Ascensos, ajustes de cuentas y aguante

la semana política concluye entre ecos del Himno de Andalucía y el sabor de las primeras torrijas de la Cuaresma, que anuncian lo que está por llegar en Semana Santa, pasando por los movimientos en los diferentes partidos e instituciones. En el Congreso de los Diputados estos días se han producido sendos ascensos en el grupo del PSOE por el efecto dominó. La renuncia a su escaño de José Javier Izquierdo Roncero tras ser designado delegado del Gobierno en Castilla y León dejó vacante la presidencia de la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que fue ocupada por el malagueño Ignacio López.

Un reconocimiento que el grupo parlamentario hace a uno de los sanchistas ‘pata negra’ de Málaga, ya que López fue de los primeros en la provincia en apostar por Pedro Sánchez durante las primarias por el liderazgo del partido que enfrentó al hoy presidente del Gobierno a Susana Díaz. El diputado malagueño, además, mantiene una estrecha relación con el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos.

Al asumir esta nueva responsabilidad –dirigirá y moderará los trabajos de dicha comisión–, Ignacio López dejó la portavocía de la Comisión sobre Seguridad Vial y Movilidad Sostenible. Un puesto que asume otro malagueño, el diputado José Carlos Durán. Un ascenso que se ha interpretado como un gesto de la dirección del grupo parlamentario socialista a un integrante de la dirección de PSOE-A como Durán ahora que las relaciones políticas entre Sánchez y Díaz pasan por un momento dulce.

Más agrias están las relaciones entre la dirección provincial del PSOE y el alcalde de Torremolinos, José Ortiz, desde que éste dijera hace unas semanas, en una entrevista con este periódico, que la gestión del equipo liderado como secretario general por José Luis Ruiz Espejo, era «mejorable».

En estos días, SUR ha publicado que el Ayuntamiento de Torremolinos no paga la luz a la empresa suministradora, lo que mantiene a varios edificios públicos, entre ellos la escuela de música –con casi 400 alumnos– a oscuras. A este respecto, en charlas de café, algunos socialistas afines a la dirección provincial comentaban con retintín que la gestión de Ortiz al frente de este Consistorio también es «mejorable». Un comentario que augura una dura batalla interna cuando se abra el momento de los procesos congresuales del PSOE, que, si no hay adelanto, tendrán lugar el próximo año.

Por su parte, en este 2020 y una vez que se celebre, los próximos 7 y 8 de marzo, la asamblea nacional que ratificará a Santiago Abascal como líder de Vox –en su equipo está la malagueña Patricia Rueda–, la formación ultraconservadora deberá acometer la reelección de sus órganos provinciales. Una cita donde el partido en Andalucía llega con las aguas agitadas. Esta semana dimitió la presidenta en Sevilla, María José Piñero. Con ella ya son seis de los ocho líderes provinciales los que han dejado su cargo.

Uno de los que resiste, junto al de Córdoba, es el líder de Vox en Málaga, José Enrique Lara Peláez, aunque en los últimos meses ha sufrido varias dimisiones en su equipo directivo y tiene contestación interna por parte de un grupo de críticos –el más organizado es el que lidera el abogado Martín Ortega, uno de los aspirantes a sucederle– que no están de acuerdo con su forma de dirigir la organización.

El pasado 26 de febrero, Rosa Díez, expresidenta de UPyD presentó Unión 78, una plataforma de activismo político «sin pretensiones electorales» para «defender a los ciudadanos» del Gobierno actual, que «pacta con separatistas», y para combatir «el puzzle territorial» con protestas a partir de marzo. En la presentación estuvieron, entre otros, el filósofo Fernando Savater, la exdirigente del PP vasco María San Gil o el ex alcalde socialista de La Coruña Francisco Vázquez.

La profesora y escritora malagueña Elvira Roca Barea, autora de ‘Imperiofobia y leyenda negra’, también forma parte de Unión 78 y es la voz en Málaga.