Antonio Romero: «La enfermedad es una lotería que te toca sin meter y tienes que aceptar para hacerle frente»
Antonio Romero, histórico dirigente de IU ·
En su Humilladero natal, donde vive desde que el párkinson lo retiró de la primera línea, el veterano comunista y sindicalista se dedica a leer, escribir libros y artículos y a analizar la política actual que ve como «muy poco idealista y muy obscena»
El número 6 de la calle Cádiz de Humilladero es una típica vivienda de los pueblos andaluces con sus paredes blancas, puertas de madera y rejas en las ventanas. En el tejado, la veleta es un galgo persiguiendo a una liebre. Una señal inequívoca de ... que aquí vive un galguero. Y también un histórico de la política malagueña. Con su característico bigote y la sonrisa en los labios saluda con efusión al cronista y al fotógrafo en el zaguán de su casa. Es Antonio Romero, un jornalero que conoció los secretos del Estado -como tituló el libro de sus memorias- y al que la enfermedad del párkinson retiró de la primera línea política en 2008 poniendo fin a una trayectoria de más de treinta años enarbolando las banderas y las ideas del PCE y CCOO.
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La lluvia cae tras los cristales de salón de su casa, desde donde se otea, justo enfrente, el parque que el Ayuntamiento le dedicó con su nombre. En este rincón de la vivienda que comparte junto a su pareja, Carmen Morillo, Romero desgrana ideas, reflexiones y recuerdos sobre la política, la actualidad y su enfermedad en una conversación de casi dos horas trufada de anécdotas y citas. Desde las paredes son testigos de la charla un cuadro con una alegoría de la Segunda República, un boceto del pintor Paco Cortijo con el rostro de Dolores Ibárruri 'La Pasionaria', una caricatura de Idígoras con la imagen del político y una escultura de plata de un galgo que la asociación nacional le concedió por su libro sobre esta raza canina.
Precisamente sobre libros comienza la conversación. Cuenta el político que ahora mismo tiene tres en marcha: uno sobre el bandolerismo andaluz donde mantiene la tesis de que los bandoleros no derivaron en mafia como sucedió en Italia porque al venir del proletariado se incorporaron a los movimientos obreros; otro sobre las anécdotas que le han sucedido a lo largo de su vida; y un tercero sobre republicanismo. La lectura, la escritura de libros, artículos (tiene una sección en El Mundo Obrero, órgano del PCE, bajo el título 'Pan o plomo') y reflexiones comparten protagonismo en el día a día de este humilladerense de la cosecha de 1955 con los paseos con su hijo, la charla tomando café con sus amigos o la asistencia «si alguien me lleva» a los actos de un partido al que lleva afiliado más de medio siglo.
Una formación política bajo cuyas siglas (bien en solitario el PCE o integrado en IU) fue senador, diputado, concejal en el Ayuntamiento de Málaga y parlamentario andaluz. Precisamente el de representante autonómico fue el primero y el último cargo público que ostentó. En 2008 dejó la Cámara regional después de que le fuera diagnosticado el párkinson. «Yo me notaba muy lento, me temblaba la mano y cuando empezaba a escribir la letra cada vez era más pequeña. Fui al médico y el doctor Óscar Fernández, una eminencia, me dio el dictamen. Él me dijo que no se lo dijera a nadie, pero yo le respondí que era un hombre público y honesto que no podía engañar a mis electores, ni a los malagueños ni a mi familia. Así que anuncié mi retirada de la política institucional a consecuencia de una enfermedad grave», rememora.
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Romero recuerda cuando «me abrieron la cabeza como un abrelatas» en una operación de siete horas sin anestesia para colocarle unos electrodos y una pila «que tengo aquí dentro (se señala el abdomen)» con el objetivo, logrado, de corregirle los temblores en las manos, al tiempo que le prescribieron un tratamiento con fármacos. «Es una enfermedad jodida, muy desagradable», afirma, aunque sin rencor en sus palabras, y añade: «La enfermedad es una lotería que te toca sin meter y tienes que aceptar para hacerle frente y ser un buen paciente para no perjudicar a la gente que está a tu alrededor, que no tiene la culpa de nada. Desde el principio he afrontado la enfermedad con mucho optimismo. Esta enfermedad lleva muy aparejada la depresión y yo no he tenido ninguna fase de depresión».
El párkinson no ha restado ni un ápice de la pasión y vocación política que siempre caracterizó a Antonio Romero, quien, cuando se lo piden aporta sus reflexiones en escritos que envía al exlíder de Podemos Pablo Iglesias, de quien destaca que «ha aportado mucho a la política española»; a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a la que ve como futura presidenta del Gobierno y de quien pone en valor cualidades como «su coraje, su cercanía y su disponibilidad»; o a dirigentes del PCE e Izquierda Unida como Ernesto Alba y Toni Valero. De este último, coordinador andaluz de IU destaca que es «un gran dirigente político, el futuro de Andalucía».
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Romero, que sintió una alegría «enorme» cuando los comunistas entraron en 2019 en el Gobierno de España, se detiene en la figura de Alberto Garzón, a quien dice «admirar». «Es un hombre con la cabeza muy bien ordenada, muy inteligente, prudente, buen político, que ha abierto grandes debates como el de las macrogranjas. Lo aprecio mucho. Tuvo una época con un perfil más técnico y ha evolucionado para abordar el tema político de una manera más amplia», destaca.
Cuestionado sobre cómo ve la política actual, se muestra crítico. «La veo muy obscena, muy poco romántica y poco idealista. Se han aparcado los ideales y se lucha por lo material, por el interés. A mí esa política no me gusta. Yo estaba enamorado de una causa, de una idea, equivocada o no, y luchaba por ella con honestidad, con transparencia... Pero ahora no me gusta este ambiente que se ha creado de deterioro», sostiene.
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«En la política actual se han aparcado los ideales y se lucha por lo material. Yo estaba enamorado de una causa, de una idea, equivocada o no, y luchaba por ella con honestidad y transparencia»
En el transcurso de la conversación los asuntos de la actualidad política se van solapando con los recuerdos. Sobre la falta de unidad de la izquierda, sostiene que se debe superar esa «fractura porque nos perjudica electoralmente» y para ello considera que deben dejarse a un lado los personalismos: «España es un país de personalidades fuertes y organizaciones colectivas débiles. Aquí el fulanismo pesa más que la organización en todos los terrenos».
El asunto que más preocupa en estos momentos a Antonio Romero es la irrupción con fuerza de Vox, un partido al que define como el «fascismo puro» y al que considera «un peligro para España». En este sentido, este aficionado a la caza con galgos sostiene que la bandera que el partido de Santiago Abascal hace de asuntos como la caza o los toros es «oportunismo político y tratan de hacer daño a la izquierda en Andalucía, donde hay mucha afición popular a la caza».
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Sobre las alianzas del PP con Vox, el veterano político y sindicalista considera que «no debe molestar», al igual que, a su juicio, la izquierda puede pactar con ERC o Bildu. «Que el PP pacte con quien quiera pero que asuma las consecuencias. Pero no va a haber cal suficiente para que el PP blanquee a Vox», recalca, al tiempo que califica al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, como representante de «la derecha democrática». «A Juanma lo conocí cuando era concejal en Málaga y sé que es un hombre que tiene posiciones de defensa de las cosas clásicas de la derecha, pero no es un fascista», precisa.
De su paso por el Ayuntamiento de la capital, Antonio Romero aún guarda el amargor de no haber podido ser alcalde. «Fue Felipe González el que dijo aquello de 'ni muerto es Antonio Romero alcalde de Málaga'. Él fue el responsable de que yo no fuera alcalde. Felipe ha sido el gran traidor, un hombre que ha engañado a todo el mundo y que ha ido a enriquecerse. Es el político más corrupto de toda Europa».
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«Vox es el fascismo puro y es un peligro para España»
En sus años en la vida municipal coincidió con el hoy alcalde de la capital, Francisco de la Torre, quien le visitó cuando se operó. «Tiene esos detalles, es muy protocolario», manifiesta sobre el regidor, a quien califica como un político «corcho, que ha pasado por todos los escenarios y que ya tenía responsabilidades en el franquismo como presidente de la Diputación». Ahora Romero dice estar «muy enfadado» con De la Torre a cuenta de La Casa Invisible y le advierte de que si se produce el cierre y el desalojo de este espacio de la cultura popular sería «muy grave y sería responsabilidad de Paco de la Torre»
Los instantes finales de la charla giran en torno a la Monarquía y la figura de Juan Carlos de Borbón, a quien este republicano convencido define como «un rey corrupto, comisionista y un ladrón como buen Borbón» y considera que «su corrupción empaña» la labor que desarrolló en la Transición. «No se puede separar su acción de la corrupción. No vale decir que era muy corrupto, pero bueno», añade.
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«La Monarquía en España ha sido y está siendo la institución que corona la corrupción generalizada que ha habido en la política española»
Preguntado sobre la figura de Felipe VI, sostiene que la Monarquía «no tiene solución y no se apuntala con operaciones cosméticas. El pueblo español tiene que ser preguntado si quiere República o Monarquía. La Monarquía en España ha sido y está siendo la institución que corona la corrupción generalizada que ha habido en la política española».
Una política de la que está alejado, pero que sigue con interés y de la que, durante años fue protagonista. ¿Cuál es el legado político de Antonio Romero? «La honestidad, la transparencia y la firmeza de mis ideas. Siempre me he sentido muy querido en Málaga y Andalucía», concluye al final de la entrevista.
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«La guerra de Ucrania es el fracaso de la civilización humana»
«La guerra de Ucrania es el fracaso de la política, de la diplomacia y de la civilización humana». Así cataloga Antonio Romero el conflicto armado provocado por la invasión rusa del territorio ucraniano y lamenta el daño y el sufrimiento que se le está infligiendo a la población civil, al tiempo que subraya que «el capitalismo y la guerra son dos caras de la misma moneda».
El análisis del conflicto que hace Romero, que fue portavoz de IU en la Comisión de Defensa del Congreso, es, por un lado, que la OTAN «ha forzado» la situación por su política de expansión y, por otro, por la «agresión criminal» de un gobernante «autocrático» como Putin, «que no es comunista, sino amigo de Abascal, de Le Pen, de Salvini,... de la extrema derecha».
Sobre las causas del actual conflicto, el veterano político explica que «la garantía de tu seguridad no se puede hacer poniendo en riesgo la del vecino; no puedo aumentar mi seguridad sobre tu inseguridad». «La OTAN dice que Ucrania es un país soberano y se puede aliar con quien quiera. ¿Qué pasaría si Rusia se alía con México, que es un país soberano, y se instalan cabezas nucleares a las puertas de Estados Unidos? No es posible porque tenemos una seguridad interdependiente donde tu seguridad no puede perder terreno si yo afianzo la mía. Debe haber un equilibrio. La geopolítica tiene esos equilibrios», sostiene.
Romero se muestra a favor de que Putin sea llevado a la Corte Penal Internacional para responder por sus «crímenes de guerra», pero al mismo tiempo pide que también comparezcan ante este tribunal los mandatarios de Estados Unidos por sus actuaciones en la guerra de Irak y la retirada de Afganistán, así como los integrantes del trío de las Azores: George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar.
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