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Inés Orselly (francés), Evans Ukasinovic (inglés) y Elisa Mauri (italiano), tres jóvenes auxiliares de conversación. M. Fernández/S. Salas
Elisa, Evans e Inés, lengua, cultura y tradiciones en versión original

Elisa, Evans e Inés, lengua, cultura y tradiciones en versión original

277 jóvenes de 18 nacionalidades diferentes se han incorporado a los centros docentes malagueños en este curso escolar como auxiliares de conversación para ayudar a una mejor comprensión de las lenguas extranjeras

Lunes, 6 de noviembre 2023, 00:22

Conocer otro país, aprender su idioma, hacer nuevos amigos y, al mismo tiempo, realizar una actividad que les resulta enriquecedora. 277 jóvenes de 18 nacionalidades diferentes se han incorporado este curso a centros públicos bilingües de la provincia, así como a la Escuela de Idiomas, como auxiliares de conversación, colaborando con los profesores tutores en la formación del alumnado, por lo que reciben una subvención con la que ayudar a costearse los gastos. Nada mejor que aprender una lengua extranjera en su versión original, con personas nativas con las que conversar y practicar el idioma.

Tres jóvenes cuentan a SUR cómo está resultando esta experiencia. Elisa Mauri, italiana de 26 años, que está en la Escuela Oficial de Idiomas; Evans Ukasinovic, de 24 años, es canadiense y está en el colegio público Doctor Fleming y en el instituto Christine Picasso, como auxiliar de francés, está Inés Orselly, de 20 años. Su función es apoyar a los profesores que imparten materias no lingüísticas, fomentando las destrezas orales y el conocimiento de la cultura y tradiciones de su país de origen.

Elisa Mauri, con uno de los grupos de italiano de la Escuela Oficial de Idiomas. Migue Fernández

En la Escuela Oficial de Idiomas se encuentra Elisa Mauri, auxiliar de italiano. La joven ha estudiado Lengua y Literatura y durante su etapa de estudiante realizó cinco estancias erasmus, entre otras Sevilla, Valencia y Canarias. Es su primer año de auxiliar de conversación y ella eligió una provincia andaluza. «Cuando me llamaron ofreciéndome Málaga, lo acepté encantada», comenta. Ha empezado en septiembre y estará colaborando en el centro hasta finales de mayo, como el resto de sus compañeros.

Considera que su experiencia en la EOI de Málaga «está siendo muy interesante, los estudiantes son muy apasionados y esto te hace implicarte mucho más. Estudian el italiano por gusto, no por necesidad, y eso se nota. Cada semana programamos actividades que se van exponiendo en clase. Me ha sorprendido el buen nivel que tienen. Se nota que esta es una buena escuela, con profesores muy bien preparados», comenta la joven. Con los alumnos procura «enseñarles expresiones idiomáticas y hablar mucho, es lo que más cuesta, perder la vergüenza», por lo que con su profesora tutora procuran plantear actividades que favorezcan la conversación.

Comparte piso, a una media hora andando de la escuela de Martiricos. Una amiga le pasó el teléfono de alguien que buscaba compañero de piso. «Nos conocimos por vídeollamada y nos caímos muy bien». En Italia vive en una región montañosa del centro, por lo que la playa es de lo que más valora de Málaga. También poder pasear, sus calles, monumentos y museos. Como algo negativo señala los precios, algo elevados. «Parecen pensados para los turistas, no para los que viven aquí», precisa. Como la subvención que recibe «no me llega para cubrir los gastos», Elisa da clases particulares de italiano.

Evans Ukasinovic, disfrazado por Halloween como los alumnos del colegio Doctor Fleming. Salvador Salas

Desde Canadá ha llegado al colegio público Doctor Fleming de la capital Evans Ukasinovic. Es su segundo año de auxiliar de conversación de inglés en España. El curso pasado estuvo en Almería y ha querido repetir la experiencia «en una ciudad algo más grade», aunque su estancia en Almería «fue extraordinaria», afirma.

Este graduado en Historia en Canada llegó a España con bastante incertidumbre. «No conocía casi nada del país», señala. Evans sí ha tenido algunos problemas para encontrar alojamiento. Tuvo que estar más de una semana en un apartamento turístico, hasta encontrar un piso para compartir con otros estudiantes.

En este poco tiempo Evans está totalmente integrado en el centro, asegura Francisco Caballero, tutor del grupo con el que estaba este martes disfrazado, como los niños, por la fiesta de Halloween. Evans agradece las facilidades que le han brindado en el centro y lo bien que ha sido acogido. Y también el carácter amable de los malagueños: «En el banco, el supermercado o la farmacia siempre están dispuestos a ayudarme», bromea. Para él, que quiere se profesor, esta experiencia está suponiendo un acercamiento a la docencia. Y, cómo no, la posibilidad de conocer otras ciudades y países.

Inés Orselly, auxiliar de francés, en clase de Historia de 1.º de la ESO en el Christine Picasso. Migue Fernández

Con solo 20 años, Inés Orselly ya es graduada en Derecho por la universidad de Toulouse (en Francia las carreras son de tres años, más dos de máster). Estudiando colaboró ayudando a personas extranjeras a aprender francés, por lo que la enseñanza siempre le ha atraído. El español fue su segundo idioma durante los estudios, por lo que quería aprenderlo mejor, y la opción de auxiliar de conversación le pareció muy interesante. Está en el instituto Christine Picasso, un centro bilingüe en francés.

En la clase de Historia apoya a la profesora Raquel Rodríguez Aguilera ayudando en la gramática, proporcionando juegos o abriendo debates con los alumnos en francés.

A Inés le ha sorprendido el buen nivel de francés, sobre todo de los últimos cursos de la ESO. Además, agradece a los profesores toda la ayuda que le han prestado y a los alumnos, que se porten muy bien con ella: «Temía que viéndome tan joven no me tomaran en serio», bromea. Vive en un piso compartido con estudiantes erasmus. Encontrar alojamiento ha sido uno de los momentos más estresantes. «No fue fácil y, haciéndolo a distancia, parece más arriesgado». Dice que la ciudad le ha sorprendido «gratamente. Puedo venir andando al instituto, hay museos, monumentos y ¡la playa! No se puede pedir más», por lo que cada día se encuentra «mejor adaptada» a Málaga.

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