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El modelo de formación semipresencial abre grandes incógnitas a los profesores, que deberían aclararse antes del comienzo de curso. En primer lugar, la semipresencialidad puede suponer acudir a clase unos días a la semana (se supone que 2 o 3 días) y el resto los alumnos se quedarían el casa. Otro modelo propone la asistencia por semanas, quedándose la otra mitad del grupo en casa. El problema surge a la hora de definir qué contenidos se imparten en clase y cuáles se dejan para que los alumnos los desarrollen por sí mismos en un trabajo autónomo. Lo que sí está claro es que la semipresencialidad se dará, cuando sea necesario, a partir de tercero de Secundaria (los alumnos tienen en ese curso en torno a los 15 años y, por tanto, se les supone una mayor autonomía).
En cuanto al modelo pedagógico a seguir en estos casos, hay diferentes opciones. La profesora Rosa Liarte apuesta por la 'clase invertida' o 'flipped classroom', una metodología que propone a los alumnos prepararse los temas en clase a partir de recursos multimedia que les proporcionan y preparan los profesores, aprovechando las sesiones en clase para resolver dudas y realizar trabajos cooperativos. «Llevo ya años implementándolo, y en el confinamiento fue mi manera de trabajar y me fue muy bien. En las video llamadas aclarábamos dudas y realizábamos actividades y proyectos de forma 'online'. Si es semipresencial, aprovechar las clases presenciales para trabajar con el alumnado realizando tareas y algún proyecto», explica la profesora. «Es momento ahora de repensar la enseñanza y de aprovechar el uso de las tecnologías para apoyar la labor docente», afirmó.
Para Patricia Santos, el modelo semipresencial que se propone estaría más acorde con el término anglosajón 'blendind learning', que combina la presencialidad en clase con las tecnologías para el trabajo en línea. Se trata de un modelo pedagógico «que ya ha sido experimentado y analizado» (ella misma imparte un curso durante el mes de septiembre, organizado por el CEP Marbella-Coín, con plazo de inscripción hasta el 2 de septiembre). Se trata, básicamente, de programar un proyecto educativo que combina la presencialidad con tareas a través de TIC. «Con este modelo el alumno es el protagonista de su aprendizaje», afirma Patricia Santos.
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