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Sandra Galiano tiene 33 años, lleva trabajando desde los 16, pero apenas suma un lustro cotizado. «Tengo dos niñas chicas, necesito crecer y no estancarme», confiesa la madre de Marina (nueve años) y Valeria (de tres), que el pasado mes de septiembre se lio «la ... manta a la cabeza» para ponerse al frente del Bar Galymar, el antiguo Bar Taboada, una de las tascas de mayor solera en la Estación de Cártama. «Los clientes están muy contentos y nosotros también, pero hay muchos gastos… Nada más de luz pagamos 2.800 euros el primer mes, aunque ahora la cosa ha bajado a 1.900 y pico», detalla Galiano desde la barra del local que regenta.
«Somos nueve personas trabajando aquí, cada trabajador con sus 40 horas y sus 1.440 euros de salario. Así la gente te responde. Si la plantilla sigue y hay estabilidad, ellos están contentos y yo también», apostilla Galiano, que hace unos meses se dio de alta como autónoma y enfiló una inversión cercana a los 60.000 euros para convertirse en empresaria. Más de mil malagueñas han seguido el mismo camino que Sandra en lo que va de año. De hecho, siete de cada diez autónomos dados de alta en la provincia este año son mujeres. Y así, las malagueñas llegan a duplicar el número de varones que se han convertido en trabajadores por cuenta propia en la provincia entre diciembre de 2021 y el pasado mes de noviembre.
Para ser exactos, la balanza ofrece 1.027 nuevas autónomas malagueñas frente a 468 hombres. Así lo especifican las estadísticas de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) que detallan que el 68,7% de los nuevos trabajadores por cuenta propia dados de alta en la provincia son mujeres, lo que representa un aumento del 2,2% respecto a las cifras de finales de 2021.
«Creo que hay dos causas fundamentales en el aumento exponencial en el número de trabajadoras autónomas en los últimos años: la búsqueda de la conciliación entre la vida laboral y familiar y el aumento progresivo de las coberturas legales para estas profesionales», inicia el secretario general de ATA, José Luis Perea.
«En el nuevo sistema de cotización queríamos reforzar los derechos de los autónomos, pero en particular de las mujeres autónomas y así se establece que si se produce un paréntesis en la actividad de su negocio por maternidad, cuando vuelve tiene dos años de bonificaciones con una reducción de hasta el 80% en la cuota; además, la legislación contempla deducciones del 75% cuota si desgraciadamente tienen que atender a hijos con alguna enfermedad», apostilla el secretario general de ATA.
Perea también recuerda –y destaca– medidas de la Junta de Andalucía para favorecer el emprendimiento entre los trabajadores por cuenta propia, como las bonificaciones durante los dos primeros años de actividad o las ventajas en caso de que sus ingresos no alcancen el salario mínimo interprofesional (SMI) fijado en 1.000 euros brutos mensuales repartidos en 14 pagas.
«Queríamos mantener la tarifa plana durante un año, con una cuota en torno a los 70 euros como medida fundamental para favorecer el emprendimiento y en Andalucía el gobierno regional ha asumido esa iniciativa, sin olvidar la cuota reducida para las mujeres autónomas que desarrollan su actividad en el entorno rural, porque representan un factor crucial para el anclaje de la población en esas zonas», reivindica Perea.
Además, el secretario general de ATA ofrece una clave importante a la hora de poner en contexto el aumento en el número de profesionales autónomas: «La mujer autónoma suele dar este paso un poco más tarde que los hombres, pero con una idea de negocio mucho más consolidada y sus iniciativas empresariales tienen una mayor capacidad de resistencia. No en vano, la perdurabilidad media de una empresa lanzada por un autónomo es de tres años, pero en el caso de las empresas creadas por mujeres se sitúa entre los cinco y los seis años».
Más de 50 años lleva abierto el antiguo Bar Taboada en la Estación de Cártama, que ahora regenta Sandra Galiano con nuevo nombre tras el traspaso. «He echado los papeles de la bonificación y estoy a la espera de que respondan», avisa la empresaria, que cierra con optimismo entre risas: «Tenemos un equipazo, así que vamos a estar al pie del cañón... ¡por lo menos, otros 50 años!».
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