Los jugadores del Unicaja, duirante la celebración del título. Marilú Báez
REPASO SEMANAL

De la alegría del Unicaja a la tristeza del Málaga

Javier Recio

Málaga

Domingo, 23 de febrero 2025, 01:00

Hace hoy una semana Unicaja ganaba con brillantez la Copa del Rey de baloncesto al Real Madrid. Cumplió el pronóstico, porque para muchos era el ... gran favorito del torneo debido a la gran temporada que está haciendo. Y este detalle es importante, porque el equipo malagueño se ha convertido en uno de los grandes de este deporte en España. A nadie le sorprendió su victoria ante los blancos, pese al palmarés que tienen los madrileños. Tercer título de la temporada. No está nada mal, aunque hay que ir también a por la Liga ACB. La ambición es buena en el deporte. La afición ya se está acostumbrando a las victorias del equipo cajista y esto se nota incluso en las celebraciones, que ya no son tan eufóricas ni tan concurridas como eran antes, como se pudo comprobar en la cancha con los jugadores y el lunes en las calles de Málaga. Es como si se viera con normalidad ganar y eso es bueno, porque el equipo está colocado entre los grandes, que es donde tiene que estar un conjunto de una ciudad como Málaga, que vive en los últimos años una pujanza impresionante. Hay que dar la enhorabuena a los dirigentes del club cajista, empezando por su presidente, López Nieto, pasando por el director deportivo, Juanma Rodriguez; el entrenador, Ibon Navarro, y los jugadores, sin olvidarnos de la apuesta de la propiedad del club, la Fundación Unicaja. Gracias por dar esta alegría deportiva a la ciudad y al conjunto de la provincia. Que siga la racha. Sin embargo, la alegría deportiva no es completa, porque el Málaga ha caído en la mediocridad. Y eso duele mucho a los que nos sentimos malaguistas por encima de todo. Los que no somos ni del Madrid, ni del Barcelona. El club, que lleva ya cinco años intervenido por la vía judicial, ha conseguido sanearse económicamente gracias a la gestión que ha llevado a cabo José María Muñoz. Bien por eso. Pero el fútbol es algo más que cuadrar unos presupuestos. Es más, no se puede caer en la dictadura de los números. De nada sirve presentar unas buenas cuentas si el equipo no transmite ilusión. Este año parece que no va a tener problema en mantenerse en Segunda División (máxime tras las dos victorias seguidas ante Cartagena y Tenerife) pero esto no se puede ver como un triunfo en un club como el Málaga, que ha pasado muchas temporadas en Primera División e incluso llegó a cuartos de la Champions League. El club ha mandado un mensaje descorazonador en el mercado de invierno al no fichar a ni un solo jugador para reforzar al equipo e intentar luchar por meterse en la pelea por el ascenso. ¿De verdad no había un sólo jugador en el mundo futbolístico para que fichara por el Málaga? El propio director deportivo, Loren Juarros, decía que entendía la decepción que podría tener la afición del Málaga por este hecho. El problema no es entender la decepción, sino la decepción misma. Y contra eso es contra lo que hay que luchar. La temporada está ya tirada por alto, pero hay que tomar nota para que no se repita. El objetivo del Málaga no puede ser no bajar a los infiernos de la 1.ª Federación. Con un año ya tuvimos bastante, pese a que estuvimos a punto de seguir otro año más al menos si no hubiera sido por el gol milagroso de Antoñito, que ha pasado a la historia de los anales del malaguismo. ¿Quién iba a decir que un gol para salir de la tercera división del fútbol español se festejara tanto? Eso es lo que hay que analizar. Los actuales dirigentes del Málaga tienen que ser más ambiciosos y plantear la próxima temporada con un único objetivo: subir a 1.ª División. Todo lo que no sea eso es caer en un conformismo que no se merece la afición blanquiazul que está demostrando estar muy por encima del propio club. Málaga, si no se tuerce nada al final, va a tener un nuevo estadio con más capacidad con motivo de la celebración del Mundial de 2030. Hay que aprovechar este hecho para que el equipo juegue en la división que merece la nueva instalación. Hay que alejar la tristeza del Málaga.

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