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De vuelta a la carretera. Sumando otra vez kilómetros. Como si el tiempo no hubiera pasado desde que Antonio Maíllo dejara la política activa en 2019. Fue coordinador regional de IU en Andalucía. Ahora aspira a la coordinación general del partido, huérfana desde la salida ... de Alberto Garzón. Este viernes pasó por Málaga para presentar su candidatura, 'Vale la pena luchar', con la que se quiere imponer en unas primarias a la que concurren cuatro aspirantes. Entre ellos, la ministra de Juventud, Sira Rego.
El regreso a la política activa de Maíllo se produce en un contexto complejo para IU. Una formación en busca de su espacio propio para no diluirse en Sumar y afligida de cierta melancolía de tiempos pasados. Las situaciones complicadas no le son ajenas a Maíllo. Salvó a IU de la desaparición en Andalucía, en plena efervescencia de Podemos, cuando la mayoría daba al partido por muerto. Este viernes encabezó un acto en el Polo Digital de Málaga, en el que estuvo arropado por el coordinador regional de IU, Toni Valero, y la portavoz de la formación en el Ayuntamiento, Toni Morillas. En una intervención fiel a su estilo, didáctico y de aliento cercano, Maíllo reivindicó la necesidad de fortalecer el proyecto de IU y contribuir así que la derecha no llegue al Gobierno. «Vamos a aportar cordura a la política», aseguró.
«Hay una derecha que no asume que no es dueña del BOE», advirtió y señaló que hay una gran diferencia entre la manera de hacer política «en las periferias» y esa política que se gira en torno a Madrid como gran centro de poder. «España es mucho más que la corte madrileña», resaltó. En unos momentos en los que el debate está marcado por altas dosis de toxicidad, el modelo que vislumbra Maíllo para IU le otorga más peso al debate interno y a las federaciones de IU en el resto de comunidades autónomas, más allá de Madrid.
Además de dar pinceladas sobre cómo quiere que sea IU en el futuro, también pasó por temas de actualidad y se comprometió a una férrea defensa de la sanidad pública si sale elegido como coordinador general. Ni medias tintas ni concesiones a la sanidad privada, a la que Maíllo consideró como ineficiente para absorber las necesidades de la población.
No hubo críticas directas a Sira Rego, pero sí hubo mensajes velados que apuntaban a la ministra de Juventud. «Si insistimos en el aislamiento corremos el riesgo de caer en la irrelevancia», advirtió. En este punto también nombró a Alberto Garzón, dando a entender que los últimos compases de su liderazgo han estado marcados por un excesivo ensimismamiento.
«Estamos en una organización que tiene que debatir de manera sosegada y fortalecerse», resaltó y reivindicó que en cualquier coalición se debe tener en cuenta el «peso territorial de IU». «No estoy dispuesto a que los valores de la insolidaridad y del individualismo se impongan a la solidaridad y a la ayuda al más débil», finalizó Maíllo su intervención.
El apoyo de los militantes malagueños de IU quedó refrendado por un largo aplauso con el que se despidió a Maíllo, alguien que se fue, pero que ahora ha vuelto para «mejorar la vida de la gente». Entre los asistentes al acto, destacó la presencia del exdirigente de IU, Antonio Romero.
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