La noche del 28 de abril de 2019, la alegría era desbordante en las filas de Ciudadanos en Málaga. En las elecciones generales celebradas ese domingo, el partido naranja se convirtió en la segunda fuerza política de la provincia al lograr 159.316 votos, el ... 19,50% del total, lo que se tradujo en dos diputados y situarse por delante del PP. Unos datos que vinieron a corroborar los buenos resultados cosechados apenas cinco meses antes, el 2 de diciembre, en los comicios andaluces cuando obtuvieron el 19,8% de las papeletas y cuatro parlamentarios. Eran los tiempos felices de los liberales y que, paradójicamente y visto los acontecimientos posteriores con continuos batacazos en las urnas a nivel general y provincial, fueron el principio del fin de Ciudadanos, que ahora tiene una posición irrelevante y afronta su final tras la decisión de no presentarse a las generales de 23-J.
Desde su irrupción en el tablero político nacional en 2014, el partido fundado por Albert Rivera (con raíces malagueñas dado que su madre es oriunda de la localidad de Cútar) caló en Málaga, una provincia donde comenzó a cuajar y a obtener buenos resultados en las diferentes citas con las urnas lo que le dio un papel determinante en la gobernabilidad en municipios como la capital o Mijas y en la Diputación, así como en la Junta de Andalucía. Sin embargo, su pérdida de identidad, sus fracasos electorales, las pugnas internas y las deserciones han terminado por hundir a un proyecto político que a día de hoy tiene en la provincia un papel irrelevante y que se quedará sin representante en el Congreso tras decidir no presentarse a las generales.
Los primeros cargos públicos naranjas de la provincia fueron Irene Rivera y Carlos Hernández White al ser elegidos parlamentarios autonómicos en las elecciones andaluzas del 22 de marzo de 2015. En 2018 subieron en estos comicios y lograron cuatro representantes: Javier Imbroda, que sería nombrado consejero (al igual que la independiente Rocío Blanco, que hoy continúa en el gobierno del popular Juanma Moreno); María José Torres -fue sustituida por Javier Pareja de Vega cuando fue nombrada secretaria general de la Consejería de Justicia-; Hernández White y Teresa Pardo. Cuatro años después y tras haber gobernado en Andalucía se quedaron sin representantes en el Parlamento autonómico.
Tres alcaldías
En el ámbito local, en las elecciones municipales de 2015, Ciudadanos logro 33 concejales en la provincia y logró las alcaldías de Mijas, con Juan Carlos Maldonado al frente, y Alcaucín, Mario Blancke. A ello se unió que fueron determinantes para garantizar la gobernabilidad, a través de pactos de investidura, en la capital, con Juan Cassá a la cabeza, y en la Diputación Provincial, donde lograron dos diputados: Gonzalo Sichar y Teresa Pardo (ambos abandonaron el partido naranja y hoy están en la órbita del PP).
Cuatro años después subieron hasta los 49 concejales en la provincia, lograron la Alcaldía de Guaro, con José Antonio Carabantes, que al final del mandato fue fichado por el PP, y volvieron a ser determinantes en la capital, donde Noelia Losada entró en el gobierno, y en la Diputación con Maldonado y Cassá, aunque ambos terminaron abandonando las siglas naranjas. Asimismo, formaron coalición de gobierno con el PSOE en Mijas.
Ahora y tras las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, donde Ciudadanos obtuvo su peor resultado en Málaga desde 2015, al quedarse en los 12.215 votos (el 1,77%) del total y quedar como quinta fuerza en la provincia, sólo hay siete concejales naranjas: tres en Cártama ( Francisco Santos, Rosa María Lima y Marcelino Marcos); uno en Colmenar (Beatriz Báez) y Cómpeta (Manuel Vega); y dos en Mijas (José Carlos Martín y Mariló Olmedo), la única localidad donde puede gobernar en coalición en un tripartito liderado por el PP o el PSOE y otras formaciones.
El adiós de Guillermo Díaz
En el ámbito nacional Ciudadanos logró sus primeros diputados por Málaga en las elecciones generales de 2015. En aquella ocasión fueron dos, Irene Rivera (que en esos momentos ya era parlamentaria andaluza y tuvo que dejar el cargo, siendo sustituida por María del Carmen Prieto, que luego se pasó a los no adscritos en la Cámara autonómica) y José Calle. En aquellos comicios, la formación liderada entonces por Albert Rivera logró en la provincia el 17,07% de los votos situándose como la cuarta en preferencia de los malagueños muy cerca de Podemos.
La falta de acuerdo para conformar gobierno llevó a la repetición de las elecciones generales en junio de 2016. En la provincia, Ciudadanos repitió resultado aunque en esta ocasión a Rivera le acompañó en el Congreso Guillermo Díaz tras mantener un apoyo del 16,28% del electorado. En 2019 repitió con dos diputados: Rivera y Díaz, que por primera vez encabezó la candidatura. Al no formarse un ejecutivo, se disolvieron las Cortes y hubo que repetir los comicios en noviembre de ese año, donde Ciudadanos empezó una caída electoral que en la provincia se tradujo en un apoyo del 8,85% de los votos (logró 66.995 papeletas, dejándose en el camino 92.321 votos en apenas seis meses) y un diputado, Guillermo Díaz.
Díaz, que en el Congreso se ha caracterizado por sus brillantes intervenciones en las comisiones y en la tribuna del hemiciclo, donde ha sido, especialmente, un azote del nacionalismo y el independentismo, dejará ahora de ser diputado sin opciones de repetir y en lo que es el último ejemplo de la caída de un partido que en Málaga estuvo en la cima del poder y la relevancia política.
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