Una imagen de archivo en la que se ven trabajadores vareando olivos para recoger la aceituna. Óscar Chamorro

El olivar malagueño quiere recuperar el mercado perdido en EE UU tras la suspensión de los aranceles

Biden apacigua la guerra comercial con la Unión Europea y el sector agroalimentario confía en poder aumentar sus exportaciones

Martes, 9 de marzo 2021, 00:48

La noticia llegó el viernes a última hora de manera inesperada. Una conversación de teléfono entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sirvió para confirmar el fin momentáneo de la guerra comercial ... en la que se encontraban sumidos ambos actores desde octubre de 2019. Entonces, el expresidente Donald Trump decidió imponer como represalia un arancel de castigo del 25% a determinados productos importados desde Europa. Entre ellos figuraban el aceite de oliva envasado en España y la aceituna de mesa, además de otros alimentos como el queso o el vino. El golpe fue demoledor. Ahora, con la eliminación provisional de los aranceles por cuatro meses, símbolo de un nuevo comienzo de las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos, se ofrece otro escenario para el olivar malagueño y el objetivo ya se ha fijado: recuperar el mercado perdido en EE UU lo antes posible.

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Era algo que el sector agroalimentario ansiaba. «Era insostenible estar con un arancel del 25%. Tanto para el aceite como para la aceituna de mesa. Habíamos sido sacados prácticamente del mercado», explica a SUR, haciendo un análisis global, el director de Relaciones Corporativas de DCOOP, Esteban Carneros. En el caso de DCOOP, la cooperativa pudo sortear los aranceles al contar con plantas envasadoras en EE UU. Carneros admite que este acercamiento «no se esperaba». Parecía que Biden quería seguir sobre el camino trazado por su antecesor en la Casa Blanca. «Nos parece un avance significativo. Ahora todos esperamos que los aranceles queden suprimidos para siempre, pero es cierto que se abre una nueva oportunidad», concluye Carneros.

Este gesto de distensión también se ha recibido como agua de mayo entre los pequeños fabricantes. Perfecto Matas, al frente de Hacienda de Colchado, una finca de 400 hectáreas en Cartaojal (Antequera), encarna un ejemplo representativo. Después de lanzar su marca de aceite premium bajo el sello de Legado, logró colocar las primeras botellas en las estanterías de los supermercados americanos en 2016. Abrir las puertas en Estados Unidos requiere de una inversión fuerte. Cuando Perfecto empezó a verle algo de rentabilidad, llegó el tsunami de los aranceles y tuvo que salir de EE UU. «Ahora quiero volver cuanto antes», confirma.

La reconquista, asegura, le resultará más fácil que la propia conquista. «Los contactos ya están hechos. La calidad del producto nunca estuvo en duda y ahora vuelve a ser competitivo en precio», subraya. El mercado de EE UU destaca por ser un mercado con alto poder adquisitivo y por el volumen que importa. A día de hoy, es el décimo consumidor de aceite de oliva a nivel mundial, con una clara tendencia al alza. En 2020, por primera vez, se rebasó la marca de los 400.000 toneladas.

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Más beneficios

El levantamiento del gravamen tiene otra ventaja para el aceite malagueño: vuelve a ser atractivo para que países terceros lo adquieran a granel, luego lo envasen en su territorio, y lo comercialicen finalmente como si fuera propio. En el sector se cuidan de ofrecer datos concretos sobre cuánto suponía el mercado de Estados Unidos para el volumen de negocio del olivar malagueño. El presidente de ASAJA Málaga, Baldomero Bellido, asegura que en estos momentos no se disponen de datos provincializados. En ASAJA también hacen una valoración muy positiva sobre la retirada de los aranceles. «Los aranceles afectaron de lleno a todo el mercado de la provincia. Exportaras o no aceite a Estados Unidos», explica. El exceso de producto, señala Bellido, se tradujo luego en un abaratamiento de los precios que afectó a todos los fabricantes de la provincia. Aunque perjudicó, sobre todo, a los más pequeños.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, también se muestra satisfecho ante el nuevo escenario que se abre ahora para el sector. «La suspensión temporal de los aranceles al aceite de oliva y otros productos autóctonos españoles por parte de EE UU devuelve la competitividad a nuestro sector agroalimentario, que se veía injustamente maltratado por esta arbitraria medida. Los aranceles suponían un lastre a las exportaciones españolas a EE UU, y confiamos en que, con voluntad de diálogo, se alcance una solución definitiva en el seno de la Organización Mundial del Comercio, más necesaria que nunca en momentos como los actuales», señala a SUR.

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