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El ministro de Consumo, el malagueño Alberto Garzón, ha sido esta semana protagonista por unas polémicas declaraciones sobre el sector turístico que ya el viernes ... las definió en declaraciones a SUR como «constructivas». Ahora, analiza desde Madrid la crisis del Covid-19 y la gestión del Gobierno, al que define como «cohesionado». Esta entrevista se realizó unas horas antes del fallecimiento de Julio Anguita, aunque sí quiso añadir posteriormente que para él fue una «inspiración». «Aprendí con sus libros y decidí entrar en IU, de la que soy coordinador, puesto que él había ocupado. De Julio se aprendía mucho. He tenido la suerte y privilegio de hablar con él continuamente», afirmó sensiblemente afectado.
–Con la desescalada en marcha es inevitable empezar con esta pregunta. Una vez que salgamos de la crisis sanitaria, ¿qué es lo que se nos viene por delante?
–Estamos ante una incógnita. Desconocemos cómo va a evolucionar la crisis sanitaria porque éste es un virus del que la comunidad científica todavía no conoce toda su naturaleza. No sabemos por tanto cuánto vamos a necesitar de medidas de contención sanitaria, pero sí sabemos que se está desplegando una gran crisis económica en España y en todo el mundo. Hemos puesto en marcha un escudo social para proteger rentas, salarios y a las familias trabajadoras que está financiado con cargo a la deuda pública, como están haciendo todos los países. La magnitud va a ir dependiendo de la evolución de la crisis sanitaria –eso es clave entenderlo– por eso es tan importante que la gente sea responsable y siga las directrices del Ministerio de Sanidad. Cuanto mejor se haga, menos durará la crisis económica. Si vemos irresponsabilidades como la manifestación del otro día, probablemente tendremos rebrotes que empeoren las cosas. El gobierno trabaja con todos los escenarios.
pp y vox
alianzas
–¿Se siente cómodo tras más de dos meses con las libertades limitadas? ¿No se está excediendo el ejecutivo?
–Lo importante es entender que estamos salvando vidas. Estamos ante un fenómeno nuevo, que mata, y que está provocando que muchos amigos, familiares, y gente que lea esta entrevista lo esté pasando muy mal en primera persona. Estamos entrando cada día en escenarios nuevos que jamás pensamos que llegarían. Yo mismo no me hubiera imaginado que mi padre no iba a conocer a su nueva nieta y que no lo va a hacer en un tiempo prolongado. La situación económica es dramática para mucha gente que ha perdido el empleo, incluso para aquellos que tienen un ERTE. Muchas empresas están quebrando, estamos ante una situación que no nos gusta a ninguno, pero la clave no es la descripción, sino cómo se soluciona. Creo que el estado de alarma es el mecanismo adecuado para ir cumpliendo con este proceso de desescalada. Todos queremos salir cuanto antes, pero para ello hay que hacerlo bien porque los rebrotes pueden llevarnos a situaciones como las de Corea del Sur, donde han vuelto al confinamiento. Tengo que agradecer a la mayor parte de la población que se ha comportado de forma exquisita y responsable, pese a que era una situación chocante para todo el mundo.
–La semana pasada había distritos sanitarios de Málaga que cumplían los parámetros y sin embargo la provincia entera se quedó en la fase cero. En otras zonas de España sí que hubo distritos que avanzaron. ¿No es discriminatorio? ¿Hubo criterios políticos?
–La decisión es estrictamente técnica, y las comunidades autónomas colaboran al definir qué criterio prefieren, si el distrito sanitario o la provincia. El problema, y es la gran diferencia de la gestión en España en relación a otros países, es que tenemos una oposición que está atacando de forma sistemática al Gobierno y utiliza cualquier elemento para ello. Creo que eso es lo que explica que proliferen acusaciones infundadas, porque al final quien decide es un comité científico; unas personas expertas que no tienen el cien por cien de la información pero son los que más se aproximan, los que mejor conocen lo que está sucediendo. Deciden en base a indicadores, y consideraron que Málaga y Granada estaban en una situación distinta al resto de provincias. Aún así, en la evolución nos vamos a ir encontrando si las cosas van bien, que es lo que todos deseamos.
moción de censura en málaga
–Pero, ¿puede decirme por qué en el caso de Málaga se toma la provincia como unidad y no el distrito sanitario? La Junta acusó al gobierno de cambiar de criterio, no sé si puede arrojar algo de luz al respecto.
–Son las comunidades autónomas las que deciden la unidad. Además, los territorios se comunican diferente, cambia el tipo de movilidad, hay criterios de densidad de población… El Gobierno no impone, sino que coordina el proceso de desescalada que sigue criterios técnicos y científicos. Lo que ocurre, de nuevo, es que hay gente que aprovecha esto para atacar al gobierno. ¿Legítimo? Sí. ¿Útil? No creo. ¿Que crispa mucho? Evidentemente, es lo que estamos viendo.
–¿Cree que Ciudadanos está demostrando ser más útil que Esquerra Republicana? Ellos les dieron el Gobierno pero ahora les han dado la espalda.
–Bueno, creo que los partidos tienen sus motivos y a mí me hubiera gustado que en un momento como éste todos hubiéramos entendido que es un virus que no entiende de afinidades ideológicas y al que hay que combatir de forma colectiva. Desgraciadamente hemos visto en el congreso debates muy broncos que no están justificados. Porque la crítica sí está justificada, pero como decía el otro día en una comisión, hay un refrán marinero que afirma aquello de que en tiempos de tormenta no dispares al timonel porque acabamos todos bajo el mar. Ese sería el sentido común, pero aquí nos hemos encontrado con partidos que han preferido rentabilizar unos cuantos votos a costa de empeorar la capacidad del timonel o de los timoneles de resolver las cuestiones. Cada uno tiene su táctica.
–Ustedes podían esperar que el PP o Vox criticaran su gestión, ¿pero se lo esperaban de sus aliados de ERC?
–La verdad es que nos sorprende. Entendemos que tiene que ver con el criterio electoral con los independentistas de derechas de Cataluña. Y no lo compartimos, ya lo dijimos el otro día. Al mismo tiempo, Ciudadanos ha hecho una reflexión que considero que es acertada: que en este momento hay que anteponer el interés colectivo, y eso pasa por proteger a todas las personas –ya sean de derechas o de izquierdas– en un programa sanitario y económico. Ese es el camino, yo no voy a decir a la gente lo que tiene que hacer, pero me gustaría que se hubiera arrimado mucho más el hombro como han hecho los sanitarios y la mayor parte de la población en este país. Pero en fin, luego ves cómo partidos como PP y Vox que alimentan manifestaciones como las del otro día en el barrio más rico de Madrid, y verdaderamente se te encoge el corazón porque más allá de la crítica que es legítima, están poniendo en riesgo vidas.
–¿Y por qué no se ve a policías poniendo multas como en otros sitios? Hay mucha gente que se está preguntando eso.
–Desconozco el nivel de multas que hay en uno o en otro sitio. Lo que sí sé es que la policía tiene el deber de actuar siempre con mesura y que la intervención policial no sea peor que la no intervención. Y en este caso teníamos un conato de rebelión en la calle por parte de gente que incumplía normas que protegen de una pandemia. No es cualquier cosa, y por lo tanto creo que la gravedad política es extraordinaria. Hemos visto cómo PP y Vox lo alimentaban, y desde luego espero que no se vuelva repetir por el bien de todos. No podemos luchar contra el virus si tenemos a los más ricos del país protestando y exigiendo anteponer los beneficios de sus empresas a la salud de la gente. Eso lo hemos visto en la ultraderecha en Estados Unidos que sale a la calle con rifles pidiendo lo mismo. Aquí los hemos visto con palos de golf. Pero es un mensaje perverso, porque –al menos para mí– la salud va por encima de todo lo demás.
–¿Se imagina pactando unos presupuestos con Ciudadanos? ¿Hay puntos en común?
–Lo cierto es que en momentos como éste nos hemos encontrado con multitud de paradojas. En el Parlamento Europeo vamos a votar juntos ahora una propuesta defendiendo que haya un plan de protección económico para el sur de Europa. Está firmado por gente de Ciudadanos y conservadores de otros países. Esta crisis ha puesto de manifiesto que muchos liberales están defendiendo posturas intervencionistas.
–Quizá es que no sea este un buen momento para ser liberal. Algunos de ustedes lo han repetido en estas semanas.
–Muchos liberales honestos han aprendido de la crisis anterior. Se han dado cuenta de que las políticas de austeridad pueden agudizar el problema y que en este momento hay gente que no tiene ingresos confinada en su casa pero que sí tiene gastos. Eso lo ha entendido mucha gente liberal que ahora parecen transformarse en una suerte de keynesianos. Ahí nos encontramos quienes pensamos que hay que proteger el salario de las personas, que las empresas no quiebren, a los sectores como el turismo, la industria, la cultura… Tenemos que cuidar de todo eso, y la manera es a través de unos presupuestos y de una financiación europea. Creo que en este momento hay espacio para entenderse con Ciudadanos; es un acierto que hayan abandonado la línea del 'trifachito' de Colón que usaba la bandera de España para atacar a otros españoles. Eso no lleva a nada bueno. En cambio en esto de proteger a la población, aunque tengamos nuestras diferencias, hay hueco para entendernos.
–Se ha dicho que en el Gobierno había dos almas respecto a cómo afrontar la crisis. ¿Cuánto hay de verdad?
–Siempre hay matices o diferencias puntuales sobre las medidas, pero es normal. Lo cierto es que el gobierno está actuando con una cohesión implacable. Es un Ejecutivo de coalición, una experiencia nueva que entraña varias dificultades como por ejemplo no tener una mayoría parlamentaria permanente. Había un conflicto territorial, una situación en la Unión Europea inestable, y ahora la pandemia, es decir, una serie de elementos que plantean adversidades. Es verdad, admito que hemos podido cometer errores, y la ventaja que nos da el espacio temporal permite que yo diga que con la información que tenemos hoy, probablemente algunas cosas las hubiéramos hecho distintas.
–¿Por ejemplo?
–El caso de los niños, del proceso de cuándo podían salir a la calle.
–¿Debían haber salido antes?
–Sí, pero me refiero también a la forma en la que coordinamos aquello. Hay que entender que a veces tenemos que tomar decisiones complejas en un breve lapso de tiempo. Otro ejemplo es el tema que le ha pasado a casi todos los países de la compra de material sanitario al extranjero. Lo haces rápido y a veces te engañan. Son cosas que si hubiéramos tenido más tiempo las hubiéramos hecho de otra manera. Son errores naturales, no me duele nada admitirlo pero creo que el saldo neto es muy positivo haciendo frente a unas adversidades de esta envergadura. Somos un Gobierno que acepta las críticas con humildad.
–¿Está de acuerdo en que sea una empresa la que diga lo que es un bulo, como ocurre en Facebook?
–No, además es muy complicado. Lo que tenemos que conseguir es desactivar las redes de 'bots' porque son procesos automatizados en los que no hay personas detrás. Ahí sí creo que hay margen para evitar que eso distorsione el debate público. Pero éste no debe ser coartado, debe haber mucha gente diferente pensando distinto, y las empresas privadas también tienen su propio criterio y no deben imponérnoslo.
–La salida de Juan Cassá abre la puerta de una moción de censura en Málaga. Para ello, harían falta los votos de los concejales de Unidas Podemos. ¿Qué opina de este movimiento?
– Yo ahora mismo no estoy en esa pelea. Si en algún momento nos piden opinión pues tendremos que valorarlo, pero de momento no ha llegado ni siquiera el rumor a la organización. Cada cosa en su momento.
– ¿No cree que el Gobierno peca también de falta de transparencia? ¿Por qué no sabemos los nombres de los expertos que deciden quién pasa de fase?
–Hemos podido cometer errores. Pero hay cuestiones que hay que analizarlas de forma muy específica. Yo, por ejemplo, ahora mismo no puedo ir al supermercado porque tuve un evento desgraciado con una persona que me increpó porque probablemente creía que yo era el responsable de asesinatos de personas. Si nosotros hacemos público el nombre de los científicos que están tomando decisiones de tanta importancia, ¿quién no les asegura que va a salir alguien de la junta de Andalucía señalándole? Creo que es exponer mucho a una persona que está haciendo un trabajo técnico y científico. Sé que nos gustaría transparencia en esto, pero el Ministerio de Sanidad ha valorado los pros y los contras y ha decidido proteger a esas personas que están haciéndolo lo mejor posible. Es que en cuanto les pones encima de la mesa de un debate político embarrado, pueden ser víctimas ellos y sus familias, como nos pasa a otros que ya hemos asumido que eso es parte de nuestra cotidianidad
– ¿Cómo es la relación del Gobierno con el presidente de la Junta en comparación con otros presidentes del PP?
–Tengo la sensación de que Juanma Moreno, al igual que Alberto Núñez Feijóo, son personas que estando en las antípodas se puede debatir con ellos y discrepar. Creo que están incómodos con la posición de mirar siempre de reojo a la extrema derecha. Nosotros en particular trabajamos muy bien con Andalucía en las competencias de Consumo. No tenemos problema con eso. Ojalá la derecha fuera más civilizada y más responsable en momentos como estos.
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