![Malagueños atrapados por la crisis del coronavirus en India y Ecuador](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202003/20/media/cortadas/india-U100619625019WMF-RcSJR1NdsQVbyV2OJ9nEtOM-1248x770@Diario%20Sur-DiarioSur.jpg)
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La crisis del coronavirus ha pillado a 2,7 millones de españoles en el extranjero, unos por razones profesionales y otros haciendo turismo. Y ante la incertidumbre y el miedo a quedarse en tierra tras el repliegue de fronteras, son muchos los que desde hace días intentan regresar por todos los medios.
Leticia Hervás
Es el caso de la malagueña Leticia Hervás (34 años) que se queja amargamente del abandono y el desprecio que ha sufrido por parte de la embajada española en Delhi. «Después de varios días intentando hablar con ellos, al final, me dijeron que me buscase la vida, que no eran una agencia de viajes. No puedo entender que mi propio país nos deniegue la ayuda en estos momentos de estado de alerta y nos deje tirados de esa forma».
Junto a su madre y una amiga viajaron hasta la India por turismo. «Íbamos para 15 días y al final hemos estado 12. Ha sido muy duro ver cómo nos repudiaban por miedo al contagio», relataba el pasado miércoles por la noche en el aeropuerto de la capital india, a punto de embarcar y tomar el avión que la trajese de vuelta a España. Lo hizo, junto a otros cinco españoles, con la compañía KLM (Air France), vía Ámsterdam antes de tomar tierra en Málaga. Pero no ha sido gracias a la ayuda de la embajada española, insiste. En su caso, tuvo que acudir a una amiga para que a través de una agencia de viajes de Málaga pudiera conseguirle un billete de regreso. Obtenerlo allí era imposible, bien porque las aerolíneas habían dejado de volar a España o porque el país de tránsito prohibía la entrada de españoles. «No hay derecho al abuso de las aerolíneas; algunas me han llegado a pedir entre 1.500 y 2.000 euros por un billete. Además, sin garantías, porque hay españoles que han comprado tres y cuatro billetes y se los han cancelado en el último momento», detalla Hervás. Asegura ser una afortunada por haber logrado un vuelo, pero «aquí hay españoles que no se pueden costear uno con esos precios astronómicos y tampoco logran un sitio donde dormir si no es en hostales de confianza. Es una situación extrema y España no nos está apoyando».
José Luis B.
Una situación similar es la que está viviendo José Luis B, que cuando salió de Málaga el 8 de diciembre nada le hizo presagiar la crisis sanitaria que se desataría meses más tarde. A él le ha pillado también en India. Allí llegó el 10 de febrero desde Sri Lanka para colaborar, como viene haciendo desde hace 15 años, como voluntario en la Fundación Vicente Ferrer y con las Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta. Hasta el próximo 8 de abril no tenía previsto regresar a España, «pero la situación aquí es insostenible: a los extranjeros nos tratan como apestados, porque temen que los contagiemos y con los pocos medios sanitarios que hay, aquí va a caer la gente como chinches. Tengo 60 años y no quiero jugármela», declara este malagueño muy relacionado con las artes escénicas y cinematográficas de su ciudad. Aunque dice estar bien, reconoce que siente inseguridad y cierta angustia después de que la embajada española «se limite a decirnos que nos vayamos a España, pero sin hacer nada para ayudarnos. En el mejor de los casos, reparte un listado con vuelos, pero la mayoría se cancelan después», señala. Tras hablar con la compañía aérea con la que sacó el billete de vuelta, Aeroflot, ha logrado que le adelanten el vuelo al día 30 de marzo. «Temo que me lo cancelen también, por eso no pierdo la esperanza de que tras hablar con la embajada podamos irnos todos los españoles que queremos regresar a nuestro país. Aunque no todos lo harán. Algunos prefieren quedarse aquí antes que pasar la pandemia encerrados en casa», precisa.
Nacho Vera
Muy distinta es la situación que ha vivido Nacho Vera, ya que en su particular odisea para regresar a España desde Ecuador ha contado en todo momento con el apoyo del consulado de Guayaquil y la embajada de España en Quito. El viaje que emprendió junto a su hermana y una amiga el pasado 25 de febrero para conocer Perú y Ecuador se truncó el mismo día que cruzaron la frontera y llegaron al aeropuerto ecuatoriano de Guayaquil. «Nada más bajar del avión nos dijeron que debíamos guardar cuarentena y nos entregaron un documento para que admitiésemos que teníamos coronavirus. Hasta recogía el médico que nos lo había diagnosticado. Alucinamos», recuerda este malagueño, que fue entrenador de baloncesto del antiguo Mayoral y profesor en el colegio Maristas. «Aunque el primer impulso fue continuar con el viaje, al final reparamos en los riesgos y decidimos volver». Su salvación fue un guardia civil que vigilaba el acceso al consulado de Guayaquil. «Estaba cerrado, pero gracias a él pudimos hablar con el cónsul, que se comprometió a gestionar la vuelta con otros españoles el 20 de marzo desde aquella ciudad. Al mismo tiempo, la embajada en Quito nos ofreció un vuelo el día 18 y tras sopesar ambas opciones, decidimos viajar a Quito». La sorpresa llegó el día antes de volar cuando comprobaron que uno de los billetes estaba cancelado y coincidía con la acompañante de Nacho que tiene una discapacidad del 79%. «Gracias a la mediación de la embajada, la compañía admitió a esta persona a falta de hora y media para salir. Estamos en Málaga por los pelos», declara aliviado Vera.
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