Una flor más temprana cada año

La floración de los almendros es un espectáculo de la naturaleza. Este fin de semana, con todos los servicios no esenciales cerrados y sin que los vecinos de Málaga puedan desplazarse fuera de ciudad, es una buena oportunidad para ir a buscarlos dentro de los límites del término municipal, por ejemplo, al parque natural de Los Montes (al menos, en su vertiente netamente urbana). Los encontrarán sobre todo en las estribaciones del cauce del Guadalmedina, donde los árboles cuajados de flores están en su mejor momento. También quienes vivan en el Valle del Guadalhorce y en el interior de la Axarquía tienen la oportunidad de asistir a esta explosión efímera de color.

Más allá de su faceta ornamental y de su apreciado fruto, el almendro se ha convertido en uno de los indicadores principales del calentamiento global, y como tal está siendo investigado en la Universidad de Málaga. «La floración empieza en el sur y va progresivamente hacia el norte, y los dos primeros sitios de España son los valles del Guadalmedina y del Guadalhorce», explica Enrique Salvo, profesor y director de las cátedras para la Conservación de la Naturaleza de la UNIA, y de Cambio Climático de la UMA. Lo que el investigador ha observado en sus estudios es que tradicionalmente este fenómeno arrancaba hacia el 1 de febrero, y «en los últimos años estamos viendo un adelanto importante, por lo que en los primeros días de enero ya las vemos». Ello se debe a que las temperaturas en invierno por lo general están siendo cálidas –salvo momentos puntuales– y sobre todo por las noches.

Esto tiene repercusiones para las cosechas, en la medida en que los polinizadores todavía no están activos en fechas tan tempranas. «Los principales son las abejas y algunos coleópteros (escarabajos), y estos mantienen su reloj biológico, que en estos momentos no está sincronizado con el de la planta». Ello hace que muchas flores se queden sin polinizar y por tanto no darán fruto.

El fenómeno no es exclusivo de esta especie, sino que las rosáceas, como son los ciruelos, también están adelantando su floración. «Este es uno de los efectos más claros de la evidencia de la crisis climática».