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Una de las preocupaciones principales acerca del proyecto del parque eólico marino de Málaga es cómo podría afectar a la fauna que habita en el Mar de Alborán. Al respecto, Jesús Bellido, biólogo del Aula del Mar y miembro de la Unión Internacional para la ... Conservación de la Naturaleza (UICN), descarta una afectación importante.
«En cetáceos y tortugas no preveo ninguna interacción, salvo por las molestias en el momento de la instalación, que coincida con alguna población y la pueda desplazar durante un tiempo, pero más allá de eso...», comenta el investigador. «Por lo demás, que eso esté por encima del nivel del mar, la afección que pueda tener por debajo la veo mínima o ninguna para esos grupos».
A falta de un portavoz local en Málaga, la organización ecologista Greenpeace, en su informe «Energía eólica marina en Europa», respalda esta tecnología de producción de energía renovable, que «podría convertirse en el pilar del sistema europeo de suministro de energía eléctrica». «La energía eólica marina es capaz de contribuir considerablemente a hacer frente a la demanda europea de energía eléctrica».
Sin salir del ámbito ecologista, el malagueño Marcos Marchiono, que es Embajador Europeo por el Pacto Climático, muestra su posición con una afirmación tajante: «Prefiero ese bosque de molinos eólicos en el mar a que planten placas fotovoltaicas en un monte productivo».
A su juicio, a tenor de las ubicaciones que ha mostrado SUR, en la zona marcada por el Gobierno no hay una fauna o una flora relevantes. «Si el estudio de impacto ambiental es viable, por supuesto que sí, me parece perfecto; la transición energética hay que hacerla, sí o sí».
«Estamos a favor de los parques eólicos marinos, hay que hacer la transición energética ya, porque nos va a pillar el toro, y rebajar un poco las exigencias», añade Rafael Yus, coordinador de Gena-Ecologistas en Acción. «Evidentemente, los parques eólicos comportan algunos problemillas, pero no son muy contundentes, como para negarse a ellos». En este punto, se refiere al posible impacto visual «pero es completamente secundario, desde la orilla del mar se vería muy lejos, muy pequeño, es un impacto muy soportable, no tiene ningún sentido este tipo de oposición».
Con respecto a otro tipo de afecciones, sobre la dinámica marina, tampoco tiene demasiados inconvenientes; y tampoco es una zona de paso de aves, que migran sobre todo por el Estrecho, «y las que vuelan por esa zona lo hacen a una mayor altura, no sería perjudicial, y las aves marinas también se acostumbran».
«No hay más remedio que impulsar la transición energética, tenemos que rebajar todos nuestros niveles de exquisitez, por responsabilidad», sentencia. Además, Yus esgrime que el Ministerio para la Transición Ecológica ha estudiado previamente las afecciones ambientales.
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