Ambicioso plan forestal para la Axarquía y Guadalhorce: 15.000 árboles y eliminación de cañas y eucaliptos

No es extraño que, a la vista de los datos del expediente, se haya suscitado gran interés en las empresas del sector por acometerlo. Son 37 las aspirantes entre los dos lotes que se ha dividido el contrato. El primero de ellos consiste en la restauración hidrológico-forestal en las cuencas de los ríos Vélez, Algarrobo, Chíllar y Torrox, ha salido a concurso por 3,4 millones de euros y atraído a 16 empresas aspirantes. El segundo, referido a los ríos Guadalhorce, Fahala y Pereilas, está presupuestado en 2,3 millones y reúne a 21 aspirantes. La previsión es que la adjudicación se produzca de manera inminente, puesto que la mesa de contratación ya está en pleno proceso de evaluación de las ofertas presentadas.

Los entornos que van a ganar en calidad ambiental corresponden a terrenos de Cártama, Pizarra, Álora, Coín, Alhaurín El Grande, Alcaucín, Canillas de Albaida, Canillas de Aceituno, Cómpeta, Frigiliana y Nerja. Son trabajos que buscan restar dióxido de carbono a la atmósfera, corregir los efectos de sequías, vertidos, basura e incendios, prevenir la erosión, mejorar el paisaje y apostar por las especies autóctonas.

¿Qué se va a hacer en la zona de la Axarquía? Una de las primeras actuaciones servirá para reparar una zona afectada por el incendio de Canillas de Aceituno en 2012. Para ello, se prevé repoblar con pinos una superficie de 60 hectáreas.

También se va a reforestar un área afectada por las llamas en 2014 en Cómpeta y Canillas de Albaida. En este caso, se opta por pinos, encinas y algarrobos para una superficie superior a las 116 hectáreas. Además, se proyecta actuar sobre zonas de acopio de madera y caminos.

En torno al río Chíllar, se programa realizar tratamientos selvícolas (clareos, podas, desbroces... ) para sanear las masas arbóreas en las zonas de Dehesa y Monte Pinar. Asimismo, se planea abrir nuevos senderos. En materia de autoprotección, se van a preparar cuatro zonas para poder descender con helicóptero, para lo cual se harán cortes, descopes y destronches. Y, además, se van a demoler seis estructuras abandonadas.

En los parajes del Barranco de la Coladilla y Fuente del Esparto está programado eliminar eucaliptos y cañas y proceder a sembrar plantas de ribera. Entre los ríos Vélez, Torrox y Chíllar, se interviene sobre una superficie de 53 hectáreas con la idea de plantar álamos, almencinos y fresnos.

En los alrededores de Alcaucín, también se va a sanear la masa arbórea con desbroces y clareos a la vez que se va a crear una zona de helipuerto.

Completan este lote mejoras en los accesos y reparación de caminos en Cómpeta y Canillas de Albaida.

¿Qué se va a hacer en la zona del Guadalhorce? El ámbito del proyecto afecta a una zona de especial conservación (ZEC). En primer lugar se planea consolidar el dominio público en montes y riberas que afectan a una superficie de unas 200 hectáreas de terreno. Después, el objetivo es la restauración de la vegetación autóctona de ribera. Y eso implica poco a poco ir seleccionando y sustituyendo las especies exóticas que pueblan los cauces.

En materia de incendios, el proyecto contempla crear cortafuegos y disminuir la masa combustible para ganar en seguridad.

Quien desarrolle el proyecto también tiene el encargo de crear zonas de disfrute ciudadano en torno a los ríos Guadalhorce, Pereilas y Fahala. La pandemia especialmente multiplicó la demanda de planes para disfrutar la naturaleza y, en este sentido, se contemplan tareas de mantenimiento, gestión y creación de infraestructuras. Hablamos de pasarelas, áreas de descanso, miradores...

Limpiar la basura y escombros de los cursos fluviales y sus márgenes es otra de las motivaciones de este contrato, que incluye hasta 85 kilómetros lineales de actuación.

Como trabajos anteriores, se va a intervenir eliminando de forma escogida cañaverales y eucaliptos. Para mayor precisión, se trata de 68.500 metros cuadrados de cañas y 43.000 de eucaliptos. Eso ayuda a preparar la siembra de 10.000 plantas en el cauce del Guadalhorce y 3.000 en el Pereilas (almencinos, tarajes, fresnos, adelfas y chopos).

Este gran proyecto de restauración forestal cuenta con fondos europeos Next Generation. En suma, se trata de acciones para luchar contra la erosión, mejorar la salud de los cauces y apostar por las especies autóctonas para ganar en calidad ambiental en el campo, muy perjudicado por el cambio climático y el impacto de las actividades humanas.