El alcalde de Estepona clama por espigones en las playas: «Los aportes de arena solo son un despilfarro»

«Los los aportes de arena son sólo un despilfarro, una tomadura de pelo, un placebo cuyos efectos paliativos y cosméticos duran unas semana, a veces unos días y alguna vez hasta apenas unas horas», critica García Urbano, y exige que se ejecuten las obras de defensa del litoral. «Serán los técnicos especialistas quienes tengan que decidir qué y cómo; los que tendrán que determinar los movimientos de la dinámica del litoral y los que tendrán que decidir dónde actuar», reconoce; pero reclama a los responsables políticos de los ayuntamientos que exijan de manera unánime que esos estudios y proyectos y las autorizaciones ambientales se produzcan ya.

«No tengo ninguna duda de que si la competencia sobre las costas fuera municipal este problema estaría resuelto desde hace mucho tiempo en la Costa del Sol porque los ayuntamientos asumiríamos ese coste», ofrece el alcalde esteponero. «Mis vecinos entenderían que vale la pena dedicar el presupuesto de inversión de un año a este asunto». Según sus cálculos, en el caso de Estepona con una inversión de entre 10 y 15 millones de euros se podría atajar el problema con efectos duraderos. «Donde se ha actuado, en los pocos sitios que se ha actuado hace décadas, hay resultados evidentes, como es el caso de nuestra céntrica playa de La Rada».

«Que nos den los proyectos y las correspondientes autorizaciones ambientales y buscaremos la financiación. Garantizo que en solo un año tendría regenerado el litoral de mi ciudad y habríamos resuelto el problema para muchas décadas», sentencia.

Por ello, anuncia que en la próxima junta de gobierno de la FEMP presentará una moción y exigirá «una respuesta rápida y urgente al Gobierno central, que demuestre su voluntad política para poner solución a este problema, y que se realicen las modificaciones normativas necesarias para que los ayuntamientos puedan asumir las competencias sobre defensa del litoral».

La Dirección General de Costas tiene en trámites, algunos desde hace una década, los proyectos de estabilización en los puntos más sensibles del litoral malagueño, en Benalmádena, Marbella, San Pedro, La Cala de Mijas, los Baños del Carmen en la capital y Ferrara, en Torrox. Todos ellos están atascados en la fase de la declaración de impacto ambiental, un trámite muy lento y obligatorio, según recuerdan fuentes de la Subdelegación del Gobierno. En este punto, recuerdan que es preceptivo estudiar el medio marino y ver las consecuencias que la construcción de un espigón puede tener en la dinámica del litoral, pues es habitual el caso de que al proteger una playa se dañe a otra colindante o cercana, que se puede quedar sin aportes de arena.

A ello, se une el programa de diagnóstico europeo, que ha supuesto la evaluación de los puntos críticos del litoral de Málaga, y que está en fase de aprobación. Este documento servirá de base para tomar las medidas de protección estructural, y podrá contar con fondos europeos Next.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, coincide con su homólogo esteponero en que es necesario «hablar con Costas a fondo y ver unas soluciones que no sean simplemente de reparación sino más estructurales y que sean ambientalmente compatibles». El regidor puso precisamente como ejemplo positivo el caso de La Rada, en este municipio: «Podía intentarse ver cómo se puede mejorar ambientalmente, de fondos paralelos a la propia costa, a la propia línea de playa, y al mismo tiempo crear una situación de menos situación de desprotección de algunas playas y litorales». «Es un tema delicado pero se debiera avanzar en eso y hablaremos con Costas».

En la misma línea, la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, ha asegurado este martes que la situación del litoral de su municipio es «insostenible» y que las playas «no pueden aguantar ni un temporal más». La regidora ha convocado para el miércoles una junta de portavoces al objeto de abordar el estado del litoral tras los últimos daños y hacer un frente político común para reclamar soluciones definitivas para el municipio.

Muñoz ha urgido al Gobierno central «a reaccionar y a ejecutar de una vez por todas el proyecto de los espigones» y ha lamentado la demora en el trámite administrativo: «¿Cómo es posible que el Ministerio para la Transición Ecológica lleve cinco años para emitir un informe ambiental».

Manuel Villafaina, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga, coincide de pleno con el criterio expresado por los alcaldes. A su juicio, estabilizar toda la Costa del Sol podría costar unos cinco millones de euros y se podría hacer en un año si se agilizaran los trámites. Además, permitiría incentiva la flora y fauna marinas.

«No hemos visto un levante de esta envergadura desde el año 1998, y además a las puertas de la Semana Santa», afirma, aunque admite que el destrozo en los chiringuitos ha sido menor que en otras ocasiones, con algunas inundaciones y destrozos en terrazas a lo largo de toda la costa malagueña, pero especialmente en Marbella, donde «ha vuelto a haber un desastre». Sobre el papel de estas construcciones en el litoral, reivindica que los sótanos de los chiringuitos han servido de «muro de contención» para que el destrozo no llegue a los paseos marítimos.

«Hay que buscar soluciones definitivas, no hay otra solución, venimos reivindicándolo desde hace 30 años; en su día se quitaron muchos espigones que decían que no servían, para luego ponerlos en Málaga y La Caleta, que han permitido que aguante mejor». A su juicio, la playa esteponera de La Rada es «la mejor prueba de que los espigones que se hicieron hace 30 años han servido para proteger el litoral». «Medios hay, pero la Administración es muy lenta; es urgentísimo que de una vez se tomen las medidas oportunas y hay ayuntamientos que están dispuestos a pagarlos. Con la técnica y la ciencia que hay es increíble que pase esto».