Antonio Luque (Málaga, 1958) acaba de llegar a las instalaciones de Dcoop. Cuando habla de esta cooperativa, lo hace como «mi casa». El tiempo le da la razón. Toda una vida en Dcoop, los últimos ocho años como presidente. Y ahora acaba de ser reelegido ... para cuatro más. Motivo suficiente para esta entrevista con SUR. Ratifica que la campaña del olivar que viene mejorará a la de esta temporada y se atreve a vaticinar una bajada de precios notable. Luque, que reflexiona para fundamentar cada respuesta, no sería Luque si no insistiera en el tema del agua. «Sin agua, nuestra gente no tiene futuro», dice.
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–¿Cuándo suena su despertador?
–A las siete de la mañana. Eso no ha cambiado. Leo un poco de prensa y veo si tengo algún correo sin contestar.
–¿El desayuno sigue siendo con aceite?
–Tostada con aceite, sí. Y con aguacate, que procuro que sea de nuestra provincia. Mi vaso de leche y a trabajar.
–Afronta una tercera legislatura al frente de Dcoop. ¿Qué siente cuando lo reflexiona?
–Estar al frente de una empresa como esta genera ilusión y emoción. Es imposible no sentir ilusión cuando estás en un proyecto que representa a miles de agricultores y ganaderos. Esa es nuestra gente. Además, cuento con la motivación de que quedan muchas cosas por hacer.
–¿Alguna vez ha dudado en optar de nuevo a la presidencia?
–La verdad es que no. Esa duda no ha existido. Sí me planteo el futuro. Yo siempre he sido muy crítico con aquellos que nunca han sabido irse a su tiempo. Y eso significa que vayamos viendo cómo, en un momento determinado, no solo tiene que haber un cambio en la presidencia sino también en la parte más importante del consejo. Tiene que haber una renovación, que es algo lógico y natural.
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–¿Qué piensa cuando echa la mirada atrás a los últimos ocho años?
–Cuando miro hacia atrás y veo lo que hoy es Dcoop pienso que se están dando pasos. Pero lo que veo no son los últimos ocho años sino los cuatro próximos y los ocho próximos. Me pregunto dónde debería estar Dcoop.
–¿Y cuál es la respuesta a esa pregunta?
–Creo que en Dcoop nos faltan pasos que dar. Sobre todo, consolidar algunas posiciones. Y lo que decía antes, ir pensando en una transición ordenada hacia un equipo más joven.
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–Acaba de renovar al frente de Dcoop, pero da la impresión de que ya está pensando en irse.
–No, no… He renovado la presidencia con la convicción de agotar los cuatro años y trabajar mucho en esta casa. Si Dios quiere y me da salud, agotaré la legislatura. Pero Dcoop tiene una estructura compleja y la gobernanza es una de las cosas más difíciles de esta casa. ¿Por qué? Porque tenemos una cantera muy buena.
–¿Cuántas llamadas y 'whatsapp' ha tenido de gente ofreciéndose para formar parte del actual consejo?
–Me han llamado muchas personas y eso me da mucha pena. No puedo contar con todo el mundo como consejeros. Hablo de gente muy buena. Si no fuera así, no tendría preocupación alguna.
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–¿Siente el peso de la responsabilidad sobre sus hombros?
–Absolutamente.
–¿Pero duerme tranquilo por las noches?
–Duermo tremendamente bien. Al menos, las primeras cuatro o cinco horas. A partir de ahí, si hay algo que me está rondando la cabeza, noto que empieza la maquina a funcionar.
–¿La filosofía de empresa que usted quiere para Dcoop ha cambiado en los últimos años?
–Yo creo que en esta casa, nuestro motivo de ser y la forma de hacer las cosas no ha cambiado en los últimos años. Incluso, diría que no han cambiado desde nuestra constitución. Nuestro objetivo fundamental es que nuestros agricultores ganen dinero y puedan vivir dignamente de su actividad. Y creo que no hemos dejado de intentarlo desde que existe esta casa. Pero para eso se necesita agua. En los próximos cuatro años voy a buscar la manera de que nuestros agricultores tengan agua.
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–Al margen del agua, ¿qué objetivos se ha marcado?
–Tenemos que consolidar los proyectos de comercialización que tenemos. El sector en el que más facturación tenemos es el del aceite de oliva y en el de la aceituna de mesa. En el de aceite de oliva creo que nos tenemos que consolidar como uno de los grandes envasadores a nivel mundial. De esa manera, vamos a consolidar la posibilidad de darle salida a las producciones de nuestros socios. Cuando tengamos dos años de lluvia buenos, vamos a tener una situación en el mercado muy distinta, con precios más bajos. Habrá situaciones muy complicadas para muchos agricultores.
–¿Esa consolidación pasa por absorber a un competidor?
–No sé si haciendo alguna operación corporativa, que es posible. Siempre hay algo. El planteamiento del grupo es que lo de las fusiones ha llegado hasta donde ha llegado. Nosotros lo que tenemos que hacer es consolidar los proyectos de Mercaoleo y Pompeia. Si viene alguien más… pues tiene que aportar lo que ya vale esta compañía, punto uno. Y punto dos, a lo mejor crecer un poco nos puede generar problemas. Pues vamos a buscar mejor la manera para los que crezcan sean nuestros socios y nuestras cooperativas.
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–¿Cómo es, por ejemplo, su relación con el presidente de Oleoestepa? ¿Es buena o hay hostilidad por ser la competencia?
–Mi relación es buena. No es que tengamos un contacto diario ni mucho menos. Pero la relación es buena. Al igual que con el presidente de Jaencoop.
–¿Dcoop tiene capacidad para seguir creciendo en el mercado exterior o cada vez es más complicado atender la demanda?
–Creo que tenemos que seguir creciendo si podemos atender la demanda. En aceite de oliva estamos vendiendo fuera de España más del 50%. Creo que tenemos que seguir creciendo, pero tenemos que seguir consolidando nuestra posición. Queda trabajo por hacer. En aceite, en aceituna de mesa, en frutos secos y en vinos…
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–Apenas queda stock de aceite y la nueva campaña no entra hasta finales de octubre. ¿Queda suficiente para atender la demanda?
–Estamos en una situación increíble. Hace tiempo que venía diciendo que este año vamos a llegar muy justos. Sí creo que va a haber aceite suficiente, pero no va a sobrar ni un litro. De hecho, el mercado es muy peculiar. En las últimas dos semanas está bajando el aceite en los lineales. Pero aún faltan muchos meses para que entre la cosecha nueva. Llegamos muy justos y habrá momentos de tensión.
–La pregunta del millón, ¿cuándo bajará el precio para el consumidor de manera notable?
–Diría que en enero se verá de verdad una bajada importante en el precio del aceite en los lineales. De aquí a esa fecha puede haber mucha tensión en los precios en origen.
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–¿La importancia de la próxima campaña es vital?
–Lo es. Si no hubiera llovido en Semana Santa hubiéramos tenido un drama. Pero no solo con el aceite de oliva. Hubiéramos tenido un drama de alcance ilimitado con el turismo. Lo que es increíble que en el 2024 estemos tan sumamente preocupados por la situación climatológica. Es que si no hubiera llovido en Semana Santa el daño económico sería incalculable. ¿Eso a dónde nos lleva? A que el tema del agua hay que solucionarlo.
–¿Cómo están los olivos en estos momentos? ¿Prevé una buena campaña?
–Va a ser una mejor campaña que la que hemos tenido. Hemos tenido un poco de agua y el campo está mejor que el año pasado. Yo espero que la campaña a nivel nacional también sea mejor y que tengamos aceite suficiente. Eso nos llevará a unos precios más lógicos.
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–Para usted, ¿qué sería un precio lógico para el litro de aceite virgen extra?
–¿Cuál debería ser un precio razonable en el lineal? Depende del IVA. Si es del 0% como ahora, yo diría que un precio razonable para el litro de aceite virgen extra estaría en los cinco euros. Podía ser asequible para el comprador y también aceptable para el agricultor.
–¿Qué pasa con la autopista del agua para llevar el agua que se tira en Málaga a otras zonas de la provincia?
–En los últimos días yo he tenido algunas reuniones y empiezo a ver, por primera vez, un poco de luz. Por parte del Gobierno andaluz, digamos, se ha iniciado un proceso para ver cómo se puede materializar este proyecto. Aprovechar el agua para generar empleo, riqueza y mejorar el medioambiente debe ser un sueño compartido. Yo siempre digo que este proyecto va a salir seguro, el tema es que no salga dentro de 30 años.
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–Lleva mucho tiempo desviviéndose por un proyecto que no verá materializado, al menos, en su época profesional en activo. ¿Por qué?
–Es que veo que nuestros pueblos se caen. Nuestra gente no tiene futuro. Evidentemente, todos trabajamos para ganar un sueldo, vivir mejor y tener nuestras vacaciones. Pero tener la tranquilidad de haber contribuido a que tu comarca, tu zona, tus pueblos, tus agricultores tengan futuro… ¿a quién no motiva eso?
–¿Cómo calza este proyecto con el cortoplacismo que impera muchas veces en la política?
–Aquí hay que concienciarse en que lo importante no es cortar la cinta, lo importante es tener agua. Teniendo agua, la gente va a poder seguir viviendo en los pueblos. Para mí, eso es lo más grande.
–¿Entre los alcaldes hay unanimidad con este proyecto?
–Yo tengo una satisfacción tremenda porque en este proyecto está toda la órbita política. Todos están alineados. Toni Valero de Sumar estuvo aquí con nosotros y hablamos del tema. Hay que hablar de esto de manera global.
–'Autopista del agua Antonio Luque'. ¿Lo ve?
–Mejor autopista del agua de los agricultores. Así me conformo.
–¿Podemos dar por hecho que esta legislatura va a ser su última al frente de Dcoop?
–Veo muy difícil que haya otra legislatura siendo yo un presidente ejecutivo de Dcoop. Por lo menos, completa. En la siguiente legislatura se tiene que producir el cambio en esta casa. No me gustaría estar mucho más tiempo. Sobre todo, creo que es fundamental irse un poco antes de que alguien piense en que ya te tenías que haber ido.
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Antonio Luque seguirá liderando la cooperativa hasta 2028. El mayor productor de aceite a nivel mundial, con sede en Antequera, celebró el pasado mes de julio una asamblea de socios para dirimir el futuro de la cooperativa. Luque, al frente de Dcoop desde 2016, obtuvo la confianza rotunda por parte de los asistentes con derecho a voto.
La lista encabezada por Luque, ingeniero agrónomo, fue la única candidatura que se presentó a encabezar Dcoop. Una situación que refleja el consenso que existe en torno a su liderazgo y los diferentes asociados a la cooperativa consultados por el periódico valoran como «respaldo a la gestión de los últimos años».
Unos hechos que avalan también la labor de Luque, que ha tenido que navegar por años complicados en el sector del aceite. La sequía se ha traducido en algunas de las producciones más cortas de la historia. Una amenaza para los agricultores y para la propia cooperativa. En un mercado en el que la demanda sigue siendo alta, satisfacer a los clientes y garantizar que no existan desabastecimientos han sido grandes retos.
A pesar de este contexto complicado, los números de Dcoop bajo la gestión de Luque han sido positivos. El 2023 cerró con la mayor facturación de la historia, alcanzando los 1.409 millones de euros. La parte más importante para Dcoop en su amplia cartera de negocios sigue siendo el aceite. Volvió a aumentar considerablemente de un año a otro, siendo la sección en la que más creció la diferencia.
En 2023, la cooperativa, con sede en Antequera, facturó un total de 846,664 millones de euros, mientras que en 2022 esta cifra se quedó en 681,454 millones.
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