La 'autopista' del agua avanza: una treintena de pueblos de Málaga unen fuerzas para acabar con la sequía

Benito Avilés tiene el futuro ante sus ojos. Desde su tractor, este agricultor de Campillos contempla un horizonte que está dominado por olivos. La campaña de la aceituna 2023/2024 ha vuelto a empeorar la del año pasado por culpa de la sequía. Pero el futuro que ve Avilés no es el de un terreno agrietado ni el de una actividad que ya no da para subsistir. Lo que contempla es la materialización de un proyecto llamado 'Futuraqua'. Para miles de agricultores como él, este proyecto representa la supervivencia de la agricultura en la provincia y el oxígeno que necesitan unos pueblos que se están desangrando por culpa de la despoblación.

Detrás del nombre de 'Futuraqua' está la construcción de dos tuberías que conectan con las depuradoras de Málaga. Un trazado de 120 kilómetros que busca reconducir el agua regenerada que en estos momentos se tira al mar, y que se podría utilizar para regar los campos de la zona norte de la provincia. Según los cálculos de Dcoop, solo la EDAR Guadalhorce está vertiendo 60 hectómetros cúbicos al año. Por poner este dato en contexto: un hectómetro cúbico equivale a mil millones de litros. Una cantidad que representa el consumo anual de agua de un municipio del tamaño de Torrox.

Ahora, este proyecto ha dado un paso determinante con la constitución de una comunidad de regantes que suma una treintena de municipios de la provincia de Málaga. Entre todos aportan 32.146 de los 33.463 hectáreas de terreno que abarca el alcance de la red de tuberías trazada. El resto lo suman trece pueblos que se encuentran en las provincias de Granada, Córdoba y Sevilla.

Entre los municipios malagueños, que se pueden consultar todos en el mapa que acompaña esta información, destacan poblaciones como Antequera, Archidona, Campillos, Villanueva de Algaidas, Villanueva de la Concepción, Teba o Mollina. Los tres que más hectáreas aportan a esta comunidad de regantes son Antequera (14.264), Campillos (2.858) y Archidona (2.858). Lo que tienen en común estos municipios es el gran peso que representa la agricultura para sus respectivas economías locales. Un peso que se mueve en torno al 80% y aumenta, aún más, en los pueblos más pequeños.

La constitución de esta comunidad de regantes tiene también otro trasfondo de suma importancia. Entre los municipios que se han adherido a este proyecto están ayuntamientos gobernados por el PP, PSOE e Izquierda Unida. Diferentes alcaldes consultados por SUR insisten en subrayar el «respaldo» y la «unidad» que hay detrás de este proyecto. El agua se ha convertido en un elemento imprescindible. Nadie quiere que la 'autopista' del agua pueda sucumbir al fuego cruzado entre administraciones de distinto color político.

Una unidad que será imprescindible para lograr la financiación que requiere una infraestructura de esta envergadura. El gerente de Cooperativas Agro-Alimentarias, Carlos Cintas, es uno de los encargados de llevar este proyecto a la realidad. Estima que el coste de la red de tuberías, que discurriría por la Ribera del Guadalhorce, asciende hasta los 750 millones de euros.

Un coste elevado que, según Cintas, deja de serlo si se compara con el beneficio de poder enterrar el concepto de sequía y sus consecuencias para siempre. Para obtener los recursos económicos, se apunta a la Junta de Andalucía, al Gobierno central y a la Unión Europea. El bombeo de agua a través de las tuberías se realizaría con el uso de energías renovables. Un motivo más por el que sus responsables estiman que el proyecto «encaja como un guante» para captar fondos Next Generation desde Bruselas.

«A ver quién es el responsable político que le puede decir no a esto», se pregunta Antonio Luque. El presidente de Dcoop atendió a SUR y resalta la importancia de todas las administraciones entiendan la envergadura de este proyecto. «Es el camino para consolidar la agricultura en la provincia de Málaga. Sin esta 'autopista del agua', será difícil mantener la existencia de nuestros pueblos y de la agricultura tal y como la conocemos», asegura.

Luque, al frente del mayor productor de aceite a nivel mundial, advierte de las consecuencias negativas que está teniendo el hundimiento en la producción por culpa de la sequía. «No podemos atender toda la demanda que tenemos en estos momentos», lamenta. Una producción corta, advierte, es como una ficha de domino que cae sobre la siguiente. Acaba luego en la pérdida de clientes y se traduce, finalmente, en menos empleo.

El margen temporal que manejan los responsables de Futuraqua para hacer este proyecto realidad es de cinco años. Es el tiempo que, según Luque, se necesita para recabar todos los permisos, atar la financiación y construir el trazado de tuberías. «Lograríamos acabar con el problema del agua y garantizaríamos el bienestar de muchos pueblos», resalta Luque.

Ante las voces más escépticas, que dudan de la viabilidad de este proyecto por el alto coste de la infraestructura, el presidente de Dcoop subraya que es «totalmente viable». Además, asegura que la 'autopista' del agua se acabará haciendo. «Ahora tenemos que trabajar para que se haga en cinco años y no en 30», sentencia.

• Temas
• Antequera
• Agua
• sequía