El ahorro de los malagueños desafía al coste de la vivienda y la inflación y marca otro récord

El nivel de endeudamiento se mantiene contenido, muy por debajo del volumen que se registraba hace quince años

Lunes, 28 de octubre 2024, 01:08

Durante el año largo que duró lo más virulento de la pandemia los ahorros que tenían los malagueños en los bancos crecieron como la espuma: los 26.214 millones de euros con que contaban a principios de 2020 habían subido alrededor de un 20% hasta ... acercarse a los 31.500 millones a finales del año 2021. Con la economía paralizada y los contactos sociales muy limitados, había muy pocas opciones para gastar. Pero una vez superada la Covid-19, la fiebre por recuperar el tiempo perdido en disfrute con familia y amistades, primero; y, después, el fuerte incremento de la inflación propinado por la invasión rusa de Ucrania que fue sobre todo visible en el coste de la energía y en los alimentos, además del encarecimiento de la vivienda, no han puesto freno a lo que particulares, empresas y administraciones públicas atesoran en cuentas corrientes y depósitos. Así que los 31.500 millones de finales de 2021 ya son más de 37.000 millones de euros a cierre del primer semestre de 2024, según los últimos datos publicados por el Banco de España. Es decir, desde principios del año 2022, el ahorro bancario de los vecinos de la provincia ha crecido otro 20%, hasta niveles nunca antes vistos.

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En lo que llevamos de 2024, el saldo de las cuentas a la vista y los depósitos a plazo de los malagueños ha subido cerca de 1.000 millones (desde los poco más de 36.100 millones hasta superar los 37.000), lo que supone un incremento que ronda el 2,5%. Y en los últimos doce meses el ascenso se cifra en más de 1.500 millones de euros y, por tanto, en más del 4%.

30.200 millones de euros

de los que tienen ahorrados los malagueños, la mayoría de los 35.660 millones que atesoran, están en cuentas a la vista. Los depósitos a plazo no son lo suficientemente atractivos.

De esos 37.074 millones, 1.414 corresponden a productos bancarios en los que tienen su liquidez las administraciones públicas malagueñas. El resto, 35.660 millones, pertenece a particulares y empresas y está, en su mayoría, en cuentas a la vista: más de 30.200 millones, frente a los casi 5.400 que se encuentran en depósitos a plazo. Las subidas de los tipos oficiales, ahora en repliegue, no han sido lo suficientemente tentadoras para dejar el dinero atrapado en depósitos.

Estas cifras convierten a Málaga en la octava provincia más ahorradora de España, por detrás de Madrid (supera los 420.000 millones); Barcelona (con cerca de 188.000 millones); además de Valencia, Vizcaya, Alicante, Sevilla y Coruña.

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Aunque Sevilla con sus más de 42.000 millones supera a Málaga en ahorros, uno de cada cinco euros atesorados en bancos en Andalucía tiene a un malagueño como titular, es decir, 37.000 millones de los 170.000 que se acumulan en la comunidad en total.

En el conjunto de España, el ahorro bancario ha discurrido de forma similar: también se encuentra en máximos históricos por encima de los 1,6 billones de euros, cifra que supera el PIB español, es decir, el valor de todos los bienes y servicios que produce la economía española en un año. De ese volumen de ahorros, 150.610 millones corresponden a las administraciones públicas. Del resto, de los 1,455 billones que atesora el sector privado, el grueso, casi 1,2 billones, está conformado por cuentas a la vista, frente a los 237.300 millones que están en depósitos.

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Deudas a la baja

Este crecimiento de los ahorros en la provincia, que se explica por su dinamismo demográfico y empresarial –Málaga es una de las provincias que más crece en población y también en tejido productivo de España–, es coherente sólo a medias con la evolución de las deudas con los bancos. Hay más agentes económicos que podrían endeudarse, pero no lo hacen porque son más prudentes que antes, porque no encuentran proyectos lo suficientemente interesantes, porque los bancos son más renuentes a prestar que en ciclos anteriores –la vivienda está hoy igual de cara que en 2008, pero los bancos ya no financian el 100%, por ejemplo– y también porque las vías de financiación se han diversificado: cada vez hay más fondos y capital riesgo en activo.

A cierre del primer semestre las deudas de los malagueños se contaban en poco más de 34.100 millones de euros, una cifra que sí es algo más alta que la de inicios de año (33.795 millones), pero que está por debajo de la de doce meses atrás (34.722 millones de euros). Además, si los ahorros han aumentado más de un 40% desde la pandemia, las deudas, apenas un 10%, al pasar de los 31.246 millones del primer trimestre de 2020 hasta los 34.116 millones en que se situaban en junio. Asimismo, esta cifra contrasta, por baja, con los más de 48.000 millones en deuda bancaria que acumulaban particulares, empresas y administraciones malagueñas en 2008.

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34.116 euros

deben los malagueños a los bancos. Es una cifra que está por debajo de los máximos que marcó en 2008 por encima de los 48.000 millones de euros.

Así que si el ahorro bancario de los malagueños a día de hoy supera los 37.000 millones y es un 75% más elevado que en 2008, las deudas han recorrido el camino inverso y los poco más de 34.100 millones que se adeudan a los bancos en la provincia a cierre del mes de junio están cerca de un 30% por debajo de la cifra de 2008 (más de 48.000 millones).

Málaga es la séptima provincia española en deuda bancaria, tras Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla y Vizcaya. Y si representa uno de cada cinco euros ahorrados en Andalucía, la misma proporción supone en lo que se refiere a las deudas de la región.

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Del contraste de la evolución del ahorro y del crédito bancario se deriva un efecto más. Y es que si en 2008, es decir, en el momento en que la burbuja inmobiliaria estaba terminando de hincharse o estaba comenzando a estallar, los malagueños debían más al banco de lo que tenían ahorrado –los 48.000 millones de euros que adeudaban contrastaban con los alrededor de 21.000 millones que tenían a recaudo en productos bancarios–, ahora sucede justo lo contrario: los 37.000 millones en ahorros superan los 34.000 millones en deudas. Y es lo mismo que ocurre a nivel nacional: al término del primer semestre si el ahorro bancario ascendía a los 1,6 billones de euros, las deudas se limitaban a 1,2. Esto lo que significa es que ahora mismo los bancos pueden cubrir –y de sobra– lo que prestan con las imposiciones de sus clientes. Y eso reduce la probabilidad de una crisis financiera.

Los bancos, muy discretos en la retribución de cuentas y depósitos

Una de las estadísticas más interesantes e informativas que proporciona el Banco de España es la que recoge la evolución de los tipos de interés medios que aplican las entidades financieras a los préstamos que conceden a sus clientes y con los que remuneran el ahorro a los impositores.

A cierre del mes de agosto –últimos datos disponibles–, el tipo medio con que los bancos españoles retribuyen los nuevos depósitos y cuentas corrientes a particulares y empresas se sitúa en el 0,72%. Mientras tanto, los intereses que cobran por las nuevas operaciones de financiación supera el 5%, si bien se han relajado desde los niveles máximos que se llegaron a acercar al 5,8% gracias a las últimas bajadas de los tipos de interés acometidas por el Banco Central Europeo.

Precisamente, éste, en sus estadísticas, detalla un poco más las cifras y las pone en relación con el conjunto de países de la zona euro. Así, el coste medio de las deudas que los hogares españoles tienen contraídas con los bancos se encuentra en el 3,46%, frente al 3,72% medio en Europa. Mientras tanto, la retribución que obtienen por sus imposiciones a plazo está en el 2,61%, también por debajo de la media de la Unión Monetaria, que se acerca a la cota del 3%, porcentaje que se supera en Francia, Italia o Finlandia.

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