industria del hidrógeno verde, ha puesto más de 25.000 millones de euros a disposición de los diferentes mecanismos de financiación creados para proyectos de hidrógeno.