En un tiempo récord (la capital se ha fijado el objetivo de estar al 100% este mismo fin de semana) la provincia va recuperando la normalidad tras el paso de una DANA más compleja que las habituales, y que ha dejado descargas de más de 80 litros por metro cuadrado en una hora, medidos en el Centro Meteorológico de Aemet en El Cónsul; y de 150 l/m2 en Los Montes y otros puntos.
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Aunque los principales ríos y arroyos no se llegaron a desbordar, muchas calles de la capital y de los municipios más afectados de la provincia, caso de la Axarquía y el Guadalhorce, quedaron convertidas temporalmente en cauces y cubiertas de barro. Lo mismo ocurrió con varias calzadas importantes.
Una vez finalizada la alerta roja (de hecho, no queda ahora mismo ningún aviso de Aemet activo), los servicios de limpieza y operativos municipales están enfrascados desde primeras horas de la mañana de ayer en limpiar, retirar barro y basura acumulada en el viario público, los cauces y también en las playas, hasta las que han llegado toneladas de residuos vegetales y de basura arrastrada por la fuerza de la corriente. El reto es recuperar la normalidad lo más rápido posible, y para ello se han activado amplios operativos municipales con refuerzos de personal.
En el caso de la capital, los esfuerzos se han centrado en las barriadas de Campanillas y Puerto de la Torre, que sufrieron las peores consecuencias de la riada; pero también en el Centro Histórico, en especial en Carretería y la calle Victoria. En Huelin, donde la avenida de Velázquez quedó inundada, y los litorales de dicha barriada, así como de El Palo, Pedregalejo, El Limonar; Ciudad Jardín y Palma-Palmilla, entre otros puntos. Con el paso de las horas y a medida que avanza el día la ciudad recupera su vida.
El día después de la DANA en Málaga deja patente el efecto de las intensas lluvias en calles y comercios. Operarios de Limasam, particulares y dueños de los comercios afectados se afanan en achicar agua y quitar la basura y los escombros que ha dejado la acción del agua de la calle. Un trabajo que se repite en diferentes puntos y de manera simultánea y que llevará algún tiempo. Si bien se han podido evitar desgracias personales, la tormenta sí ha dejado daños materiales.
Con un cielo ya despejado del gris plomizo y el sol devolviendo la imagen más habitual a Málaga, el Centro da la impresión de cierta normalidad. El habitual ejército de repartidores de bebidas se entremezclaba con los turistas más madrugadores. Los bares que este martes permanecieron cerrados levantaban las persianas. Lo que recordaba a las fuertes precipitaciones de ayer eran los escombros y las piedras que arrastró la riada.
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Los operarios de Limasam avanzan por la calle Carretería y luego se dirigen a la calle Álamos. La escoba con púas de hierro se muestra como una de las herramientas más eficaces para recuperar la normalidad. En la plaza de la Merced era muy notable la acumulación de piedras y guijarros. Los empleados de los bares eran la primera avanzadilla para despejar la zona para así poder montar las terrazas. Los clientes habituales volvían y el ir y venir de desayunos imprimía normalidad.
Teniendo en cuenta las imágenes de las calles anegadas que dejó el martes, el contraste es evidente. No hay en el Centro huellas de una gran devastación. Eso no significa que los dueños de los comercios en los que entró el agua no se tengan que emplear hoy a fondo para achicar lo que queda de restos de lluvia y realizar una limpieza a fondo.
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Es el caso, por ejemplo, de la panadería Pistacho y Azafrán, en la calle Victoria. El negocio no se llegó a inundar pero la posibilidad sí planeó en los peores momentos de la jornada de ayer. Y esa es la tónica general en los otros comercios de esta céntrica avenida.
En esa vuelta a la normalidad, el Ayuntamiento también anunció la reapertura de todos los parques a lo largo del día. El único que permanecerá cerrado por ahora será el Parque Lineal de Campanillas. La revisión de daños en árboles y mobiliario urbano fue una constante a lo largo del día de ayer.
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En otras zonas afectadas por la DANA como El Palo, Limonar y Huelin también se trabaja en reparar los daños ocasionados, sobre todo en las playas, que quedaron cubiertas de cañas y basura por el arrastre de la avenida de los arroyos. Pero lo peor estuvo en la playa de La Malagueta, donde una enorme masa de cañas llegó incluso a taponar la entrada a la dársena del Club Mediterráneo, en el dique de Levante.
En cuanto a la movilidad, la EMT y el metro reanudaron a primera hora de la mañana el servicio ordinario, aunque con algunas restricciones en el caso del suburbano a causa de unos daños que se están reparando en la estación Guadalmedina (El Corte Inglés), por la entrada de agua.
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Además, el Centro de Gestión de Trafico registró en el día de ayer más de un centenar de incidencias en los semáforos de la ciudad. En este sentido, se continúa pendiente de restablecer el servicio de cuatro cruces semafóricos.
Por otra parte, la Sociedad Municipal de Aparcamientos (Smassa) está trabajando para resolver las incidencias en los aparcamientos de la avenida de Andalucía, Cruz del Humilladero, Alcazaba y plaza de La Marina (todos ellos abiertos parcialmente).
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En cuanto al tráfico, ayer se trabajaba para retirar el agua y los arrastres de materiales y de barro en numerosas vías, varias de ellas principales. El paseo de los Curas, donde dos carriles estaban cerrados en el sentido Este, ya está plenamente operativo. Pero todavía se trabajaba en la recientemente reformada de Carretería, entre otras. Además, en algunos puntos era necesario circular con precaución porque se habían averiado los semáforos en varios cruces importantes.
A lo largo y ancho de la provincia, los municipios afectados y sus vecinos se afanaban ayer por recuperar la normalidad lo antes posible. Es el caso de la localidad axárquica de Benamargosa, donde milagrosamente no ha habido que lamentar daños personales, aunque la riada provocó el desbordamiento del río homónimo afectó gravemente a medio centenar de inmuebles, entre restaurantes, almacenes, supermercados, cafeterías, panaderías, la iglesia y viviendas.
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También se trabaja intensamente en Almogía, donde la DANA se cebó con especial virulencia y más de 140 viviendas sufrieron inundaciones. Así como en Casabermeja y en otros muchos municipios, tanto en el interior como en la Costa del Sol, que han sufrido este fenómeno con mayor o menor virulencia. Y ello, sin perder de vista las explotaciones agrarias y ganaderas que han resultado dañadas, como los cultivos subtropicales más próximos a los ríos y arroyos que se desbordaron en la Axarquía.
En total, se han producido un millar de incidencias en la provincia, aunque, salvo algunos casos que tardarán más, la sensación general es que la vuelta a la normalidad se producirá en un tiempo récord.
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