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Antonio Burgos es el claro ejemplo de lo que supone ser profeta en su tierra. Es el dueño y único cirujano capilar de la clínica que lleva su nombre, un centro de injertos capilares que es referencia en España. No lo dice porque no puede, ... pero por su manos han pasado las personas más conocidas e influyentes de España, que esperan a veces más de un año para que sea él la persona que trasplante su pelo.
-Basta con hacer algunas preguntas para descubrir que su clínica es conocida en todas partes de España. ¿Qué ha ocurrido?
-Creo que lo que ha pasado un poco es la trayectoria que llevo. A día de hoy sí que hay muchísimas clínicas, cada día abren más. Pero es cierto que son clínicas nuevas donde realmente no hay un recorrido grande del médico. Yo llevo nueve años ya en tema del injerto capilar. Estuve en Bruselas especializándome, luego muchos años en Madrid y después tuve la oportunidad hace cuatro años de venirme a Málaga, a mi tierra natal. Y luego también me gusta destacar el tema de que yo soy médico y yo con mi profesión hago mi negocio. Esa es la gran diferencia con respecto a la franquicia.
-Todo este proyecto lo empieza en plena expansión de las clínicas en Turquía. Sin embargo, no sé si cree que el 'souflé' ha bajado un poquito y que la gente ya ha asumido que es mejor hacerlo aquí, aunque sea más caro.
-Creo realmente que en la evolución ha habido una selección natural. Es cierto que cuando yo empecé hace nueve años había muy poquitas clínicas y los precios eran muy elevados. Nació Turquía, y entonces había un salto importantísimo de precios. En la clínica que yo trabajaba en Madrid cobrábamos la cirugía unos 13.000 euros.
-En Turquía se podía hacer hasta por 1.500.
-La diferencia era abismal y la gente empezó a irse a Turquía de una forma masiva. Luego se dieron cuenta de qué es lo que pasaba, que venían con un resultado malísimo, baja supervivencia, la zona donante destrozada... y que reparar tu cabeza que te está viendo todo el mundo continuamente era muy complicado. Pero Turquía hizo también que los precios de las clínicas de España bajaran un poquito. Y hubo otro fenómeno, es que en España nacieron clínicas 'low cost'. Ya no había que irse fuera, un señor ya no tenía que ir a Turquía, sino que lo tenía debajo de su casa. También, no es lo mismo hacértelo en una clínica de estas por lo que le he dicho, detrás de de esas clínicas, más que indicaciones médicas y cuidados médicos, hay indicaciones económicas. Hay muchísimas alopecias que no se pueden operar, que no son candidatas al injerto capilar. Y me vienen muchísimos pacientes que me dicen que la clínica de la esquina le han dicho que lo operan mañana. Al final hay que tener mucho cuidado. En este mundillo del injerto capilar hay mucho oportunismo también.
-¿Cree que hemos llegado ya al tope en el número de clínicas con respecto a la demanda?
-Buena pregunta. Mi sensación es que el mercado está colapsado, y depende mucho de donde te posiciones. En cada ciudad hay un par de clínicas que están bien posicionadas por su trayectoria y por sus resultados. Y luego hay una marabunta de clínicas, y Málaga especialmente es una ciudad que tiene muchísimos centros de injerto capilar. Muchísimos. Yo creo que ya estamos llegando a un tope. De hecho, en medicina estética, por ejemplo, ya hay clínicas que están cerrando, están haciendo la curva descendente. En capilar estamos llegando también ya a ese punto de inflexión.
-Lo que está claro es que los hombres antes no pasaban por estos tratamientos de forma tan masiva. ¿Hay un cambio sociológico?
-Sí, se ha quitado la tontería del prototipo del hombre que no se hace nada. Creo que ha habido un cambio social y generacional importante de mentalidad; un poco por toda la evolución social que estamos teniendo hacia los diferentes patrones de masculinidad que hay. Y realmente como hay tanta gente que lo hace, pues ya se normaliza, ya es algo que está dentro del individuo. La gente no se esconde. Eso es muy importante.
-¿Cuál es la mejor edad para hacerse un injerto capilar?
-La mejor edad es cuando tienes la alopecia estabilizada y realmente tienes buena zona donante para hacerlo. Es decir, no hay una edad mejor que otra, pero sí es cierto que, por ejemplo, que por debajo de 25-27 años nosotros no operamos, no solemos hacer ese tipo de de tratamiento porque el paciente todavía es muy joven y puede evolucionar la alopecia. La cirugía el problema que tiene es que trasplanta, coge el pelo de una zona y lo ponen en otro, pero no frena la alopecia. El pelo se sigue cayendo. Entonces, quien se somete a un injerto capilar tiene que tener esa alopecia estabilizada.
-Su clínica está en Málaga, pero tengo entendido que no así su clientela.
-De injerto capilar, el porcentaje es un 90% de fuera de Málaga. Incluso viene gente de fuera de España, como de Estados Unidos, de Irlanda, de Alemania, de Francia, brasileños también.
-Su lista de espera es de mínimo un año. ¿No se frustran los pacientes?
-Sí, un poco. Pero hay que entender una cosa, que esto no es un procedimiento normal. La diferencia con una rinoplastia, por ejemplo, es que vale, yo tengo la nariz de esta manera y me la quiero retocar. Entonces me da igual hacerlo ahora que dentro de un año porque esa patología no va a variar. En la alopecia, muchos de los pacientes cuando vienen no sabían que aquí hay un proceso. Cuando vienes tú tienes que estabilizar la alopecia, el tratamiento médico tienen que hacerlo durante seis u ocho meses.
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