La alerta por lluvia se disipa al fin en Málaga tras tres días en vilo y 453 emergencias atendidas

La DANA se va retirando en lo climático, pero sus coleos tardarán en olvidarse, especialmente en Álora, Pizarra, Cártama, Campanillas, Alhaurín de la Torre y Valle de Abdalajís donde se evalúan los daños millonarios de la tromba, que, además, ha dejado a su paso una persona fallecida y tres heridos graves. Al menos, las previsiones son halagüeñas: desaparecen las alertas por lluvias, pero aún así sigue habiendo algunos puntos fluviales con riesgo en la provincia. Las emergencias han seguido trabajando toda la noche del miércoles y la jornada del jueves aunque ya a un menor ritmo. En total, 453 emergencias atendidas en tres días. Entre ellas, 150 rescates.

A las 9 de la mañana del jueves, todavía había aviso amarillo en los cauces del Genal en Jubrique, que fluía con 26,72 metros cúbicos por segundo y 0,85 metros de profundidad; el río Grande en Las Millanas, con 1,19 metros y 17,55 metros cúbicos, y Paredones, el punto más complicado durante todo el episodio, con 4,75 m3 por segundo y 1,01 metros de profundidad. La tendencia era estable, pero el nivel amarillo continuó hasta bien avanzada la tarde salvo ya en Paredones, en franco descenso.

Precisamente, a esa hora de la mañana los embalses de la provincia superaban los 130 hectómetros cúbicos almacenados, lo que implica una ganancia de 36 desde el martes. Es el agua que Málaga capital utiliza en 9 meses. La curva de la escorrentías se había moderado, pero ya a media tarde iban camino de los 40 hectómetros de ganancia global en estos días.

La lluvia había sido muy escasa durante toda la madrugada, con un máximo de 20 litros por metro cuadrado en 12 horas en el Guadiaro, en el límite con Cádiz. Otros puntos dignos de alguna mención han sido Cañete la Real (12,2), Pujerra (11,9) y Ojén (9,4). En el resto del mapa provincia, poco que reseñar. La previsión para los próximos días es de lluvia escasa y tormentas aisladas.

Siguen cortadas dos carreteras secundarias en la zona del Guadalhorce y se atienden incidencias especialmente por caída de ramas, postes, mobiliario urbano, etc. Y está afectada la A-7286 en Campillos, del kilómetro 2 al 14.

En materia ferroviaria, estuvo cortada la circulación entre Arahal y El Sorbito en la provincia de Sevilla desde las 20.25 horas del miércoles por acumulación de agua. Afectó a los trenes media distancia de ancho convencional entre Sevilla y Málaga, según indicaron fuentes técnicas a SUR, que añadieron que sigue en vía única en tramo de alta velocidad entre Alora y Los Prados. El incidente hispalense se arregló en torno a las 14 horas del jueves, pero Renfe decidió no activar el servicio por algunos problemas eléctricos en la zona de El Chorro, que, en todo caso, hubieran permitido la circulación.

Desde que se iniciase el temporal el 112 ha coordinado un total de 1.441 emergencias. Málaga ha sido la provincia que ha concentrado más atenciones con 453 casos, relacionados fundamentalmente con el episodio de inundación que tuvo lugar en el Valle del Guadalhorce, donde se produjeron más de un centenar de rescates, varios heridos y una víctima mortal, un varón de 71 años rescatado de la Finca Almodóvar en Alhaurín de la Torre.

En una entrevista en Canal Sur TV, el consejero de Presidencia e Interior, de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, ha confirmado que se están analizando los daños provincia a provincia y ha prometido ayudas urgentes.

Hay luto nacional por lo que los ayuntamientos e instituciones tendrán sus banderas a media asta, tal y como informaba el Ayuntamiento de Málaga.

Y en la comarca del Guadalhorce la situación sigue siendo complicada. Álora y Cártama, los dos municipios más perjudicados por la riada, forzaron la máquina para recuperar algo parecido a la normalidad. El día de ayer fue el primero sin lluvias intensas, lo que abrió las puertas a entrar con la maquinaría pesada para retirar barro, escombros y muchos de los vehículos que aún seguían varados.

En Álora, la principal preocupación seguía siendo el agua potable. El alcalde del municipio, Francisco Martínez, confirmó a SUR que ayer, el 60% de la población aún no disponía de agua corriente en condiciones salubres. Abrir el grifo equivalía a un chorro de barro. Los trabajos se centraron, por lo tanto, en la limpieza del pozo principal que abastece a las viviendas del municipio. «Estaba embarrado por completo», afirmó Martínez. Al cierre de esta edición, los trabajos proseguían. Si todo marcha como está previsto, los hogares deberían recuperar el agua potable ya desde este viernes. Con el paso del tiempo también queda cada vez más clara la magnitud del desastre.

Más de 200 kilómetros de caminos rurales arrasados por el agua y, en consecuencia, unos 200 vecinos de los diseminados de Álora que permanecen aislados. Hasta el municipio llegaron al menos doce máquinas y varias brigadas del Infoca que se emplearon a fondo. Martínez dejó claro que quedan muchos días de trabajo, aunque se sintió afortunado por poder hacer un balance «sin desgracias personales». Lo ocurrido en Valencia no revierte los daños materiales, pero sí fija un contexto entre lo que es reversible. La pérdida de una vida humana no lo es. El secretario general del PSOE, Juan Espadas, se acercó ayer hasta Álora y Cártama. Lo hizo acompañado del secretario general del PSOE de Málaga, Dani Pérez, entre otros, y mostró su solidaridad y disposición a la ayuda.

En Cártama, desde primera hora, los trabajos se centran en limpiar de barro las calles, parques y viviendas afectadas por las lluvias. El alcalde del municipio, Jorge Gallardo, reconoció que los dispositivos locales están trabajando al límite de sus capacidades y pidió paciencia a los vecinos. «No tengo para limpiarle la casa a todo el mundo», dijo.

La cuestión que hay que afrontar en los próximos días apela a la estimación de daños. Por el momento, los responsables municipales manifiestan que los técnicos y peritos acaban de empezar con esa labor. Ninguno de los alcaldes se atreve a lanzar aún cifras. Las previsiones, sin embargo, son de daños millonarios. Casas, coches, mobiliario urbano, cultivos y fauna ha sufrido los vaivenes de una DANA que pasará los libros de historia.

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